VINOS Y LICORES HERMANOS MURILLO - BARES EN LOGROÑO
- Dirección: Avda. República Argentina 26, Logroño 26002, La Rioja
- Horarios: De 10:30 a 15:00 y de 16:00 a 22:30
- Servicios: Bar y establecimiento de venta de vino a granel y degustación.
- Teléfono: 941 242 582
Logroño, la capital riojana y "Capital Gastronomía 2012" está llena de bares emblemáticos y bodegas de barrio autenticas y carismáticas, que forman parte de la cultura gastronomica, vitivinícola y hostelera más popular de esta ciudad de provincia, que luce su eslogan de "La Rioja Tierra con Nombre de Vino".
Después de ir de compras o negocios por Logroño, y para aquellos que tengan tiempo para pasear por las calles logroñesas y tomarme unas tapas, pude ser interesante pasar por la calle de Avenida República Argentina, una calle con unos cuantos bares muy frecuentados que se llenan de mucha gente, sobre todo durante las mañanas de los domingos durante la hora del vermut y antes de la hora de la comida.
Destacar que aunque expresiones coloquiales como “tomar el vermut” o “la hora del vermut” no estén incluidas en el DRAE como acepciones vinculadas a la bebida, seguiremos pensando que se trata de uno de los momentos más representativos si hablamos en términos de socialización alrededor de la comida en España. Y aunque a nivel del diccionario sea una bebida (del francés vermout o vermouth y éstos del alemán wermut, ‘ajenjo’ o ‘absenta’, y sea un licor servido durante los aperitivos que está compuesto de vino blanco, ajenjo y otras sustancias amargas), en realidad en el lenguaje popular se trata de uno de los momentos antes de la comida principal, donde se toman vinos, cervezas, aperitivos, pintxos, tapas, etc., para ir abriendo el apetito.
Según algunos historiadores gastronomicos, salir a tomar el vermut se consolidó como una actividad propia de los domingos que las familias de clase media-baja realizaban después de la misa de mediodía. Se dice que el hábito de tomar vermut nace entre la clase trabajadora y que la hora del vermut entonces era algo poco sofisticado y propio de bodegas y tascas que hoy seguramente ostentan de mayor glamour.
También se dice que durante un tiempo se perdió la costumbre en España de tomar vermut, pero lo castizo vuelve a estar de moda y con esta tendencia se vuelve a rescatar de nuevo las tascas, tabernas, cantinas, bodegas… algo olvidadas estas últimas décadas. Lo que si que es cierto sin duda es que hoy día hemos democratizado la hora del vermut y no hay ni distinción social ni económica entre sus adeptos.
¿Y con qué lo acompañamos la hora del vermut en Logroño?
Básicamente depende de los gustos y opciones personales porque existen mil posibilidades y hasta versiones contemporáneas. Podemos tomarlo junto a unas tapas, pinchos, frituras, tortillas, o cualquier aperitivo que nos ofrezcan o apetezca. Eso sí, en el bar de "Vinos Murillos" optan por las versiones más tradicionales, que son las banderillas y los encurtidos (olivas, anchoas, sardinas, boquerones, etc.). Pero por otra parte la tapa estrella de este establecimiento son quizás las patatas asadas.
La idea de tomarse un vino con una patata asada, tal vez no estén consideradas como alta cocina, pero eso es porque los críticos gastronomicos no han pasado todavía por esta taberna a tomarse un buen vaso de vino con una patata recién asada. Y es que tal es la fama del local que un domingo de invierno por la mañana encontraremos mucha gente en la barra de esta cantina esperando el suculento manjar para calentar y atemperar el cuerpo.
Lo más espectacular es cuando el camarero te sirve esta patata humeante y de un puñetazo la abre sobre el mostrador, al lado una jarra de aceite y un salero. Es importante no querer comerlas con ansia porque salen muy calentitas, por lo que se recomienda dar un par de sorbos al vino y cuando ya no puedes controlar más tu apetito le hincas el diente, justo en ese momento es cuando te preguntas como nadie habla de esta exquisitez en los libros de cocina.
¿Cómo hacer patatas asadas en el horno?
Ponemos el horno a precalentar a 200 ºC. Lavamos las patatas y todavía húmedas las sazonamos con sal y pimienta. Y las envolvemos en papel de aluminio. Las introducimos en el horno. Para hacernos una idea, las patatas pequeñas estarán 35 minutos en el horno. Las medianas 45 minutos y las grandes 1 hora. En el caso de las patatas pequeñas, no es porque tarden menos en hacerse, si no porque son mucho mejores para comer de esta forma.
Para finalizar las sacamos del horno y servimos en el propio papel. Para comerlas las cortamos por la mitad y las servimos con salsas, por ejemplo alioli, mayonesa o incluso con un poco de mantequilla y dejamos que se derrita. (Se me hace la boca agua solo de imaginarlo).
El tiempo de elaboración es de aproximadamente unos 45 minutos, y el nivel de dificultad es sencillo.