TOMATES CULTIVO CASERO AL AIRE LIBRE
- Semillero: Lo primero nos disponemos a hacer un pequeño semillero, el tamaño de la bandeja dependerá del número de plantas que vayamos a necesitar y para darnos una idea de la fecha. Lo haremos entre la última semana de febrero y la primera de marzo para que nos llegue la plantación a primeros de mayo. Primero mojamos la turba e introducimos dos o tres semillas por celda o tres. Cubrimos la turba con perlita, tapamos y ponemos la bandeja en un sitio abrigado y con luz. Una de las plantitas tengan entre ocho o diez centímetros las trasplantaremos a macetas de ocho o diez centímetros de diámetro para así plantar las después con todo su cepellón. Este método hace que no sufran nada con el trasplante.
- Plantación: Una vez que tengamos la tierra de plantación bien mullida y preparada, hacemos un surco como en la imagen y nos disponemos a plantar nuestros tomates. Como vemos, han desarrollado correctamente y distribuimos una capa de estiércol bien hecha, a ser posible del año anterior, y los plantamos a una distancia de unos 50 centímetros y entre líneas a 40 o unos 60 centímetros. Una vez que los colocamos, apretaremos bien la tierra a su alrededor. Si no nos queremos complicar, los compararemos ya apunto, en cualquier vivero de la zona. Eso sí, hay que plantar cuando haya desaparecido totalmente el riesgo de heladas y la tierra haya cogido una cierta temperatura. Te puedo asegurar que no se adelanta nada con plantarlos muy pronto, ya que el tomate no vegetal por debajo de 8 o 10 grados.
- Mantillo o Acolchado: Después procederemos a cubrirlos con un plástico negro. Esto tiene tres ventajas. 1. No salen malas hierbas, con lo cual nos evitamos todo el trabajo de entrecavado. 2. Hay mucha menos evaporación. y 3. No precisan tanto riego, tanto si regamos a manta como por goteo. Si utilizamos esta última opción, el goteo lo colocaremos por debajo del plástico.
- Riego: Después de plantar daremos un riego. Los riegos al principio y una vez arraigada la planta. Esparciremos los riegos para que las raíces profundicen y una vez que las flores hayan cuajado, ya empezaremos a regar más a menudo.
- Tutorado: Es imprescindible si queremos mantener erguida la planta y facilitar todas las labores. Hay varios sistemas en el clásico de toda la vida, con cañas en forma de V invertida. Este sistema es el más económico, pero tiene el inconveniente de su mala aireación y el mal acceso para fumigar la parte de adentro. Luego tenemos la clásica cuerda a la cual se van rodeando la planta, da buen resultado y invernadero, pero en la intemperie, no tanto porque el viento mueve mucho la planta. Por último, y para mí el mejor, el nuevo sistema de varilla ondulada, es más caro, pero al ser galvanizado, lo tenemos para toda la vida. La planta se van enrollando muy fácilmente sobre la varilla y su rigidez la hace resistente al viento. También existe el sistema de malla ganadera.
- Podar: Nuestras plantas van creciendo, ahora procederemos a quitar los chupones o hijuelos, para dejar solo uno o dos tallos principales. Estos hijuelos salen cada dos ramas de hojas en la axila, como se aprecia en la foto. Si no lo hiciéramos, esto sería una verdadera selva. Nuestros tomates serían más pequeños y las plagas se desarrollarían muchísimo más fácilmente. Esta operación hay que hacerla desde el principio. A medida que se va desarrollando la planta. Además iremos quitando las hojas viejas de la parte de abajo para facilitar la aireación.
- Floración: Cuando las plantas comienzan a dar flores y la polinización es correcta. Dentro de poco ya veremos los pequeños tomates que irán creciendo a medida que la temperatura vaya aumentando.
- Plagas y Enfermedades: Hay que estar atentos casi desde el principio, pero a partir de la fructificación, es algo que ahora hay que controlar más si cabe. Cuidado con el oído y el mildiu. Hay que procurar que no se instalen y fumigar preventivamente, ya desde que las plantas son jóvenes. Pues el mildiu, sobre todo una vez que ha infectado las plantas, es muy difícil erradicarlo, si es que lo conseguimos. Más tarde, cuando maduran los frutos, está también la necrosis apical, que son unas manchas negras que salen en la parte de lo que se denomina el culo del tomate. Esto se produce por una temperatura y humedad alta y por falta de calcio, aunque relativamente es fácil de combatir.
En cuanto empiece el calor, cuidado con las plagas. Atentos a la araña roja relativamente fácil de combatir, y a la mosca blanca. Ésta es algo más puñetera, pero con paciencia llegaremos a controlarla. Hay que ser tenaz con ella, pues si no, además del daño que produce la melaza que se agrega, atrae al hongo negrilla. Fundamental fumigar el envés de las hojas, pues es allí donde se instalan y depositan sus huevos.
- Cosecha: Las plantas, seguirán creciendo y llegaran casi a los dos metros. Por fin ya tendremos nuestros primeros tomates. Si no hay complicaciones graves, la cosecha se presentara buena y abundante. Hay tomates que alcanzan los 800 gramos de peso utilizando las variedades apropiadas.