SALA AMÓS SALVADOR LOGROÑO EXPOSICIÓN
Sala Amós Salvador de Logroño, es un espacio expositivo y dedicado al arte. Está ubicado en el centrico y antiguo convento de La Merced, un conjunto arquitectónico que data del primer cuarto del siglo XIV. Actualmente es la sede del Parlamento de La Rioja. Este edificio históricamente ha albergando usos tan dispares como un convento, un hospital militar, un cuartel, un almacén, una cárcel y una fábrica de tabacos.
La Sala Oeste, fue construida a finales del siglo XIX como almacén de secado de la fábrica de tabacos. Posteriormente, en 1979, se abría una primera fase como espacio cultural interdisciplinar (música, teatro, pintura, escultura, etc.) El nombre Sala Amós Salvador, se le otorgó en el año 1988, convirtiéndose en un espacio específico y exclusivo para las artes plásticas. "Cultural Rioja", es un programa de difusión cultural creado por el Gobierno de La Rioja, el Ayuntamiento de Logroño Y la entidad de ahorro IberCaja.
JOSÉ MANUEL BROTO (ALGUNOS COLORES)
Exposición “Algunos colores”, muestra el color como protagonista de las obras y acompañadas por frases del artista. Muestra la trayectoria de un artista que reivindica el color como elemento determinante de la creación plástica, no como adorno o complemento. El color como hilo narrativo, con intensidad y brillantez individualizadas, en una combinación de elementos respondiendo a un sentido constructivo.
El recorrido se inicia con el blanco y el negro, los “no colores”. A continuación "El espectro visible", las obras en rojos, naranjas, amarillos, verdes, azules, añiles y violetas. Es decir, los colores del arcoíris en el espectro visible, los colores del espectro puro. Tras esto aparece La Tierra, ocres, marrones y gris. “El marrón es como la tierra” con palabras del pintor. Finaliza el trayecto con el Arco iris, es la “culminación”, donde un diccionario de colores entre nubes nos transporta a la poesía, que siempre es luz y revelación.
José Manuel Broto nos invita a participar de una narración poética y sugestiva alrededor del color. Un paseo reposado por un mundo abstracto en el que cada cual puede poner su subjetividad. El artista observa e interpreta el mundo a través de la pintura y los colores. Más que para entenderlo, para transformarlo, pues en los cuadros de Broto no hay una transcripción visual del entorno sino la voluntad de reconstruir, junto a los espectadores, otro mundo posible.
El arco iris es un suntuoso regalo que, como el arte, no tiene ninguna utilidad. Ya Descartes lo analizó y explicó su fundamento sin renunciar a la emoción que produce. Su avistamiento es azaroso, y en ocasiones es doble. Si se tiene esa fortuna, se araña la felicidad. El gris es un color muy extendido ha tenido mala fortuna. Es elegante y dicen que triste, incluso anodino. A mí no me lo parece. El violeta es un color picudo, impropio, imposible y se asienta bien en la lavanda. Siempre he desconfiado de la serenidad del verde… El lametazo de la vaca.
El rojo es un color vivo, estruendoso y desapacible. Hiere y te abraza con su urgencia. Ver rojo es acomodarse a la paz de la ira. Azul, añil, glasto. Lo que vemos antes de ver. El fondo que ampara y estimula el dibujo de esa nube. Los ocres son de gran utilidad en el campo, asedian y ordenan la expansión del verde, lo ponen en su lugar. Hay un amarillo ácido que desasosiega, vivir con él es un sobresalto. Hay otros más clementes como el de Nápoles y algunos menos claudicantes. Yo prefiero el sobresalto agrio.
Rodeados de noche el negro se hunde y ya no lo ves. Naranja como una cálida broma. El púrpura es una utopía que oscila entre el violeta y el rojo. Más que un color es una distinción. Han conseguido que sea un color sospechoso. El marrón es como la tierra. De muchos colores. Blanco como nada.