IGLESIA DE SANTO TOMAS DE HARO LA RIOJA
- Nombre: Iglesia de Santo Tomás Apostol
- Estilo Arquitectónico: Gótico tardío
- Ubicación: Haro, La Rioja, España
- Dirección: Plaza de la Iglesia, 5, 26200 Haro, La Rioja
- Teléfono: 941 31 19 41
Se encuentra situada en el segundo cerro más alto del casco urbano de Haro en La Rioja, denominado de La Mota o La Atalaya, lo que la hace visible desde muchos puntos de la ciudad y desde casi cualquier punto del extrarradio. Se declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931. Su construcción se dilató en el tiempo entre los siglos XVI y XVIII, haciendo visibles diferentes estilos según la época en la que se realizaron las diferentes partes.
La parte más antigua y valorada es su portada principal, de estilo plateresco, construida por Felipe Bigarny, considerado uno de los más insignes escultores del renacimiento español. La cabecera de la iglesia, de gran altura, es de estilo gótico tardío, siendo el resto de la nave renacentista. La gran torre, es principalmente barroca y fue de suma importancia, puesto que sirvió de modelo para la construcción de otras torres en La Rioja. Su retablo mayor y su órgano también son barrocos.
La portada principal o del mediodía, de estilo plateresco es obra de Felipe Bigarny. Fue construida antes que el resto de la iglesia con piedra procedente de las canteras de Fontecha, labrada al estilo cuatrocentista, comenzando en 1512, quedando terminada en 1525. Fue concebida como retablo, con iconografía dedicada a la Pasión y a Santo Tomás. Los gastos de su construcción fueron pagados con las aportaciones y donativos del pueblo.
Está dividida en tres cuerpos de seis calles y ático. En los laterales se encuentran los doce apóstoles con vestido telar, excepto Santiago el Mayor que viste de peregrino. En el centro se encuentran dos puertas con arco de medio punto separadas por un parteluz a la manera románica, con un friso adornado con caras de ángeles. Sobre éstas hay dos tímpanos semicirculares con representaciones de la incredulidad de Santo Tomás metiendo su mano en el costado de Jesús (izquierda) y la Resurrección, apareciéndose el Salvador a los Apóstoles (derecha). Por encima de ellos cuatro relieves con escenas evangélicas. Flagelación, coronación de espinas, Jesucristo ante Caifás y calvario. En lo alto se encuentra una escultura en hornacina de Jesucristo con corona imperial, con el globo terrestre en su mano izquierda y a ambos lados de ésta el escudo de armas de los Fernández de Velasco.
A mediados del siglo XX la portada se encontraba en muy mal estado, habiendo desaparecido tres esculturas de apóstoles y encontrándose otras mutiladas y deterioradas. Estos destrozos según Gil Munilla, habrían sido provocados en los excesos de las algaradas callejeras, producidas por la inestabilidad política de la monarquía española en los años veinte. Fue restaurada en 1955 por el escultor José de Larrea Echániz, de Bilbao, pagando la obra el cura mayor Florentino Rodríguez Escolar, que con motivo de sus bodas de oro sacerdotales dedicó su sueldo integro (obtenido como profesor de formación religiosa en el Instituto Laboral y en la Escuela Elemental de Trabajo.) a este objeto y a los centros de caridad. La última restauración se llevó a cabo en 1999.
La actual torre del campanario está formada por cuatro cuerpos. Los dos inferiores son de planta cuadrada, llegando hasta el tejado con una altura de 22 m, realizados por Juan de Raón. Los dos cuerpos superiores de 46 m de planta octogonal, fueron trazados y construidos por Agustín Ruiz de Azcárraga, con influencias del barroco de Francesco Borromini. Un total de 68 metros, recorridos por su interior por 153 escalones.
Los dos últimos tramos están bastante adornados. Así en cada esquina del octógono con sus ocho arbotantes, se encuentra un jarrón terminado en bola y la imagen de un santo riojano de antigua memoria. La que mira hacia la calle de Santo Tomás pertenece a San Felices y continuando hacia la derecha según se observa aparecen Santo Domingo de la Calzada con gallo y gallina a sus pies, San Emeterio y San Celedonio vestidos de soldados romanos, Santa Oria, Santo Domingo de Silos, San Formerio y San Millán portando el arca de las reliquias. Además aparecen gárgolas, jarrones, cornisas, relieves, estípetes terminados en esferas y esculturas. La linterna cuenta con ocho ventanales alargados y ocho jarrones en su cornisa. Sobre ella un cupulino con aguja, bola, veleta y cruz.
La iglesia fue construida entre 1512 y 1613. Consta de cabecera central poligonal ochavada a la altura de la bóveda y de tres naves de la misma altura, separadas por cuatro pares de pilares que forman cuatro tramos. Por su estructura a modo de espacio único con naves a la misma altura está considerada un hallenkirchen, término asociado a la idea de iglesia de salón. Fabricada en piedra de sillería de las canteras de Motúlleri, excepto la linterna de la sacristía y otros pequeños añadidos posteriores. Ocupa una superficie interior de 2285 m2. Las tres naves se unen a la cabecera por un gran arco triunfal central, ligeramente apuntado, y dos altos y estrechos arcos ojivales laterales, que disimulan la menor anchura de la cabecera.
Los anchos y altos pilares (los cuatro primeros con zócalo circular y los cuatro últimos con zócalo cruciforme) son macizos y llevan adosadas columnas y pilastras que se abren en sus falsos capiteles sobre arcos apuntados, culminando en bóvedas de crucería estrelladas, con nervios que dibujan formas geométricas. Estas bóvedas, con sus nervios, obra de Pedro de Origoitia y Andrés de Venea, trasladan los pesos a los contrafuertes exteriores. En las dos columnas que soportan el arco triunfal se encontraban sendos púlpitos de hierro del siglo XVII, retirados en el siglo XX. Contaban con guardavoces de madera coronados por ángeles trompeteros de estilo rococó, siglo XVIII.
Debido a la dilatación en el tiempo, la primera sección construida es de estilo gótico tardío (cabecera, crucero y los cuatro primeros pilares con zócalo redondeado. Arcos y vanos apuntados, estrechos y alargados, bóveda estrellada sobre trompas), la segunda renacentista (tramos traseros entre pilares de zócalo cruciforme, con arcos y vanos de medio punto de menor altura, bóvedas baídas con estrellas de traza cada vez más complicada, llegando las últimas a la elipse) y los añadidos posteriores de los siglos XVII y XVIII, barrocos (sacristía, coro y torre).
El retablo mayor construido entre 1512 y 1525 Felipe Bigarny realizó un retablo para la iglesia. Al hundirse la construcción que entonces se estaba realizando se guardó, montándolo de nuevo en 1558 tras levantarse la nueva capilla mayor y crucero. Según el visitador del obispo era muy bueno. Fue retirado en el siglo XVIII por encontrarse en estado ruinoso. El actual retablo mayor comenzó a construirse en 1730 y es de estilo barroco con colores dorados. Según Ramírez Martínez habría sido realizado por Santiago del Amo y su taller, según traza de 1711 del fraile Pedro Martínez, del Monasterio de San Pedro de Cardeña. Está considerada como la arquitectura más monumental de comienzos de siglo en La Rioja.
Está dividido en tres cuerpos de tres calles e integra la ventana del ático en el retablo. Están separados por columnas adosadas con forma de candelabro y adornado con hojarasca, estípites (influenciados por el madrileño Pedro de Ribera) y columnas bulbosas. A sus costados se encuentra en el lado izquierdo, el retablo de la Virgen del Rosario y en el derecho el de la Virgen del Amor Hermoso, ambos descritos en los apartados de las naves del lado de la epístola y del evangelio.
Cuenta con siete tallas y dos alto-relieves. En la parte de abajo hay dos puertas de armario con los relieves de San Felices de Bilibio en el tramo de la izquierda, con hábito de monje, barba, calva, flequillo en la frente, con castillo almenado a sus pies y dos ángeles a ambos lados de la cabeza; y Santa Aúrea en el tramo de la derecha. Sobre ellos en el primer cuerpo, aparecen en el lado izquierdo la incredulidad de Santo Tomás y al derecho el Calvario. En el siguiente tramo en el centro Santo Tomás y a sus lados, San José con el niño Jesús y San Juan Bautista. En el tercero, en el centro La Asunción y las Cuatro Virtudes, flanqueada por dos vanos con arco apuntado y vidrieras de 1667. Culmina en el ático con San Miguel pisando al diablo.
PALACIO DE LOS CONDES DE HARO
Hay muchos palacios que engalanan las calles de Haro, pero de entre todos ellos, este quizas sea el más bello. La arquitectura de este elegante edificio tiene una mezcla de estilos: renacentista y barroco. Esto es debido a que su construcción se produjo entre finales del siglo XVI y principios del XVII. De entre todos los detalles que conforman la fachada entre escudos y medallones, son las dobles columnas las que se llevan toda la atención del visitante. Son muy curiosas, parece como si se hubiese retorcido la piedra después de haberse colocado.
Este palacio de tres plantas situado junto a la Parroquia de Santo Tomás es en inicio de estilo renacentista, caracterizado por gran sobriedad decorativa y posteriormente fue evolucionando al barroco más decorativo y adornado. Se aprecia claramente la transición de finales del s.XVI a principios del XVII. Como elementos arquitectónicos a destacar la portada con molduras mixtilíneas, dobles columnas salomónicas y frontón roto y acróteras como pirámide con bola, conforme al estilo del Escorial. También apreciamos motivos florales y fantásticos como las gárgolas en los aleros y los recargados escudos y medallones. Fue reconstruido en 1959 y rehabilitado en 2006.
RADOR ATALAYA DE HARO
En la parte trasera de la Iglesia de Santo Tomas Apostol, siguiendo hacia la calle del Pardo, nos encontramos con este bonito mirador que nos deja ver el valle del río Ebro y las Bodegas de Haro. Hay una zona acondicionada con bancos, barandilla, e incluso unos prismáticos que nos permiten observar mejor este paisaje y sus pequeños detalles. El nombre de este rincón, conocido por la gente locar o jarreros como 'La Atalaya', porque el sitio ofrece unas panorámicas muy amplias hacia la entrada Norte de Haro y hacia el noroeste de La Rioja Alta y Burgos.
La forma más bonita y apetecible de acceder al mirador es a través de la mítica calle de la Herradura, desde cuyo vértice, hay que subir las escaleras que suben por el lateral izquierdo de la iglesia. Una vez arriba, caminar por la Calle de Toloño, entre casas residenciales, hasta llegar a una explanada donde terminan las casas y han colocado en plan escultura unas grandes letras con el nombre de la villa jarrera. Es curioso, pero llegando a Haro desde el Norte, digamos que desde Euskadi. También se puede subir en coche hasta arriba, por la parte trasera de la iglesia
Desde aquí, sólo queda disfrutar de las vistas de la parte Oeste de la ciudad de Haro, de los Montes Obarenes a lo lejos, del Barrio de la Estación (donde están todas las bodegas), que está abajo en primer término, y más para atrás, la panorámica sobre los Riscos de Bilibio y Las Conchas, paso estratégico entre Euskadi y La Rioja. Más a la derecha, las primeras estribaciones de la Sierra Cantabria, con el monte Toloño como estandarte.