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Posible Cosecha Excelente de Rioja 2016 Vendimia y Añada

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POSIBLE COSECHA EXCELENTE DE RIOJA 2016 VENDIMIA Y AÑADA

- Posible cosecha excelente de Rioja 2016: Según el departamento técnico de la DOC de La Rioja, se esta confirmando la alta calidad de la cosecha de Rioja del 2016, que esta reuniendo todas las características para obtener posiblemente la calificación oficial de "excelente", una categoría que en los últimos años han conseguido las añadas de 1994, 1995, 2001, 2004, 2005, 2010 y 2011 según informan númerosos enólogos de esta denominación de origen. De todas formas esta calificación la iniciará próximamente el Consejo Regulador mediante un examen analítico y de cata, con la previsión de conocer sus resultados finales en febrero o marzo de 2017.

- Calificación de añadas: Calificación generalista otorgada a la calidad de la cosecha anual de una denominación de origen determinada, normalmente dictada por el correspondiente consejo regulador. Es una práctica dirigida al mercado y se suele reflejar en tarjetas que los consumidores utilizan como guías de compras. Las clasificaciones van de malas a excelentes. E - Excelente / MB - Muy Buena / B - Buena / N - Normal | M - Media. En la actualidad existe controversia, pues son genéricas (no distinguen entre pagos, ni bodegas, subzonas o estilos de elaboración) además de ser autocalificativas, razón por la cual no hay muchas clasificaciones regulares o negativas.



 EL CICLO VEGETATIVO DE LA COSECHA 2016

- Excelente evolución del viñedo riojano en la cosecha 2016: El viñedo riojano ha tenido una favorable evolución durante el ciclo vegetativo de la cosecha 2016, que se ha desarrollado en fechas normales con respecto a la media de los últimos años, con unos diez días de retraso sobre el año anterior en las zonas más tempranas y algo más en las zonas tardías.

De acuerdo con el informe del Servicio Habilitado de Veedores del Consejo Regulador, que realiza un exhaustivo seguimiento de todas las fases del ciclo, en general la climatología ha favorecido la correcta evolución del estado vegetativo del viñedo y la ausencia de plagas o enfermedades de importancia, lo cual ha permitido que el estado sanitario del viñedo se haya mantenido en condiciones excelentes hasta el final de la vendimia.

La brotación se inició en la zona más oriental de la Denominación en la última semana del mes de marzo, con algo de retraso respecto al año anterior, y tras la floración-cuajado se constatan unos altos índices de fertilidad, mayores que el año pasado, a excepción de la variedad garnacha en la subzona de Rioja Baja, donde se localiza un alto grado de corrimiento. De forma general se observa al inicio del verano una situación bastante regular del viñedo en el conjunto de la D.O., con previsiones de producción altas y racimos de mayor tamaño bien cuajados, sobre todo en viñedos más jóvenes y localizados en terrenos fértiles, frente a los ubicados en laderas o terrenos más pobres, que presentan mayor irregularidad.

Aunque la última fase de la evolución del viñedo ha estado condicionada por las altas temperaturas y ausencia de precipitaciones, el estado vegetativo no ha presentado síntomas de sequía, salvo en muy puntuales ocasiones, ya que el conjunto de precipitaciones anteriores, incluyendo las de parada vegetativa, se encuentran en valores algo por encima de la media, condicionando un vigor más elevado en general.

La evaluación del estado sanitario del viñedo y su situación productiva, realizada por el Servicio Habilitado de Veedores del Consejo Regulador en la última semana de agosto con el inicio de los controles de maduración que se llevan a cabo hasta la generalización de la vendimia, permitía avanzar unas expectativas excelentes tanto desde el punto de vista cualitativo como en lo que a producción se refiere para la cosecha 2016.


- La vendimia: La vendimia se inició de forma puntual el día 29 de agosto con las variedades blancas más tempranas y se fue extendiendo paulatinamente con el resto de variedades en las zonas más orientales de la Denominación durante los primeros días de septiembre, pero a diferencia de lo ocurrido el pasado año, se ha escalonado a lo largo de dos meses, con su punto álgido en torno a la segunda semana de octubre y finalizando en la primera semana de noviembre. Prueba de que la vendimia 2016 ha tenido un desarrollo muy lento es que en las cuatro primeras semanas tan solo se vendimiaron unos 45 millones de kg de uva, apenas un 10% del total de la cosecha esperada, y había operativas menos de la mitad de las 630 bodegas que elaboran en la campaña.

Aunque el ciclo se había iniciado con un alto grado de fertilidad, observándose una buena floración y cuajado, así como racimos de mayor tamaño, lo que auguraba altas expectativas de producción, la falta de lluvias del verano provocó que la situación al inicio de vendimia fuera de racimos con bayas más pequeñas, cuyo menor peso condicionaba las expectativas productivas inicialmente estimadas.

Pero una vez más, la climatología que ha acompañado el desarrollo final del ciclo ha sido decisiva para el resultado final de la cosecha. El tiempo seco y soleado que ha predominado hasta finales de octubre, así como las lluvias moderadas caídas en la tercera semana de septiembre y principios de octubre, ha resultado muy beneficioso para completar la maduración y para mantener la sanidad de la uva en perfecto estado. Sorprendentemente, en las zonas más frescas de Rioja la producción ha sido mucho más alta que la esperada al principio de la vendimia, debido al efecto producido por esas escasas lluvias. Al final, las expectativas de alta producción que había al inicio del ciclo se han cumplido en una parte de la Denominación debido a la inusual climatología de septiembre y octubre.


EXCEPCIONAL COSECHA DE RIOJA 2016

La cosecha amparada por la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja de 2016 es "excepcional" en cantidad y calidad, con 442,4 millones de kilos de uva y la elaboración de 318,5 millones de litros de vino, ha detallado hoy su Consejo Regulador. Este es el balance provisional de la cosecha, en la que se han logrado estos resultados "muy satisfactorios" gracias a una climatología "inusual" de septiembre, la excepcional sanidad de la uva y una vendimia muy escalonada, ha añadido en un comunicado.

El balance provisional de la cosecha 2016 realizado por el Consejo Regulador de la DOCa Rioja, de la que forman parte las comunidades riojana, vasca y navarra, indica que de los 442,4 millones de kilos de uva amparada, 187,8 han correspondido a Rioja Alta; 161,5, a Rioja Baja; y 92,9, a Rioja Alavesa.

La superficie total de viñedo productivo en la vendimia de este año ha sido de 62.641 hectáreas, 759 más que en la campaña anterior; y, del total, 58.016 han sido de variedades tintas y 4.625, de blancas, 143 y 620 más que en la cosecha 2015, respectivamente.

Se ha obtenido una producción amparada de 400,14 millones de kilos de uva tinta, que representa el 90 %; y 42,22 de uva blanca, el 10 %. La cantidad final recolectada en esta vendimia ha sido de 462,5 millones de kilos de uva, de los que, una vez descontados los excesos de rendimiento, han resultado amparados por la DOCa 442,4, de los que resulta una elaboración amparada de 318,5 millones de litros de vino.


Esta cantidad es algo inferior al máximo que teóricamente hubiera sido amparable con los rendimientos máximos por hectárea que se habían establecido para esta cosecha en las normas de campaña, ha precisado.

Las primera impresiones sobre la calidad de los vinos elaborados de esta cosecha 2016 son "muy optimistas", aunque será la calificación de todos los vinos lo que permitirá valorar de forma precisa la calidad final de las elaboraciones de cada bodega en particular y de la cosecha en su conjunto.

Esa calificación la iniciará próximamente el Consejo Regulador mediante un examen analítico y de cata, con la previsión de conocer sus resultados finales en febrero o marzo de 2017.

También ha destacado que en le vendimia de este año ha influido de forma decisiva la "inusual" climatología de septiembre y octubre, muy favorable para mantener la "excepcional" sanidad que ha caracterizado a la uva en esta campaña.

Ello ha contribuido a realizar la vendimia de forma selectiva, una vez alcanzado el punto óptimo de maduración en cada viñedo, ha subrayado.

Ha recordado que el año pasado fue "insólito" que el 13 de octubre finalizara la vendimia más temprana de la que se tiene constancia en Rioja, pero la vendimia 2016 ha resultado "sorprendente" por su prolongado desarrollo a lo largo de dos meses y por el incremento de las expectativas productivas que había tras un ciclo marcado por la sequía y altas temperaturas del verano.


CALIFICACIONES DE LAS COSECHAS DE LA D.O.Ca. RIOJA

Las calificaciones de las cosechas de la D.O.Ca. Rioja otorgadas por su Consejo Regulador desde su fundación en 1926 son las siguientes: 1925 Muy buena; 1926 Mediana; 1927 Mediana; 1928 Muy buena; 1929 Normal; 1930 Mediana; 1931 Muy buena; 1932 Normal; 1933 Normal; 1934 Excelente; 1935 Muy buena; 1936 Normal; 1937 Normal; 1938 Mediana; 1939 Normal; 1940 Normal; 1941 Buena; 1942 Muy buena; 1943 Buena; 1944 Buena; 1945 Buena; 1946 Normal; 1947 Muy buena; 1948 Excelente; 1949 Muy buena; 1950 Normal; 1951 Normal; 1952 Excelente; 1953 Mediana; 1954 Buena; 1955 Excelente; 1956 Buena; 1957 Normal; 1958 Excelente; 1959 Muy buena; 1960 Buena; 1961 Buena; 1962 Muy buena; 1963 Normal; 1964 Excelente; 1965 Mediana; 1966 Normal; 1967 Normal; 1968 Muy buena; 1969 Normal; 1970 Muy buena; 1971 Mediana; 1972 Mediana; 1973 Buena; 1974 Buena; 1975 Muy buena; 1976 Buena; 1977 Normal; 1978 Muy buena; 1979 Normal; 1980 Buena; 1981 Muy buena; 1982 Excelente; 1983 Buena; 1984 Normal; 1985 Buena; 1986 Buena; 1987 Muy buena; 1988 Buena; 1989 Buena; 1990 Buena; 1991 Muy buena; 1992 Buena; 1993 Buena; 1994 Excelente; 1995 Excelente; 1996 Muy buena; 1997 Buena; 1998 Muy buena; 1999 Buena; 2000 Buena; 2001 Excelente; 2002 Buena; 2003 Buena; 2004 Excelente; 2005 Excelente; 2006 Muy buena; 2007 Muy buena; 2008 Muy buena; 2009 Muy buena; 2010 Excelente; 2011 Excelente; 2012 Muy buena; 2013 Buena; 2014 Buena; 2015 Muy buena.


CÓMO DETERMINAR EL MOMENTO OPTIMO DE LA VENDIMIA

- Fijación de las fechas de vendimia: La fecha ideal de recolección para cada parcela, sigue siendo el "secreto" del éxito de innumerables viñedos que elaboran mejores vinos que sus vecinos teniendo, los viñedos, el mismo aire, los mismos suelos y las mismas variedades.

- Organización del trabajo: Es necesario determinarlo con bastante anticipación y, sin embargo, no es fácil hacerlo debido a que cada viñedo o tipo de vino a elaborar conlleva una recolección diferente, madurez de la uva, clima, modo particular de recolección, etc., para poder adquirir el grado de madurez deseado. Por ejemplo adelantaremos la fecha de vendimia si queremos elaborar vinos más jóvenes, frescos, ligeros y aromáticos. Por otra parte si queremos elaborar vinos de crianza deberemos esperar más tiempo para que la madurez fenólica sea la correcta. Por ultimo vendimiaremos la uva muy madura y dulce para obtener más grado alcohólico.

En el caso de bodegas grandes, donde las vendimias pueden durar varios días, incluso varias semanas, se suele correr el peligro de empezar demasiado pronto o de terminar demasiado tarde, ya que la abundancia de una cosecha prolonga el trabajo de la recolección.

En la mayoría de las regiones y bodegas se tiende a vendimiar demasiado pronto. Todos los enólogos coinciden en ello desde hace mucho tiempo. No obstante, también hay años en que resultaría peligroso vendimiar demasiado tarde.

- Estado sanitario de la uva:Éste no se puede prever de antemano. Por otra parte, las previsiones meteorológicas carecen de una precisión exacta. El logro de un gran vino depende de las condiciones meteorológicas de la recolección y, por lo tanto, está supeditado, inevitablemente, al azar.

Las lluvias comprometen la calidad de las uvas maduras incluso sin llegar a la putrefacción, ya que la uva en su última etapa, ya muy madura, es fácilmente atacable por hongos. De esta forma si se quieren correr riesgos en atención a una mejor madurez, deben ser siempre riesgos calculados.


- Maduración fenológica: No sólo hay que considerar su grado de azúcar/alcohol, apariencia de la uva, su consistencia, su acidez para la degustación, la lignificación del pedúnculo del racimo, el color de la uva, mosto o partes leñosas de la planta, etc. Es necesario también seguir el proceso de la maduración fenólica con medidas precisas y realizar comparaciones con los datos obtenidos en años anteriores.

Tradicionalmente la madurez se ha ponderado según la densidad, que básicamente mide azúcares y da por tanto una idea del grado alcohólico potencial. Más adelante se incorporaron medidas de la acidez y el pH. La combinación de los tres parámetros determina lo que se denomina madurez industrial o tecnológica. Por lo general siendo el mejor momento para vendimiar aquel en que se alcanza la relación justa entre azúcares y acidez, o bien cuando el porcentaje de azúcares deja de crecer durante, al menos, 5 o 6 días. Pero en la actualidad se valora la madurez fenólica o fisiológica de la baya, que es la medición exacta del contenido en glucósidos, precursores de la formación de polifenoles generadores de color, aromas y sabores.

Cuando la uva se cosecha poco madura se producirán vinos ácidos y con marcadas notas herbáceas y faltos de aroma frutal-floral que caracteriza a cada variedad. En estas circunstancias las uvas tintas producen vinos con poco color y astringentes. Por el contrario cuando las uvas están sobre maduras se obtienen vinos faltos de acidez, fácilmente oxidables por el alto pH, con ausencia de aromas varietales e incremento de notas de miel en los vinos blancos y mermelada en los vinos tintos.


- Características genéticas de cada variedad: Según sean más o menos precoces. Midiendo el tiempo que transcurre entre la fase fenológica (brote, floración, nacimiento de los frutos, inicio del proceso de maduración y maduración) y otra está estrechamente ligado a las vicisitudes climáticas y suele ser muy estable a lo largo de los años. Esto hace que una cuidadosa observación, repetida año tras año, de los días que transcurren entre la completa floración y la maduración comercial, según el destino que se quiera dar a la producción, permita establecer desde los meses de mayo o junio el momento de la vendimia, con un margen de error de 2 a 3 días.

Por tanto, para simplificar si la uva, pasados 80-110 días desde la completa floración, según la variedad, más precoz o más tardía, no ha conseguido los valores de azúcares o acidez óptimos, no se pueden esperar grandes cambios, porque ya se ha alcanzado la madurez fisiológica, determinada por factores genéticos, y no por el curso climático. En efecto, este último puede condicionar algunas características de la uva, como su contenido en azúcares o sustancias colorantes, su acides, et., pero no puede modificar el tiempo que transcurre entre la floración y la maduración. Los eventuales cambios de parámetros de la uva podrán producirse después de la maduración fisiológica sólo con un proceso de sobre maduración, en el que las variedades se producen por pérdida de agua y, en definitiva, pérdida de peso de la producción.


- Objetivos enológicos: Para poder decidir el mejor momento de la recolección de la uva de vino, es fundamental tener muy claro el objetivo que se quiere seguir a la hora  de transformar el fruto en vino

Para producir un vino base para la creación de espumosos, será necesario que las uvas se recojan con cierta anticipación, sin dejar que lleguen a la plena maduración, privilegiando de esta forma la acidez total (9-11%) que da frescura y finura a los vinos, y exaltando los aromas frutales.

Para la creación de vinos blancos o tintos jóvenes, en los que se desee privilegiar la frescura, los aromas, el afrutado y ala delicadeza, es necesario vendimiar las uvas con un contenido medio de azúcares (16-18%) y una acidez media (6-7%), por tanto, con una maduración no demasiado avanzada.

Por el contrario, las uvas bien maduras, con una elevado contenido de azúcares y una buena acidez son necesarias para conseguir vinos, sobre todo tintos, de una cierta importancia y estructura, aptos para el envejecimiento. Estas uvas han de tener frutos bien coloreados y necesitan defensas fitosanitarias para durar más tiempo en la planta.

- Factores climáticos: Con temperaturas demasiado elevadas se obtienen mostos ricos en azúcares, pero con una acidez escasa, con mucho color, pero pobres en aromas y fácilmente oxidables. En estos casos, para poder modificar, en parte, estas características, sería conveniente anticipar la cosecha, mientras que en los ambientes fríos se tiende a posponer, ya que las uvas acumulan menos azúcares y tienen una alta acidez y un color desvaído.


- Inclemencias meteorológicas: Pueden intervenir hechos no esperados que nos obliguen a cambiar la fecha de la vendimia, incluso a recoger la uva antes de la madurez. Si se producen lluvias intensas o tormentas de granizo antes de la recolección, ésta se anticipa para evitar que la uva se estropee.

En general, no es conveniente vendimiar en días de lluvia o con exceso de rocío, ya que aunque se obtiene más producción, la calidad del mosto será peor. También si el calor es excesivo, debería realizarse la vendimia en las horas más frescas del día.

- Momento de vendimia: Las primeras horas de la mañana son las mejores, evitando así exponer las uvas a la acción del sol, lo que sería contraproducente por la deshidratación a trabes del raspón, con el consiguiente ablandamiento y, en otros casos, ennegrecimiento. Las uvas expuestas a fuertes calores durante  la recolección ofrecen muy escasas posibilidades de conservación, tanto en frigorífico como, aún menos, para su transporte o guarda.

- Selección de los racimos: Los racimos afectados por hongos o podredumbre no deben recogerse, ya que el hongo destruye los antocianos produciendo una disminución global de color, aumentando los niveles de plifenoloxidadas, haciendo los vinos más sensibles a la oxidación y dando lugar a la desaparición de los aromas característicos de la uva y a la formación de otros extraños y desagradables, que deterioran organolépticamente al vino.

Igualmente, tampoco deben recogerse los racimos rotos, pegados al suelo o con tierra, para evitar en lo posible las impurezas tales como polvo, tierra, sarmientos, hojas, insectos, productos fitosanitarios, etc. También hay que vitar los racimos excesivamente verdes como es el caso de agraces o racimas.


- Uvas sin roturas y enteras: Para conseguir que el porcentaje de roturas sea mínimo, se debe limitar al máximo el número de transvases de la uva de un recipiente a otro. Acondicionar la vendimia en el recipiente de transporte de tal forma que no se aplaste. Los recipientes de pequeña altura son los más idóneos. Utilizar recipientes de fácil limpieza con el fin de que, aun en caso de deterioro de la vendimia, la fermentación alcohólica no se desarrolle anticipadamente debido a una siembra de levaduras procedentes del envase sucio; Emplear recipientes construidos con materiales inatacables, que no puedan contaminar las vendimias con elementos indeseables para los mostos o vinos (hierro, cobre, etc.) tales como mimbre, esparto, madera, caucho y plástico especial para la industria alimenticia.

Sin embargo, por razones principalmente de tiempo y de tipo económico, cada día se tiende más a mecanizar el trabajo de las vendimias en los grandes viñedos, ya que escasea la mano de obra especializada y ésta resulta muy costosa. Las vendimiadoras mecánicas son máquinas que se desplazan sobre la línea de plantas, tienen una serie de palpadores que sacuden los racimos, desgranándolos, y las uvas caen a un contenedor que posteriormente se vuelca en el remolque, dejando el raspón en la cepa. Suelen llevar dispositivos neumáticos para la separación de hojas.

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