SAN JUAN DE GAZTELUGATXE
Gaztelugatxe es un islote de la localidad vizcaína de Bermeo, País Vasco (España). Está unido al continente por un puente de dos arcos. Sobre la isla hay una ermita dedicada a San Juan que data del siglo X, aunque algunos descubrimientos datan del siglo IX. Junto con otra pequeña isla vecina, la de Aquech, forma un biotopo protegido, que se extiende desde la localidad de Bakio hasta el cabo Matxitxaco, en el Golfo de Vizcaya.
El acceso se puede realizar desde la carretera que une Bermeo con Bakio (BI-3101). La mejor época para visitarlo es la primavera o el otoño y así disfrutar de la paz del lugar, ya que en verano suele estar muy concurrido.
- Etimología: La palabra gaztelugatxe proviene de gaztelu, "castillo" y gaitz, "difícil" o "terrible", es decir "castillo peligroso".
Documentalmente en el siglo XI (1053) la ermita se llamaba Sancti Johannis de Castiello (San Juan del Castillo), en la carta de donación que de ella hicieron Íñigo López, señor de Vizcaya y su mujer Toda Ortiz a los monjes del monasterio San Juan de la Peña (Jaca, Huesca, Aragón), quedando bajo su protección y dominio, cuna de la Corona de Aragón.
"...ego Enneco Lopiz et uxor mea
Tota Ortiz de nostra bona voluntate
tibi domino Zianno Sancti Johannis
monaco. Damus deo et
Sancto Johanni pro animabus
nostris in loco quod dicitur Sancti
Johannis de Castiello id est in territorio
de Bakio et afia parte de
Bermeio ut posideant et habeant
eum iIIi seniores Sancti Johannis
cum tota sua hereditate".
En documentos posteriores, del año 1162, en castellano antiguo, la ermita aparece como Sanctus lohannes de Penna (San Juan de la Peña), en donación a la Orden Premonstratense por parte del Conde López de Nájera y de Vizcaya.
- Descripción: La costa vizcaína en este lugar es agreste. El mar trabaja sin cesar erosionando la roca, areniscas y duras calizas de arrecife, y tallando en ella túneles, arcos y cuevas. La isla de Gaztelugatxe es el corazón de este interesante tramo de costa, junto con la pequeña isla de los conejos, la isla de Aquech, paraíso de las aves marinas.
Sobre la isla de Gaztelugatxe hay una ermita consagrada a San Juan. Junto a la ermita hay un pequeño refugio que permite protegerse del viento y poder realizar una merienda disfrutando del mar y de las aves que anidan en estos lares.
El acceso es espectacular. Un estrecho camino que parte de tierra firme y cruza sobre las rocas por un puente de piedra permite llegar hasta la zona superior del islote después de ascender 241 escalones. El camino se encuentra asimismo jalonado con las sucesivas estaciones de un Viacrucis. Suele ser tradición entre los caminantes tocar la campana de la ermita, como símbolo por el esfuerzo realizado, una vez ascendidos los 241 escalones. El esfuerzo merece la pena.
El islote está atravesado por túneles y hay numerosos arcos. A sus lados se abren playas de piedra que suelen ser muy utilizadas por los buceadores.
La costa, acantilada, está cubierta de vegetación. Destaca en esta el endemismo vasco y el acebuche y sobre ellos hay argomas, encinas y brezos. En el mar, de fondos rocosos, existen praderas de algas, con especies como las laminarias o saccorhizas. La población piscícola es la típica del Cantábrico donde abundan lubinas, fanecas, congrios, chicharros... que se completa con babosas, carraspios, julias e invertebrados como actinias, erizos, holoturias, pulpos, nécoras y centollos además de los percebes que se encaraman en la roca.
Las aves marinas son muy abundantes. La existencia de espacios amplios, como la isla de Aqueche a la que solo se pueden acceder por mar, hacen que puedan reproducirse con tranquilidad. Entre las aves que crían aquí destaca, por su rareza y pequeño tamaño, el paíño común. Abundan además, las gaviotas patiamarilla, los cormoranes moñudos y las palomas bravías.
- La Ermita: La pequeña iglesia dedicada a la Degollación de San Juan, que permanece cerrada la mayor parte del tiempo, data del siglo X y algunos la consideran de origen templario, lo que es imposible puesto que dicha orden no fue creada hasta el año 1119, y documentos anteriores a esta fecha acreditan su existencia. En el año 1053 fue donada, por Íñigo López, señor de Vizcaya, al monasterio de San Juan de la Peña situado cerca de Jaca en Huesca.
En 1593 sufrió un ataque corsario a manos de Francis Drake en el que fue saqueada, este fue uno de los muchos incidentes que ha sufrido a lo largo de su historia donde se ha incendiado varias veces. El último el 10 de noviembre de 1978 en el que resultó destruida. Dos años más tarde, el 24 de junio de 1980 se reinauguraba nuevamente.
En la explanada e interior de la ermita se han hallado enterramientos medievales del siglo IX y XII. La jurisdicción religiosa a la que pertenece la ermita es la de la parroquia de San Pelayo de Baquio.
La ermita alberga varios exvotos de marinos que se han salvado de algún naufragio. Según una tradición una vez alcanzada la ermita hay que tocar la campana tres veces y pedir un deseo. El esfuerzo necesario para subir las escaleras, se ve ampliamente recompensado.
- Episodios bélicos: El estratégico lugar que ocupa esta ubicación le ha hecho desarrollar un papel importante en diferentes acontecimientos históricos. Fue uno de los lugares en donde se enfrentaron el rey Alfonso XI de Castilla y el señor de Vizcaya Juan Núñez de Lara en 1334.
En 1594 fue atacado por herejes de La Rochelle, sufriendo el saqueo y el asesinato del ermitaño que estaba a su cuidado. En el siglo XVIII fue asaltada por tropas inglesas y en la guerra civil española se produjo en sus aguas la batalla del Cabo Machichaco en donde se enfrentó la marina republicana contra la sublevada.
- Costumbres y tradiciones: A la tradición de subir y tocar tres veces la campana para pedir un deseo o ahuyentar a los malos espíritus se unen otras más. Los barcos de pesca bermeanos cuando salen a faenar suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte. Las mujeres que sufren algún problema relacionado con la fertilidad suelen acudir a este lugar en la creencia que el Santo les ayudará a solventar dicho problema. A los huecos de las escaleras, identificados como las huellas de San Juan, se les otorga diferentes poderes curativos, para beneficiarse de los mismos hay que meter los pies en ellos buscando que curen los callos o se dejan sombreros, pañuelos o chapelas para curar el dolor de cabeza.
La tradición cuenta que San Juan Bautista llegó a tocar tierra en este punto de la costa vasca dejando sus huellas marcadas en la roca en cuatro lugares diferentes: en el arco de San Juan en el propio casco urbano de Bermeo, junto al caserío Itsasalde,en el alto de Burgoa y finalmente junto al caserío de Ermu, está colocada en 1982. Cuenta también que en las cuevas del peñón la inquisición encerraba a los acusados de brujería.
- Las fiestas: En San Juan de Gaztelugatxe se celebran varias fiestas. Lo curioso es que a cada una de ellas acude gente de un pueblo diferente. Así pues:
- El 24 de junio, San Juan Bautista, hacen fiesta los bermeanos.
- El 31 de julio, San Ignacio de Loyola, hacen fiesta los arratianos.
- El 29 de agosto, San Juan degollado, la celebran los de Bakio.
- El 31 de diciembre se oficia la misa de fin de año.
El 29 de agosto también se realiza una ofrenda floral submarina a la Virgen de nuestra Señora de Begoña que fue instalada en la base del acantilado, frente a los arcos, en 1963. Además, el ayuntamiento de Bermeo suele acudir hasta el peñón para renovar el acta sobre la posesión del mismo.
- Isla de Aquech: La Isla de Aquech o Isla de Aqueche, llamada también en euskera Akatxe Uhartea, Aketx Uhartea o Akatz Uhartea, y recogida en la toponimia oficial del País Vasco como Akatx Uhartea, es una isla situada en el entorno del cabo Machichaco en la localidad vizcaína de Bermeo, en el País Vasco, España.
Con una superficie de tres hectáreas, se trata de una mole pétrea con escasa vegetación y apariencia de peñón, casi inabordable. Es un santuario de cría de aves marinas como el cormorán grande. Está situada junto a la pequeña isla (convertida en península por una pasarela y un pequeño puente) de Gaztelugatxe, esta última de menor altitud y superficie, formando junto a ella un biotopo protegido.
CABO MACHICHACO
El cabo Machichaco (o Matxitxako en euskera) es un cabo del mar Cantábrico situado en la provincia de Vizcaya (País Vasco, España). El cabo es el final de la ladera del monte Sollube y forma parte del término municipal de Bermeo, junto a San Juan de Gaztelugatxe y la Isla de Aquech.
- Faro: En su punto más saliente se sitúa un faro a 122 metros sobre el nivel del mar, con una torre de 20 metros y un alcance de 30 millas náuticas. El faro es automático y dispone de sirena de niebla.
Entre sus instalaciones figuran un radar (a 90 metros sobre el nivel del mar) y diferentes equipos meteorológicos y oceanográficos.
Fue construido en 1909, sustituyendo al faro viejo, que se había construido en 1852. Entre los años 1854 y 1863 fue la escuela de “guardafaros”, entonces llamados “torreros”. En él se jubiló el último farero de Vizcaya.
- Entorno: Al noroeste del cabo, a ocho kilómetros de la costa, se encuentra la plataforma "Gaviota", donde en 1986 se comenzó a extraer gas natural en una zona de roca caliza, a una profundidad de entre 2.100 y 2.700 metros bajo las aguas, con profundidad de unos 106 metros, hasta que en 1994 se agotaron sus cerca de 10 millones de metros cúbicos. En 1995 fue reconvertido para ser utilizado como almacén de gas importado de otros países, aprovechando su estanqueidad natural, con el fin de garantizar durante varios días el suministro de gas de España en caso de alguna contingencia que bloquee la importación desde las naciones productoras. En 2009 solo existía en España otra instalación de estas características, ubicada en la comarca de Serrablo (Huesca), aunque solo tiene capacidad para unos 600 millones de m³, frente a los 800 de esta, que en 2015 pasarán a ser 1600 debido a un proyecto de ampliación que contará también con dos nuevas tuberías subterráneas hasta tierra firme.
El cabo Machichaco está situado entre la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y el Biotopo protegido de San Juan de Gaztelugatxe; el oriental pertenece al primero y el occidental al segundo.
Desde el faro, y en sus laderas y acantilados, se pueden ver ocasionalmente grandes cetáceos.
- Submarinismo: Más allá de la costa, la profundidad crece repentinamente, pero a escasos metros de la punta del cabo existe un pequeño bajío de unos 30 m de profundidad, excelente para practicar el submarinismo.
En 2002 se descubrió un pecio hundido a 120 m de profundidad frente al cabo. Se trata de un mercante hundido por causa desconocida en los años 50. El descubrimiento lo llevó a cabo la expedición submarina Ur-sub, cuyos componentes descendieron los 120 m, siendo así la inmersión de buceo más profunda llevada a cabo en el País Vasco. Aún quedan por descubrir varios pecios hundidos, como el del Nabarra o el de una patrullera alemana hundida durante la Segunda Guerra Mundial.
PLAYA DE BAKIO
Baquio (en euskera y oficialmente Bakio) es un municipio de la provincia de Vizcaya, País Vasco, España. El municipio de Bakio pertenece a la Comarca de URIBE, distando 12 kilómetros de Mungia y 12 kilómetros de Bermeo, rodeado por los montes Burgoa (447 metros), Garbola (474 metros) y Jata (592 metros), los dos primeros situados en la cordillera que desciende desde Sollube hasta el cabo Matxitxako, y el tercero -Jata- nos permite divisar Bakio, San Juan de Gaztelugatxe y el Peñón de Aketxe.
Dos ríos atraviesan la vega de Bakio: el principal es el río Zarraga, que recibe aguas procedentes de su homónimo, el barranco de Zarraga, y de los barrancos de Elorriaga, Karrakola, Amutzaga y Osinaga y de numerosos arroyos antes de morir junto al muelle; y el pequeño Ondarra, procedente de las faldas del Burgoa y Garbola, y que desemboca en plena playa.
Este pueblo cuenta con 112 caseríos repartidos en 7 barrios: Artzalde, Basigo (Elexalde, hasta mediados del S. XX), Bentalde, Goitisoloalde, Urkitzaurralde, San Pelaio y Zubiaurralde; con una extensión de 16,12 km².
Limita al Norte con el Golfo de Bizkaia, al Sur con Mungia, al Este con Bermeo y al Oeste con Mungia, Maruri-Jatabe y Lemoiz.
El acceso al municipio desde Mungia se realiza a través de la carretera local BI-3101, y desde Lemoiz tomando las carreteras forales BI-2153 (Lemoiz-Armintza) y BI-3152 (Armintza-Bakio), siendo el medio de transporte colectivo habitual la línea de autobuses BizkaiBus.
- Situación y características: Está formado por un pequeño valle drenado en su interior por el río Zarraga o Estepona, y el pequeño Ondarra que desemboca en plena playa. Este valle está rodeado por montañas al este, sur y oeste y queda abierto por el norte al mar Cantábrico. El municipio linda al norte con el mar, al este con la localidad de Bermeo, al sur con la localidad de Munguía y al oeste con las localidades de Maruri y Lemóniz.
El municipio se llamaba antiguamente Basigo de Bakio, siendo este el nombre de su principal barrio.
En 1927 se añadieron al municipio los barrios de San Pelayo y Zubiaur, que hasta entonces habían pertenecido a Bermeo. A pesar de su situación costera y de su origen como aldea de pescadores, Baquio no posee ya demasiada tradición marinera y ha sido más bien una localidad tradicionalmente agrícola.
Posee un microclima especial, con abundantes precipitaciones y un clima templado, sin apenas nieve o heladas; lo que favorece el cultivo de la vid y la producción del vino denominado chacolí.
- Arquitectura: Debido al inconfundible estilo arquitectónico de sus edificios, típicamente norteños, es un pueblo de una belleza singular.
- Religiosa: En lo que a la arquitectura religiosa se refiere, hay que destacar la Parroquia de Santa María, de estilo gótico (siglo XVI) que se ubica en el barrio de Basigo. Debe hacerse mención de las ermitas de San Martín, Santa Úrsula, San Esteban, San Cristóbal y Santa Catalina, todas situadas en las zonas rurales y construidas en estilo popular.
- Civil: En cuanto a arquitectura civil Baquio posee un conjunto de elementos de arquitectura interesante, construidos a partir del siglo XVII, que pueden conocerse a través de recorridos señalizados por el ayuntamiento. Del Período Barroco destacan las mansiones señoriales de Elexpuru y Ormaza, palacios rurales pertenecientes a importantes familias locales, que reflejan el tránsito entre lo rural y lo residencial de la época.
Con la entrada del siglo XX nuevas formas arquitectónicas se introdujeron en la localidad. El auge de la costa como lugar de residencia vacacional de las clases privilegiadas bilbaínas edificó mansiones en el camino que une la iglesia hasta el mar. La característica fundamental de estas casonas residenciales es la gran variedad de estilos, que tenía como finalidad subrayar la posición económica y social de sus propietarios, mediante diferentes opciones estéticas. Las más antiguas fueron réplicas de modelos franceses, como Feliena y Quintatorre (1896). Otras, posteriores, tomaron como referencia construcciones barrocas, como el Palacio Itxas-Ondo, de 1930. Con posterioridad se aplicaron otros modelos: edificios neocántabros, como Rosario Enea, neovascos, como Loraldia o Isabela, etc. Ya en la actualidad se han construido en Baquio innovadoras viviendas unifamiliares, como Aristondo o Aretaetxekosolo, al estilo de los años sesenta.
ESCULTURAS
- Velas cruzadas al viento: Escultura de Jose Ramón Anda junto al muelle, que representa las leyendas marinas de Bakio y al velero pirata hundido junto a nuestras costas hace dos siglos, el cual figura en el escudo de Bakio.
Un triángulo y un arco de circunferencia dejan un espacio entre ellas, se encuentran y ofrecen en la intersección el ojo vacío de un círculo prometeico. La pieza se levanta sobre un gran bloque y está dispuesta en el extremo del espigón del puerto, junto a la playa de Bakio. La obra se ha fundido en bronce por Alfa Arte y la ha realizado el escultor de Bakaikoa, José Ramón Anda Goikoetxea (1949). La configuración plástica de “Belak” (2000-2001) tiene el perfil marino de un balandro con las velas al viento. Mide 8 metros e interrelaciona realidades diferentes del municipio. Como dice el artista: “a través de los dos planos superpuestos hemos tratado de simbolizar el mestizaje social y cultural al que está abocado Bakio y que deberá afrontar sin dejar de lado ni olvidar su punto de partida, pero, por supuesto, abierto a ese futuro”.
- Escultura homenaje al txakoli: Desde el 18 de Marzo de 2007, Bakio cuenta con una nueva escultura del artista bermeano Néstor Basterretxea (1924). Se trata de un Homenaje al txakoli que está ubicado en la nueva avenida Sabino Arana, en la confluencia con el Paseo Marítimo. La obra es de gran formato y alcanza los seis metros de altura. En su construcción se ha utilizado el acero corten y cuenta con una base de cimentación en la que se emplearon 30 metros cúbicos de hormigón. El espíritu plástico es abstracto y constructivo pero también dispone la representación en su parte frontal de una cepa de cobre con racimos de uva y una placa con la leyenda “Hemen daukaguz gure Bizkaiko burdin senoan landurik, itxas haize eta txakolinaren izateak alkarturik” (Aquí tenemos labrado nuestro hierro fuerte de Bizkaia, la sal de la mar y el xakoli unidos). La parte escultórica es estructural y evoca a un árbol que se relaciona con el viento. Conjuga la materia y el espacio, y se sitúa en un espacio intermedio, desde el que poder divisar el entorno.
- Mirador de Askada: Javier Bengoa Mardaras (1953) es el arquitecto que diseñó el mirador de Askada: Unas plataformas sobre el mar y unas escaleras que permiten bajar a la playa. Consta de un referente plástico junto a barandillas y elementos de nuevo diseño. El nombre del pueblo se puede ver desde el cielo, gracias a una estructura compositiva en planta, concebida a partir de un banco corrido de 119 metros de longitud que dibuja las distintas letras de la palabra Bakio, lo que da a la zona no sólo una imagen singular sino también una finalidad añadida. El lugar es magnífico y el panorama que se divisa resulta inmejorable. Los planos se disponen a varias alturas y los límites son funcionales y sensibles. Se ofrece un diálogo con el espacio y permite una sensibilización plástica con los mínimos elementos posibles. El ejercicio es muy liviano. Se produce una armónica relación entre las verticales rectas y las curvas suaves y envolventes. En el conjunto sobresale el dibujo de unas filiformes estructuras que perecen vibrar en el aire y que están coronadas porunas siluetas de peces. Una evocación del lugar y para el lugar. Una asimilación volumétrica consciente de expresión y movimiento que da continuidad al paseo marítimo. El Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) concedió a esta obra arquiescultórica el primer premio en la modalidad urbanismo de 2005. El jurado hizo mención especial a la escultura-veleta como "hito significativo" del espacio.
- Economía: Tradicionalmente las principales fuentes de recursos de Baquio han sido las actividades agrícolas y ganaderas, siendo secundarias las dedicaciones relacionadas con el mar. El núcleo del antiguo modelo económico fue el caserío, edificio dedicado a vivienda de la familia y el ganado. Puede visitarse un amplio conjunto de caseríos de diferentes épocas y estilos: con soportal adintelado (Gorrondona, Artetxe), con soportal en arco (Bidetxe) y de estructura cúbica como Gabantxo. La agricultura continúa siendo hoy en día un importante sector de actividad en Baquio, donde se cultivan productos de alta calidad y gran tradición, cuyo máximo exponente es el famoso Txakoli, contando esta localidad con cuatro bodegas actualmente: Gorrondona-Doniene, Zabala, Abio y Ados.
Numerosas construcciones de Baquio conservan estructuras e instalaciones que reflejan la tradición del cultivo de la vid en sus emparrados.
En la actualidad ha ganado fama como importante centro de veraneo, aumentando su población exponencialmente en época estival. Aun así, Baquio mantiene una importante actividad cultural municipal durante el resto del año.
- Molinos y ferrerías: Constituyen los testimonios más antiguos del aprovechamiento de la energía hidráulica en el medio rural. En la cuenca de Baquio proliferaron a partir del s. XVIII muchos establecimientos en torno a su río, contabilizándose hasta ocho molinos y tres ferrerías. Las ferrerías transformaban el mineral de hierro que llegaba en barcazas desde la comarca vecina de las Encartaciones hasta la playa de Baquio. Su propiedad estaba en manos de las grandes familias locales, que los arrendaban molinos y ferrerías durante generaciones. Los molinos de Baquio han permanecido en activo hasta hace unas décadas. Algunos de ellos aún conservan sus elementos e instalaciones e incluso algunos transformados en restaurantes pueden visitarse en funcionamiento.
- Eventos: Durante el verano se suelen organizar numerosos eventos en el municipio que contribuyen a amenizar la estancia de los veraneantes y dotan al pequeño municipio de una interesante vida cultural. Entre estos eventos se encuentran, la Semana de Música de Baquio, el Festival Internacional de Folclore, cine al aire libre, campeonato de pelota vasca, el mercado de artesanía, un concurso de fotografía, mercado agrícola, las fiestas patronales, el Día de Santa María (15 de agosto), campeonato de surf, el campeonato de tenis Open Kiroleta, etc.
Las fiestas patronales de Baquio son las de San Agustín y San Juan Doloz (28, 29, 30 y 31 de agosto en verano) y las de San José (19 de marzo) en invierno, También celebra Baquio algunas otras fiestas como San Ignacio (31 de julio), Santa María (15 de agosto) y San Miguel (29 de septiembre). Adicionalmente se festejan las fiestas patronales de las ermitas de sus barrios como Santa Catalina, Santa Úrsula, San Martín (11 de noviembre), San Cristóbal (10 de julio), San Esteban (26 de diciembre) y San Pelayo (26 de junio).
- La Costa: La zona costera de Bakio se extiende a lo largo de 6 kilómetros. Acantilados, playa, calas y paseos dibujan esta línea costera donde cabe destacar la zona del biotopo protegido de San Juan de Gaztelugatxe.
La espléndida playa de Bakio, la más amplia de la costa vizcaína, con 1 km de longitud, caracterizada por la limpieza de sus aguas, es afortunada por la diversidad que ofrece en cuanto a la práctica de baño y deportes como el surf, waveski, kayak-surf, etc. No en vano es escenario de importantes campeonatos a nivel estatal e internacional.
Desde el año 2005 ha obtenido los certificados ISO 9001 de Calidad, ISO 14001 de medio ambiente, la bandera Ecoplayas 2008 y EMAS acreditándola como una de las playas de mejor calidad de la provincia.
- El Interior: Con una extensión de 16,2km2 y rodeada por los montes Burgoa, Garbola, Sollube y Jata, Bakio posee zonas amplias de esparcimiento, paseos de césped y áreas de carácter rural donde aún se mantienen campos de cultivo. El río Estepona recorre la zona central del municipio dividiendo per fectamente los diferentes barrios. En el transcurso de los siglos la agricultura ha sido la base de la economía, caracterizándose por la existencia de cultivos mediterráneos como agrios y vid, y las importantes extensiones de huertas.
- Gastronomía: El carácter de zona abrigada es la base de un típico microclima caracterizado por las temperaturas suaves, menor riesgo de nevadas y heladas, y unas precipitaciones abundantes. Por eso a los productos típicos de Bizkaia se le suman los productos mediterráneos destacando los pimientos verdes, espárragos, tomates, limones, pero sobre todo el txakoli donde nos encontramos con los mejores representantes de todo el Pais Vasco en el arte de su elaboración. Abio, Zabala y Gorrondona son tres ejemplos del buen hacer y por lo tanto aconsejable la degustación de sus caldos. La oficina de turismo organiza visitas guiadas para grupos.
- Rutas en BTT: Existen rutas señalizadas y bautizadas con los nombres de Valentín Uriona y Jesús Loroño.
- Ruta de las ermitas: Un recorrido de 11km. nos llevará durante 3 horas a conocer una de las joyas del románico, San Pelaio, y la ermita de San Juan
de Gaztelugatxe.
- Ruta de los palacios y las villas: Un recorrido de 4,5km que durante hora y media pasearemos por el acantilado y también contemplaremos un excepcional conjunto de suntuosas mansiones de diversos estilos edificadas a principios del siglo XX.
- El Bakio de interior: Un recorrido de 9km que durante 2 horas y media nos adentrará en el núcleo original de Bakio, donde destaca la parroquia de Andra Mari, en un entorno rural de prados y viñedos.
- Historia: En su origen medieval, Anteiglesia de Bakio, se organizaba en barriadas, con dos núcleos principales: por un lado Basigo -dentro del cual existió un enclave perteneciente a Mungia hasta 1882- Anteiglesia independiente, que cuenta con iglesia parroquial; y un segundo núcleo, que sería el formado por Zubiaurralde y San Pelaio, ambos pertenecientes a la Villa de Bermeo hasta la anexión a Bakio en 1927.
Su economía rural giraba en torno al caserío, sin apenas contacto económico con el entorno.
A partir del Siglo XIII, fruto de una mayor actividad económica, ciertas familias se hacen con el control del municipio. Surgen entonces las famosas ferrerías, así como los molinos Goikolea -Ferrería y Molino-, Gaztañazarreta (Kurtzikena), Olatxu -Ferrería y Molino-, Urgura, Eitzaga, Zubiaurrerrotatxu (Errotatxu), Balandaerrota (Telleria), Elexpuruerrota (Katxuena), Errotatxu (Panaderiena), Bekoerrota, Bengolea -Ferrería y Molino-, Urkitzaerrotazarra, Errotabarri, Urgitxi, Olazarra -Ferrería y Molino-, Ureta, Azeretxokoerrota, Olabarri -Ferrería y Molino-, Ondarra -Ferrería y Molino- e Ibarraerrota.
A finales del Siglo XVIII se produjo una progresiva concentración de la propiedad en manos de un grupo de poderosas familias del propio municipio: Elexpuru, Ormatza, Artetxe, Duque de Ciudad Real, Marqués de Mortara, Marqués de la Torrecilla y Sota, entre otras.
Hacia 1870, con motivo de las Guerras Carlistas, y las crisis económicas, muchos bakiotarras se vieron en la obligación de emigrar a Cuba, regresando a finales de Siglo y construyendo grandes mansiones (Quinta-Torre, Villa Clotilde, Feliena...) que hoy día se conservan.
En el Siglo XX surgirán las primeras residencias veraniegas: como Etxegorri (Pili-Palas), Itxas-Begi, Bitz-Gane, Itxas-Ondo, etc. A partir de 1970 proliferarán en mayor medida, extendiéndose a lo largo del municipio.
TXACOLI (EUSKERA) / CHACOLI (ESPAÑOL)
El Txacoli (Euskera) o Chacolí (Español), es un vino de baja graduación (9,5% vol) y fresca acidez frutal, típico del País Vasco, que cuenta con dos DO: Chacolí de Getaria (Getariako Txakolina) y Chacolí de Vizcaya (Bizkaiko Txakolina).
Entre sus características organolépticas destaca una ligera burbuja que anima su paladar frutal, más sutil en el chacolí de Getaria. Los más típicos son vinos blancos, aunque se elaboran también algunos rosados y tintos; según las condiciones de fermentación y el porcentaje de uva tinta, unos chacolíes son más "manchados" que otros.
Las variedades básicas con las que se elabora son hondarribi zuri (blanca) y hondarribi beltza (tinta), plantadas en los rincones más protegidos de los vientos y mejor expuestos al sol. Pocos viñedos del mundo están ubicados en una geografía tan hermosa y peculiar. Desde la lejanía da la impresión de que los viñedos, conducidos en porte alto, estén colgados sobre el mismo mar.
Desde el siglo XIV, el chacolí formó parte de la economía local y familiar de estas localidades marineras de Euskadi. Pero, a mediados del siglo XIX, con la aparición del oídio, se inició la decadencia del viñedo vasco, ya empobrecido por la importación de vinos de otras regiones cercanas. Vino de consumo popular, mantiene sus ritos tradicionales en las fiestas y en las catas.
Por San Antón, suben los clientes a las bodegas y catan las cubas (kupelas), utilizando un espiche (txotx) que les permite llenar los vasos debajo del chorro. El chacolí no se trasiega, para evitar pérdidas de gas, y se clarifica por sedimentación en los pequeños envases de madera. Debe existir un equilibrio perfecto entre acidez, puntas de aguja y graduación alcohólica para que la bebida ofrezca todas sus buenas posibilidades. La aguja (tximparta) es la característica distintiva de este vino. Los vinos se mantienen en contacto con sus lías una vez realizada la fermentación, lo que contribuye a su riqueza aromática.
Antes de consumirlo se escanciaba, como se hace con la sidra natural actualmente. Esto es debido a que antiguamente no se filtraba ni clarificaba. En los últimos años varias bodegas han empezado a estudiar y mejorar su elaboración para conseguir mejor gusto y aromas, obteniendo vinos con un sabor muy satisfactorio.