HAMBURGUESA DE POLLO CRUJIENTE (CRISPY CHICKEN)
Estas hamburguesas de restaurante de comida rápida están muy ricas. Pero para que sean más saludables, también las podemos hacer de forma casera con ingredientes seleccionados por nosotros, menos procesados y más naturales. Se puede decir que una hamburguesa es un sándwich de carne picada. A la carne picada suele añadírsele alguna sustancia ligante para que se compacte adecuadamente y pueda ser más fácil de ingerir, como el huevo o el pan rallado. En nuestro caso también añadiremos cereales cornflakes para darle ese toque crujiente y divertido.
En un bol ponemos la carne picada, le echamos una cucharada de sal, una pizca de pimienta, una cucharada de orégano, otra de perejil picado y una cucharadita de ajo molido. Mezclamos todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea. Tapamos el bol con un papel film y dejaremos enfriar durante una hora en la nevera. Así la carne cogerá consistencia y nos quedará bastante compacta con la sal y el aliño. Cuando la carne esté lista, con las manos haremos una bola y le daremos forma de hamburguesa, aplastando un poco con la mano.
En un plato ponemos los cereales Cornflakes un poco machacados, pero no demasiado, para que nos queden los trozos. Pasamos las hamburguesas por harina y luego por huevo batido y finalmente los rebozaremos con los cereales para que nos quede bien cubierto por todos lados. En una sartén con abundante aceite para freír, echaremos la hamburguesa con el aceite no demasiado caliente. Lo mantendremos con esta temperatura para que no se nos dore demasiado rápida y nos quede por dentro cruda. Tendremos que dorarlas por ambos lados a una temperatura de unos 150 grados.
En una rodaja de pan añadiremos mayonesa y en el otro salsa satay, que es una rica elaboración a base de cacahuetes, soja, curry, tamarindo, cilantro y jengibre, entre otros ingredientes seleccionados. Una fusión de frutos secos con especias y hierbas que nos dará un toque oriental a nuestra hamburguesa de pollo crujiente. Este producto es originario de Tailandia. Se utiliza sobre todo para elaborar los pinchos de pollo satay, pero también para bañar las gambas y las verduras. Las rodajas de tomate también las maridaremos en salsa de soja.
¿QUÉ VINO MARIDA BIEN CON EL POLLO FRITO?
La acidez relativamente alta de un vino blanco, es una cualidad que hace que sea muy amigable con muchos alimentos grasos, además de proporcionar un brillo y un contrapunto a la riqueza de la corteza frita del pollo frito. Un vino blanco, seco, con crianza de Bodegas Urbina puede ser una excelente propuesta. El pollo frito en realidad no es difícil de maridar, siempre que evitemos cualquier cosa con tanino excesivo o sabores potentes como el cuero, la pizarra o el roble pesado.
Urbina Blanco Crianza de seis meses en barricas de roble francés, nos entrega un vino elegante y complejo en nariz, además de cremoso y persistente en boca. A vista es brillante, de color amarillo pajizo con matices dorados. En nariz encontramos agradables aromas de frutas de hueso frescas y ligeras notas tostadas de la crianza. En boca es cremoso, untuoso, de acidez viva, gran persistencia y con el roble bien integrado. Se recomienda servir entre 9 y 12 ºC. Marida muy bien con aperitivos, ahumados, verduras al dente, arroces de pescado, marisco a la plancha y pescado azul.
Las uvas proceden de una parcela con vides de la variedad viura (macabeo), con más de treinta años de edad sobre un suelo arcillo calcáreo y aluvial, en la parte más noroccidental de La Rioja Alta. En su elaboración, realiza una maceración pelicular y prensado en frío durante 6 horas. Fermentación 100% en depósitos de acero inoxidable. Crianza durante seis meses en barrica francesa Allier sobre sus lías finas.