ESPAÑA PRIMER EXPORTADOR MUNDIAL DE VINO
Fuente: www.vinetur.com
España se ha convertido en poco tiempo en la primera exportadora de vinos mundial y las perspectivas de crecimiento son muy positivas. Desde Francia han estudiado el modelo español y estas son las conclusiones
Año tras año la industria española se consolida como la primera exportadora de vinos del mundo, y otros países competidores miran con recelo el éxito del vino español que en poco tiempo ha pasado en ser una bebida de consumo interno con escasa presencia en el mercado exterior a lider mundial en exportación.
Por ello no es de extrañar que el último informe de FranceAgrimer, que anualmente se dedica a analizar la situación del mercado internacional, se haya convertido este año en todo un monográfico dedicado a analizar el modelo español.
Según este estudio, España ha desarrollado una estrategia basada en la expansión en diferentes mercados y una oferta de entrada en mercados barata, tanto en el vino a granel como en el embotellado.
Para FranceAgrimer, la clave del éxito de la industria del vino española es la fuerte competitividad en los precios de coste. Esto permite que España se posicione como uno de los principales proveedores de vino a nivel de entrada en los principales mercados de importación, como la propia Francia, Alemania o el Reino Unido.
Además, tras la entrada en el país la tendencia de la industria española es explorar y seguir penetrando en su mercado hacia una mejor promoción de sus vinos para satisfacer mayores necesidades de demanda, recoge la publicación.
El estudio incide además en que esta tendencia hacia la promoción del consumo también se está empezando a dar en el mercado español con una cada vez mayor promoción de sus vinos y signos de reactivación del consumo interno.
Todos estos logros se basan, según la oficina agrícola francesa, en una mano de obra barata y una baja incidencia de plagas. En Francia, por ejemplo, dedican grandes presupuestos a tratamientos fitosanitarios.
En cuanto a la capacidad productiva, España es la superficie de viñedo más grande del mundo, pese a haber reducido drásticamente su número de hectáreas tras la campaña europea de subvenciones para el arranque de viñas. Este hecho le permite dedicar gran parte de este extenso viñedo a producción con bajos rendimientos pero ganando en calidad, destaca el informe que añade que en los últimos años se observa una nueva tendencia con una especialización de productores de uva y aumento de los rendimientos impulsados por el desarrollo de la irrigación.
Sin embargo, para FranceAgrimer, la asignatura pendiente del vino español es el consumo interno. La disminución del consumo de vino en España ha caído un 35% en 10 años y la debilidad de su mercado interno condenan a la industria a seguir impulsando el desarrollo de las exportaciones.
Destaca también que otro problema para el vino español es el Cava, una industria de espumosos que, antaño con un gran crecimiento, se ha convertido en un verdadero desafío en un momento en el que el mercado interno no está creciendo y el exterior se encuentra liderados en este sector por los italianos en el rango de precios bajos y los franceses en el sector de alta gama.
Con todo, el estudio otorga a España un gran potencial de crecimiento, situándolo entre los países más competitivos del mundo en los mercados de exportación. Un crecimiento que pasa por explorar nuevos sectores de consumo a través de una valoración más alta de sus vinos, algo que será difícil de alcanzar sin una mejor definición de la zona de producción.
En este sentido destaca que la anchura de la oferta permite a España responder a la demanda mundial, aunque los volúmenes están actualmente solamente dirigidos principalmente hacia un rango determinado de precios.
ESPAÑA LIDERA EL COMERCIO MUNDIAL DEL VINO AUNQUE REDUCE SUS INGRESOS
Fuente: www.economia.elpais.com
El litro español se vende en el exterior a 1,1 euros, frente a los 5,37 euros de Francia. Más de la mitad de las exportaciones de 2014 fueron a granel.
España se convirtió en 2014 en el líder mundial en las exportaciones de vino. Alcanzó un volumen de ventas en el exterior de 22,6 millones de hectolitros. En segundo lugar se quedó Italia, con 20,4 millones. El tercer puesto fue para Francia, con 14,4 millones. El fuerte avance de España se debió al enorme crecimiento de la exportación de vino, que registró un aumento del 22,3% con respecto al año anterior. El récord, sin embargo, es agridulce para el sector: aunque suben las ventas, bajan los ingresos, porque el producto que se comercializa fuera es cada vez más barato.
El buen comportamiento de las exportaciones españolas fue la consecuencia directa de una cosecha excepcional, con una producción de vino de 53 millones de hectolitros, frente a una demanda interior de tan solo cerca de 10 millones de hectolitros para consumo directo. Fuera de la Unión Europea, el mayor exportador es Chile, pero a una gran distancia de los tres principales de la moneda única, ya que sus ventas sumaron ocho millones de hectolitros. Australia terminó el 2014 con 7,3 millones, y Sudáfrica con 4,8 millones de hectolitros. El comercio mundial de vino movió en total 101 millones de hectolitros, con un incremento del 2,1%.
El problema es que los buenos resultados en volumen de los vinos facturados desde España no se ha correspondido con el comportamiento de los ingresos. Por valor de ventas, España ocupa el tercer lugar mundial y a mucha distancia de sus rivales, con una facturación 2.511 millones de euros, un 4,6% menos que el ejercicio anterior. Con unas ventas totales en el mundo por valor de casi 26.000 millones de euros, a la cabeza de la rentabilidad se mantiene Francia, con ventas de 7.732 millones de euros, seguida de Italia, con 5.111 millones.
La explicación del problema de rentabilidad del vino español está directamente vinculada con el bajo precio al que vende sus caldos. Los precios medios mundiales del vino en 2014 se situaron en 2,46 euros litro. Los vinos franceses, sin embargo, alcanzan una media de 5,37 euros litro; seguidos de los neocelandeses, a 4,36 euros, los estadounidenses a 2,73 euros; y los portugueses, a 2,55 euros. Para encontrar los vinos españoles en ese ranking de precios por litro hay que bajar mucho. Ocupa el último lugar en el conjunto de los grandes países exportadores, con una media de 1,1 euros litro, lo que supone un descenso del 22% sobre los 1,43 euros de la campaña anterior. Mientras, por ejemplo, los caldos alemanes se comercializan a 2,51 euros, los italianos a 2,50 euros, los argentinos a 2,38 euros, los chilenos a 1,73 y los sudafricanos, a 1,24 euros.
¿Por qué el vino español pierde valor cada año? Esta reducción de los precios medios es consecuencia del incremento de las exportaciones de los vinos a granel, no embotellados, cuyos precios medios se situaron en el entorno de los 0,40 euros litro.
En conjunto, las exportaciones agrarias y alimentarias españolas ascendieron en 2014 a más de 40.000 millones de euros, y constituyen una salida indispensable para el desarrollo de la actividad agraria y de la industria. En el caso del vino, con una demanda interior que solo es la cuarta parte de la producción, vender fuera es una necesidad para mantener los viñedos y la actividad de más de 2.000 bodegas que operan en el exterior.
El problema sin resolver es la existencia en el sector del vino de dos mundos paralelos. Uno de ellos está destinado a los vinos de gran calidad y precios elevados, que se mantiene en mercados tradicionales y abre cada año nuevos horizontes. Y otro mundo, formado por cientos de cooperativas y bodegas, que se sostiene con la venta de producto a granel y que, gracias a precios bajos, aumenta con fuerza sus ventas en terceros países y tapa los agujeros de otros países que sufren malas campañas.
Para Rafael del Rey, responsable del Observatorio Español de los Mercados del Vino, los datos de 2014 ponen en evidencia la necesidad de trabajar en el alto posicionamiento en los mercados mundiales de los vinos de mayor calidad y avanzar en el mayor envasado de las exportaciones.
En 2014, de los 22,6 millones de hectolitros exportados, los envasados suponían 7,4 millones de hectolitros, con un crecimiento del 5,3% en volumen, pero solo del 0,8% en valor. Por su parte, las ventas de vinos a granel ascendieron a 12,6 millones de hectolitros, con un descenso en valor del 8,7%, hasta los 500 millones de euros. Los graneles han constituido la salida para eliminar excedentes, pero están convirtiéndose en un lastre para un sector que ve mermada su rentabilidad.