TURISMO EN EL PUEBLO Y CASTILLO DE JUBERA EN LA RIOJA
Jubera es una localidad de la comunidad autónoma de La Rioja, perteneciente al municipio de Santa Engracia del Jubera. Recibe el nombre por el río Jubera, cuyas orillas bañan el pueblo.
Según el INE, Jubera tenía 58 habitantes en 2010. Actualmente habitan en el 30 personas aproximadamente, creciendo el número a unas 70 los sábados y domingos, e incluso 300 en verano. En el siglo XIX llegó a contar con casi cuatrocientos vecinos.
Sus mallores atractivos turisticos son:
- Las Minas de Plomo: A mediados del siglo pasado aumentó la población gracias a las minas de plomo, explotadas por la Compañía Vasco-Riojana, de gran importancia en La Rioja. Tras el agotamiento de este mineral, muchas personas tuvieron que emigrar en busca de trabajo.
- El Castillo de Jubera: Históricamente no se menciona el castillo de Jubera hasta 1207, año en que fue entregado en rehenes por Alfonso VIII de Castilla, a Sancho VII de Navarra. A fines del siglo XIII, el castillo y la villa pasaron a formar parte del cuantioso patrimonio de los duques de Nájera y condes de Treviño. Sin embargo el castillo es una construcción de concepción eminentemente musulmana, con característica torre circular, idéntica a las construidas en la Meseta, murallas en derivación, bácara y coracha, todo ello ajustado al achaparrado cerro sobre el que se asienta.
- Antiguo Puente Sobre el Río Jubera: Puente de un arco de medio punto con bóveda de cañón construido en piedra de sillarejo irregular sobre estribos asentados en la roca en los que se empleó mampostería rejuntado posteriormente con mortero. La calzada y antepechos no son originales salvo algún pequeño resto. Es una obra de finales del siglo XV y de XVI con reformas posteriores en el XX.
- Actual Puente sobre el Río Jubera: Puente de seis ojos de medio punto construido en hormigón y realizado a mediados del siglo XX para liberar el paso por el antiguo, realizado en piedra de sillarejo es más estrecho y está ubicado unos sesenta metros aguas abajo. Es el paso actual de la carretera para llegar hasta la localidad liberando el paso por el antiguo camino a Santa Engracia.
Fiestas:
- 9 de marzo: San Gregorio.
- Mes de julio: Fiestas de Jubera, propiamente dichas, en un principio en honor a Santiago, pero actualmente la fecha no coincide obligatoriamente con el día del santo, 25 de julio.
- 14 de septiembre: Fiestas de La Cruz.
- 6 de diciembre: San Nicolás de Bari, patrón.
Asociaciones:
- Asociación de Amigos de Jubera
- Asociación de la Tercera Edad de Jubera
- Asociación Juvenil Peña Blanca
Otros lugares de interes turístico y elementos patrimoniales de de Santa Engracia (Jubera):
- La Iglesia Parroquial de Santa Engracia: Edificio construido en sillería y mampostería compuesto por una nave de tres tramos cubierta con bóveda de lunetos, crucero y cabecera ochavada de tres paños cubiertas con crucerías estrelladas. Tiene ingreso de medio punto en el tramo central y a los pies espadaña en sillería y mampostería de un cuerpo con dos huecos. Es construcción del siglo XVI rehecha en el XVIII.
- El Llacimiento de San Martín: Yacimiento paleontológico en San Martín de Jubera, localidad perteneciente al ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera. Contiene tres afloramiento con icnitas de dinosaurio datadas en el periodo Cretácico Inferior, hace 120 millones de años.
- Los Gallineros de Santa Engracia: Conjunto de cuatro cuevas artificiales situadas en la ladera sur del cerro Santiago en el término que se conoce como Peña Juanix. Son recintos independientes con nichos excavados que siguen las mismas características que los palomares.
- La Iglesia Parroquial de Santa Marina: Edificio construido en piedra de sillarejo compuesto por una nave de dos tramos cubierta con cielo raso y cabecera rectangular con arco de medio punto y bóveda de aristas. Tiene pórtico cubierto con ingreso de medio punto central y a los pies torre con dos huecos de medio punto en su cuerpo alto. Es obra popular del siglo XVIII.
- Aldea de El Collado: Localidad del ayuntamiento de Santa Engracia del Jubera que en la actualidad está recuperando poco a poco alguna de sus casas gracias a la Asociación de Amigos del Collado. Se trata de un conjunto de casas de mampostería construidas siguiendo las curvas de nivel y entre las que destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista del siglo XIV. En este despoblado se pueden contemplar las ruinas de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista.
- Despoblado de Reinares: Despoblado del ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera del que apenas se conservan algunas casas en pie. Destaca de todo el conjunto en ruinas la iglesia de San Miguel original del siglo XVI. En este despoblado se pueden contemplar las ruinas de la Iglesia Parroquial de San Miguel.
- Despoblado de Santa Cecilia: Localidad despoblada del ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera con un conjunto de edificaciones de mampostería y madera en completa ruina con tejados a dos vertientes de tejas de perfil árabe y alguna otra edificación más moderna de carácter agrícola o ganadero y aún conservada por su continuo uso. Destaca la arquitectura de la iglesia parroquial del siglo XVI. En este despoblado podemos contemplar las ruinas de la Iglesia Parroquial de Santa Cecilia y el Puente sobre el Arroyo Riajo.
- Despoblado de Bucesta: Localidad despoblada del ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera desarrollada en ladera con casas construidas en mampostería con tejados a dos vertientes de tejas de perfil árabe y algunos con lajas de piedra. Destacan en las dos iglesias, ambas en ruinas, y ejemplo de mejores tiempos para el pueblo. En este despoblado podemos contemplar La Iglesia Parroquial de Santa Marina, la Iglesia Vieja y la Ermita de San Juan Agriones.
- La Iglesia Parroquial de San Nicolás (Jubera): Edificio construido en piedra de sillarejo y mampostería compuesto por una nave de dos tramos con bóvedas de terceletes, crucero y cabecera ochavada de tres paños cubierta con bóveda de crucería estrellada. El ingreso es de cuatro arquivoltas baquetonadas y chambrana de clavos y a los pies hay una espadaña de dos cuerpos con tres huecos de campanas. Es obra del siglo XIII en la parte más antigua y XVI el resto.
- Ermita de la Virgen del Prado (Jubera): Edificio construido en mampostería compuesto por una nave de tres tramos y cabecera rectangular cubiertas con bóveda de lunetos sobre arcos de medio punto y pilastras toscanas. Tiene portada de medio punto al sur con inscripción: AVE MARÍA AÑO DE 1745 y sobre ella espadaña de un hueco. Es una obra barroca del siglo XVIII.
- Ermita de Santiago (Jubera): Ruinas de la antigua ermita de Santiago construida en mampostería y sillarejo de la que se conservan los muros de la cabecera con arranques para bóvedas de crucería estrellada y otros tramos cubiertos con bóveda de cañón apuntado. El resto de la ruina sería la parte en común con la casa del ermitaño. Sería obra original del siglo XIII rehecha en el XVI y XVII.
- Ermita de San Miguel (Jubera): Edificio construido en piedra de sillarejo y mampostería compuesto por una nave de tres tramos y cabecera rectangular cubierta con bóveda de aristas sobre arcos de medio punto y pilas toscanas. Tiene portada adintelada al sur. Es obra barroca del siglo XVIII.
- Despoblado de San Martín de Jubera: Localidad despoblada del ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera que forma un conjunto de edificaciones en diseminado construidas en mampostería y la mayoría de ellas en ruina aunque se están recuperado algunas de ellas. Destaca del conjunto la iglesia parroquial del siglo XVI.
En esta aldea de Santa Engracia se pueden contemplar la Iglesia Parroquial de San Martín y las ruinas de la Iglesia de San Andrés. Los Villares constituyen los restos de un antiguo poblado tardorromano como un enclave estratégico para el control de las comunicaciones en la zona.
- Despoblado de San Bartolomé de Jubera: Localidad despoblada perteneciente al ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera en la que se están recuperando algunas de sus casas como segundas residencias. Destaca del conjunto la iglesia parroquial en ruina y alguna construcción de carácter popular. Quedó despoblada en los años setenta del siglo XX. En este despoblado podemos contemplar la Iglesia Parroquial de San Bartolomé y la Ermita de la Virgen de la Penilla.
MINAS DE PLOMO
A mediados del siglo pasado aumentó la población gracias a las minas de plomo, explotadas por la Compañía Vasco-Riojana, de gran importancia en La Rioja. Tras el agotamiento de este mineral, muchas personas tuvieron que emigrar en busca de trabajo.
Las antiguas minas de plomo de Jubera, conocidas como "Túneles de los Moros", fueron abiertas en el año 1945, aunque la riqueza mineral del terreno ya se conocía desde el siglo XVIII. La explotación del yacimiento atrajo a numerosos trabajadores riojanos, vascos, cántabros y asturianos, hasta que en 1956 cesó la actividad minera. Actualmente, la zona ha sido acondicionada, convirtiéndose en un interesante punto turístico donde adentrarse en las antiguas galerías mineras, conociendo cómo era el proceso de extracción del mineral mediante unos paneles que para tal efecto han sido colocados.
PUENTE ANTIGUO SOBRE EL RÍO JUBERA
Época: s. XV-XVI -s. XX
Población: Jubera.
Situación: Mapa Topográfico Nacional SGE; E. 1/50000. Hoja 23-11 (242)
Propiedad: Logroño. Ayuntamiento Santa Engracia de Jubera.
Construcción: Sillar, sillarejo y mampostería.
Estado de conservación: Regular.
Descripción: Salva el paso del río Jubera mediante un solo arco de medio punto y bóveda de cañón de 23 m de anchura, construida en sillarejo irregular, sobre estribos asentados en la roca con dejas a la altura de los arranques y una altura de 2,30 m. La calzada es recta y ha perdido el pavimento original, debido a las posteriores obras de consolidación llevadas a cabo en el puente.
PUENTE MODERNO SOBRE EL RÍO JUBERA
Con apenas 350 metros de longitud, la carretera LR-470 sirve de acceso a la localidad de Santa Engracia del Jubera desde la LR-261, que, con origen en la N-232 en Agoncillo, articula el valle del río del mismo nombre.
El cauce del río Jubera se salva mediante un puente de hormigón de 78 metros de luz puesto en servicio en el año 1958 según un proyecto de los años 30 que sustituía el puente anterior, de dimensiones mucho más modestas, de los siglos XV-XVI.
El puente está formado por seis bóvedas, cinco de ellas circulares con luces próximas a los 8 metros y una, la central, de directriz parabólica y dimensiones muy apreciables, pues con sus 28 metros de luz libre y sus 42 metros de altura sobre el fondo del valle es, después de la de Ortigosa, la segunda bóveda mayor de las existentes en la Comunidad de La Rioja de esta tipología.
Este relato sobre la historia y construcción del puente de Jubera forma parte de las memorias de Florentino Meroño Blaya que ha redactado interesantes historias sobre su vida en Jubera.
“Muchísimos años atrás se comentaba la construcción de nuestro puente por personas del pueblo así como por muchos emigrantes que se fueron a las Américas.
Estos y otros más estuvieron apoyando el proyecto desde hacía varios años, incluso aportaron económicamente con el fin de hacerlo realidad.
Después de los años se empezaron los trámites para poder hacer estas obras. Hubo muchos problemas hasta llegar a conseguir la aceptación de la administración. Muchos fueron los viajes, las consultas con el pueblo, y demás temas relacionados que recayeron sobre D. Pedro Pérez quien fuera el alcalde pedáneo, D. Esteban Collado y otros más.
Una vez conseguida la subvención se procedió a la ejecución de las obras. Estas fueron adjudicadas a un contratista forastero. El contratista en cuestión, lo hizo más bien por amor propio pues la parte económica no le salió muy rentable.
Las obras dieron comienzo en el año 1956, se paralizaron durante tiempo por varios motivos: los trabajos fueron muy duros porque no disponían de medios materiales, todo se hacía a base de esfuerzos físicos con herramientas manuales, la arena y el cascajo se subían con burros para hacer el hormigón y los encofradores montaban con tableros y tablones.
La cercha principal creó muchos problemas y se sufrió gran peligrosidad al montarla. El contratista quería montar una cercha metálica pero quien se la cedía cobraba por el alquiler una barbaridad. Por consiguiente, tomaron la decisión de construir una de tablones y tableros. Para hacer dicha cercha tuvieron que planificar sus medidas colocando pieza a pieza en el suelo y colocándola después en el arco central.
Los trabajos del montaje fueron muy peligrosos y precisos a la vez. Cabe destacar un grave accidente que tuvo lugar una vez terminada la colocación de dicha cercha y antes de comenzar a hormigonar: Se presentó un viento fuerte que desplazó la cercha un metro hacia el costado, todo esto provocó un gran peligro y por consiguiente el retraso de la obra ya que hubo que colocar silgas y los obreros trabajaban atados con mucho riesgo.
Una vez resueltos los problemas siguieron las obras y su terminación.
Parece ser que la obra del trozo de carretera desde la plaza hasta donde empezaba el proyecto, fue decisión del mismo contratista.
Según manifestaciones, el costo de este proyecto ascendió a 850.000 pesetas.
La inauguración del mismo se realizó en el año 1958 por D. José Lorza Aristorena.
Damos las gracias a todos aquellos que personalmente participaron con sus donaciones para la construcción de este bonito puente de Jubera”
CASTILLO DE JUBERA
A pesar de su preocupante estado de conservación, las ruinas del castillo de Jubera sigue despertando la admiración de cuantos visitan el pueblo.
Publicado 15th October 2013 por Diego Marraco
"El castillo de Jubera se alza sobre una cima montañosa al sur del pueblo. En la lejanía se puede divisar su silueta vigilante que durante mil años ha constituido un referente visual para los pobladores, grabada en su retina como una parte más del paisaje. Desde su situación privilegiada a 750 metros se controla la entrada de la hoz tallada por el río Jubera y la vega del Ebro y le permitía estar comunicado con los castillos de Robres y de Ocón.
El castillo está formado por una sucesión imponente de cuatro círculos de muralla que protegían el núcleo central de habitación que hacen de él el más grande de La Rioja. Las necesidades de adaptación al terreno hacen que su forma sea difícilmente descriptible salvo el cuerpo central que es claramente rectangular. Escapes, rocas y otros elementos del terreno son incorporados con naturalidad a la fortaleza haciendo que elementos naturales y construcción actúen con la misma función. La cumbre está ocupada por el cuerpo principal que debió ser habitable y de obra estable. Conformado por un rectángulo de paredes rectilíneas, con cuatro vanos en los paramentos este y oeste todavía perceptibles, tiene el ingreso en la parte norte y una salida al sur. Esta acompañado y protegido por dos torres cilíndricas que se levantan tanto en la cabecera norte como en la sur. Desde las dos se controla el valle en ambas direcciones. Este cuerpo central está protegido por una segunda muralla que por su parte exterior desciende a una cota notablemente inferior, de trazado recto con cubo central, adarve y aspilleras a dos niveles gracias al foso de su trasdós. La tercera muralla se configura como una barbacana que refuerza la accidentada topografía con una mayor prominencia de los cubos de trazado muy variado.
Para llegar a esta tercera muralla había que superar una cuarta, muy deteriorada con solo restos en una gran parte. Esta cuarta en su cara norte, alberga el ingreso al castillo con un complejo sistema de muros que permite intuir la configuración de una especie de laberinto. El arco de entrada es un arco apuntado doblado y resaltan las dovelas en arenisca que contrasta con el azul de la caliza. El lienzo que alberga el arco de entrada y al que se adosa la esclusa de control del ingreso es el de mejor factura de todo el recinto y aun mantiene varias almenas. En la primera exclusa de defensa del ingreso hay una cueva que al parecer conecta con una gran cámara que contiene inscripciones medievales y que llega hasta el río Jubera 150 metros más abajo.
En el interior del castillo se han encontrado restos prerromanos aunque fue erigido en la alta edad media y gran parte de lo conservado data del siglo XII aunque muy rehecho de forma precipitada hacia 1833 con motivo de las guerras carlistas.
Su estado de conservación es de ruina total y gran parte del alzado de los muros se encuentra a punto de derrumbarse fruto del abandono durante tanto tiempo a las inclemencias del tiempo".
- Iformación turistica: Visitable con libre acceso
- Accesos: Desde la plaza se sube por el camino de las eras, y desde allí, a la derecha por un sendero
- Observaciones: Se trata de un mirador fantástico del Valle del Jubera y desde él se divisan otras fortalezas.
Identificación:
- Nombre: Jubera, Castillo de
- Municipio: Santa Engracia de Jubera
- Provincia: La Rioja
- Comarca: Comarca de Logroño, Valle del Jubera
- Nº Identificación: LO/006
- Comunidad: La Rioja
Tipología:
- Tipo: Castillo Medieval Militar
- Observaciones: Castillo Roquero
Clasificación:
- Siglo X o XI.
Descripción:
- Localización: Jubera
- Accesos: Desde la plaza se sube por el camino de las eras, y desde allí, a la derecha por un sendero.
- Emplazamiento concreto: Cerro Testigo
- Altitud: Cota de 781 metros
- Observaciones: El Castillo de Jubera está situado en el sur del núcleo urbano de Jubera. Se alza sobre una cima montañosa que el río ha ido tallando a modo de hoz, dotándole así de una disposición única de tapón y control del valle del Jubera.
- Tipo de sistema constructivo: Tapial y mampostería
- Observaciones: Topografía del terreno en el que está elevado muy acusada.
- Elementos estructurales: Tipo estructural complejo; Planta irregular
- Elementos arquitectónicos: Recinto interior en la parte superior y dos murallas de defensa exterior situadas en un plano más bajo. Acceso en el muro norte con arco doblado defendido por barbacana con troneras. Patio defendido por muros de mampostería con adarve y almenas. Segunda muralla con torres semicirculares. Zona principal del castillo de planta rectangular con torreones cilíndricos.
Al acercarse al castillo observamos una superposición de lienzos amurallados superpuestos unos a otros y a diferentes niveles, aparentando proteger el cuerpo habitable y residencial, que es el central y el situado en la cumbre. Estos tres anillos se completan con un cuarto que envuelve a la tercera muralla por el noroeste y acoge la zona de ingreso.
Con la salvedad del cuerpo central de forma casi rectangular y el frente oeste del segundo cerco de precisa traza, el resto de los lienzos de la fortaleza tratan de adaptarse al medio. Así, los pocos espacios aterrazados de la cumbre se asumen como patios entre una muralla y la siguiente.
La cumbre está ocupada por el cuerpo principal, conformado por un rectángulo de paredes rectilíneas, con cuatro vanos en los paramentos este y oeste y con el ingreso en la parte norte y una salida al sur. Está protegido por dos torres cilíndricas que se levantan en ambas cabeceras, norte y sur.
La torre norte, cilíndrica y de mayor diámetro, se encuentra derruida en la parte superior. La puerta de acceso no tiene dintel y se aprecia un vano en un nivel superior que se evidencia por la existencia de mechinales bajo este hueco. La torre sur se conserva mejor. Su ingreso está completo y la base está anillada al interior por un cerco. Este cuerpo central está protegido por una segunda muralla.
La tercera muralla se configura como una barbacana que refuerza la accidentada topografía mientras que la cuarta alberga en su cara norte el ingreso al castillo con un sistema de muros laberíntico. El lienzo que alberga el “arco doblado” de entrada, y al que se adosa la esclusa de control de ingreso, es el de mejor factura de todo el recinto. En él se mantienen varias almenas de capirote y su grueso está construido de mampostería de piedra caliza.
No se aprecian a primera vista fases muy diferenciadas en la construcción aunque sí facturas muy diferentes en las fábricas de sus lienzos. El trazado de los diferentes anillos parece corresponder con el origen medieval que fue después recuperado con fines militares. El castillo nunca ha sufrido deterioro por usos diferentes al de su concepción militar pero el paso del tiempo ha hecho mella y serían importantes labores de restauración y consolidación.
- Observaciones: En la base del castillo hay una cueva natural con graffitis medievales con la entrada al noroeste, cerca de la puerta principal de la fortaleza. En el interior del recinto, debido a hundimientos del terreno, se han abierto otros dos agujeros que se utilizan también para acceder a dicha cueva.
- Estado de conservación: Ruina progresiva, necesita rápidas intervenciones.
- Causas del deterioro: Erosión-abandono.
- Restauración: Sufrió reparaciones en el siglo XIX, a consecuencia de la Primera Guerra Carlista, para reconstruir el sistema defensivo del castillo: se levantó el recinto rectangular superior, la barbacana, con las troneras de las barreras externas y el aljibe.
- Uso Actual: No tiene. Turístico.
- Investigaciones realizadas: 21/07/2003, A.E.A.C., Gómez de Salazar-Ansaldo; Equipo del arquitecto Jesús Marino Pascual para la Base Documental de Castillos de La Rioja (2006).
- Documentación Gráfica: Archivo gráfico (levantamientos planimétricos) completo en la Base documental para un plan de protección de castillos de La Rioja (en la Asociación de Amigos de los Castillos de La Rioja), 2006.
- Situación legal y titularidad: Privado
- Propietario: Rafael Rodríguez Pérez, vecino de Logroño
- Dirección: 9410233816
- Superficie: 4800 m2
- Observaciones: Inscrito en el registro de la propiedad de nº 2 de Logroño, nº de finca 1372 al folio 12 del libro 28 de Jubera.
- Nivel de protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
- Datos Históricos: Posibles orígenes musulmanes. Fueron tenentes del castillo Margo Asinari hacia el 941 y Jimeno fontuniones en el 1056. En 1066 la villa fue dejada en testamento de la reina Estefana a su hijo el Infante Navarro Don Fernando. En 1122 el tenente será Lópe Garcés. Posteriormente aparece ligada a los Cameros. En el XIII pasará a posesión de Sancho VII de Navarra. Fue ocupado por Diego Gómez Manrique, Conde de Treviño, quien en 1380 lo cedería a Diego Fernández de Lezana. En 1420 Juan II de Castilla dona la villa y el castillo a Álvaro de Luna, perteneciendo a esta familia desde entonces. En la primera guerra carlista fue reutilizado, ampliándose sus defensas.
Son varios los documentos de los siglos X y XI que mencionan la villa y el castillo de Jubera. Hacia 941 era su tenente Margo Asinari y en 1056 Jimeno Fortuniones. El 1207 el castillo de Jubera con los de Clavijo y Ausejo fueron dados por Alfonso VIII de Castilla a Sancho VII de Navarra como garantía de la tregua de cinco años pactada entre ellos. Muchos años después, en 1833, al comienzo de la primera guerra carlista, se hace referencia a la destrucción de la Iglesia de Santa María para reforzar la defensa del castillo.