TURIMSO EN COMILLAS (CANTABRIA - ESPAÑA)
Destaca por sus edificios medievales y barrocos y por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña en el que intervinieron artistas modernistas como Antoni Gaudí, siendo sus obras abundantes y visibles por toda la villa.
La localidad da nombre a la Universidad Pontificia Comillas ubicada originalmente en esta villa cántabra hasta su traslado a Madrid. Los antiguos edificios de la universidad son uno de los mejores ejemplos del modernismo de la localidad. Actualmente es un campus de la Universidad de Cantabria.
Por ubicarse en ella la Universidad de la que salieron importantes figuras eclesiásticas se la conoce popularmente como la "villa de los arzobispos". Durante gran parte del siglo XX a su tradicional carácter marinero se unió el ser un lugar de veraneo de la aristocracia española, especialmente madrileña, catalana y vasca. En la actualidad, aunque mantiene ese carácter señorial en muchas de sus construcciones, es un lugar popular de veraneo al igual que otras localidades costeras de Cantabria.
Qué ver en Comillas:
- El Capricho de Gaudí.
- Palacio de Sobrellano.
- Cementerio de Comillas.
- Playa de Comillas.
- Universidad Pontificia.
- Capilla-Panteón.
- Parque Güell y Martos.
- Fuente de los Tres Caños.
- Puerto.
- Portada Casa Moro.
Restaurantes:
- Restaurante Marisqueria Adolfo
- La Aldea
- Quo Vadis
- La terrazuca
- Café Rosel
- Si Querida
- Mirador de Trasvia
- Ubicación: Comillas es un municipio y localidad de la comunidad autónoma de Cantabria (España) situado en la Comarca de la Costa Occidental. Limita al norte con el mar Cantábrico, al sur con el municipio de Udías, al este con el de Ruiloba y Alfoz de Lloredo y al oeste con el de Valdáliga.
- Economía: Aunque en tiempos pasados la economía de la "Villa de los Arzobispos", como también es conocida Comillas, estuviera decantada hacia agricultura y pesca, en la actualidad está volcada totalmente hacia el sector servicios y en concreto hacia el turismo. Prueba de ello es el aumento de población que experimenta el municipio en los meses estivales.
A finales del siglo XIX, se produce un fenómeno de lo que hoy llamamos turismo, los "Baños de Ola". En Comillas, al igual que Santander, San Sebastián, Biarritz, Deauville, Cannes o Niza (villas estas donde se generó el turismo) empezó a ser frecuentada por la burguesía con el fin de tomar los baños de ola, los baños eran recomendados por los facultativos por motivos de salud siguiendo las corrientes médicas higienistas y su utilización como parte de recreo entre la alta burguesía, y así surge en las playas de Comillas y Oyambre, al igual que ocurre en otras ciudades costeras españolas y europeas, la práctica de los baños de ola. Esta actividad balnearia trae consigo un gran cambio en las costumbres sociales y culturales de los veraneos de la época que motiva la aparición de nuevas edificaciones e infraestructuras, así como la ampliación de las vías de comunicación que unen las playas, hasta entonces prácticamente aisladas, con el centro de Comillas.
En un principio, las casas para los baños de mar eran muy modestas y tenían un carácter provisional. Sin embargo, esta nueva terapia de baño de oleaje fue cada vez más practicada. Numerosas personas se desplazaban, especialmente desde Barcelona, Madrid, Sevilla y Bilbao, para pasar el verano en Comillas. Este aumento de afluencia de turistas hace que se creen nuevas infraestructuras de carácter permanente. Las casas de baño comienzan a construirse con mejores materiales.
El aumento de gente en las playas de Comillas se acrecentará cuando, a finales del siglo XIX el rey Alfonso XII (y posteriormente, su hijo, Alfonso XIII ) y su familia convierten a Comillas en la capital del veraneo regio pasando los veranos en la villa. El Palacio de Ocejo y el Palacio de Sobrellano, residencia del monarca y su familia durante dos años consecutivos, será testigo de las fastuosas fiestas allí celebradas. Este hecho dará lugar al aumento de la edificación en la zona para alojar a la aristocracia y la burguesía que imitaba las costumbres reales, precisando también lugares para el ocio y la diversión.
Como grandes atractivos, la villa cuenta además de la playa con un extenso patrimonio artístico marcado por el exitoso regreso los indianos. La Universidad Pontificia, el Capricho de Gaudí y el Palacio de Sobrellano son sólo algunos de los ejemplos de arquitectura de Comillas.
- Gastronomía: De la tradición marinera de Comillas provienen las sopas y preparaciones de pescado y de marisco (lubinas, cabrachos, bocartes o salmonetes, angulas, bueyes de mar, langostas, bogavantes centollos, nécoras, mejillones, y muergos o erizos de mar). El plato más conocido es el sorropotún, un guiso de bonito con patatas, cebolla, pimiento y tomate. Comillas tiene dos fiestas gastronómicas: la fiesta de la caballa y la fiesta del erizo.
- Naturaleza: Comillas tiene la playa de Comillas de arena dorada fina y la playa de los Colodros. A parte de sus playas, esta villa tiene numerosos acantilados como los del Cabrero y La Garita.
Al oeste de Comillas se encuentra la ría de la Rabia (localidad que pertenece a Comillas), que es un parque de aves acuáticas donde puedes encontrar cisnes y patos. La ría desemboca en el remanse de Parque natural de Oyambre. Este parque es una playa que tiene unas dunas espléndidas.
Esta playa tiene un monumento el pájaro amarillo por haber aterrizado aviones de América que se habían quedado sin combustible y los comillanos hicieron este monumento en su honor.
La playa va desde Trasvía (Comillas) hasta el cabo de Oyambre.
Comillas está rodeado por el Monte Corona, lugar donde hay una ermita. En él hay toda clase de árboles, donde resaltan los castaños. También hay una diversa fauna de Cantabria.
PATRIMOMNIO MONUMENTAL
Bienes de interés cultural:
- Edificio de “El Capricho”, de Gaudí: en el capricho destacan los mosaicos de girasoles. Además al lado del capricho se encuentra la estatua de Antoni Gaudí.
- Fachada principal del Cementerio, monumento desde 1983. El cementerio de Comillas se instaló junto a una iglesia de finales del siglo XV, ya en ruinas. La reforma comenzó en 1881, e intervino en ella Domènech i Montaner, integrando la ruina en el cementerio, mediante la creación de un cierre con cruces y pináculos. Sobre una de las paredes de la antigua iglesia se alza la escultura El Ángel Exterminador, obra modernista de Josep Llimona (de 1895). (Tiene una peculiar historia que si dais al enlace del cementerio la veréis).
- Antigua Universidad Pontificia: a parte del edificio universitario que antes era un seminario se puede apreciar la portalá y los numerosos jardines.
- Palacio de Sobrellano o del Marqués de Comillas: a su lado destaca la Capilla Panteón en donde está enterrada la familia del marqués junto con él. El Palacio y la Capilla se encuentran en una campa verde con numerosos árboles.
- Cueva de La Meaza, en Ruiseñada, zona arqueológica.
- La Villa de Comillas, conjunto histórico desde 1985.
- La iglesia de San Cristóbal, edificio barroco construido entre (1640) y finales del siglo XVIII. En ella destaca la torre, acabada en un pináculo de estilo francés y el interior, espacioso y esbelto. Destaca el órgano, el Santo Cristo del Amparo y las bóvedas de tradición gótica. La torre de la iglesia fue derribada en la guerra civil por una bomba por los republicanos, pero se volvió a construir y se hizo más alta. Además, la iglesia de San Adrián, en Ruiseñada, es un Bien inventariado.
Otros bienes patrimoniales:
- La Torre de la Vega, antigua pertenencia de la Casa de la Vega (Garcilaso I de la Vega)
- La Fuente de los Tres Caños, obra monumental del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Se construyó gracias a Joaquín del Piélago por la traída de aguas a Comillas. Fue uno de los primeros pueblos de España en tener agua en las casas.
- El Parque Güell y Martos, parque público y elementos arquitectónicos obra del arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner. En él se encuentra la estatua del marqués y varias cruces que simbolizan la muerte, ya que se hizo en 1890 tras la muerte de él. En la guerra civil se quitaron de la estatua del marqués las indianas de bronce que estaban sentadas en los tronos que tiene el monumento para hacer balas. Fueron quitadas por las tropas nacionalistas.
Edificios que destacan:
- El antiguo ayuntamiento (1780).
- Centro cultural el Espolón (siglo XVIII), interesante edificio de estilo neoclásico, construido en 1794 por orden de Juan Domingo González de la Reguera.
- Palacio de los Duques de Almodovar del Río de estilo inglés del siglo XIX.
- Palacio de la Coteruca: gran edificio con almenas parecido a un castillo donde residían familias aristocráticas. Este edificio fue quemado en la guerra civil por los republicanos pero hoy en día se ha vuelto a restaurar.
- La estatua del León: estatua situada a la entrada de la villa perteneciente al Palacio de Sobrellano.
- Estatua de la pescadera: estatua que rinde homenaje a las pescaderas de Comillas situada en la playa.
- Puerto de Comillas: es el puerto ballenero más pequeño registrado en El libro Guinness de los récords. Este puerto tiene un estatua dedicada a Jesús Cancio por ser el poeta de Comillas y de la mar.
- Fuente Oria
- Puerta de los Pájaros o puerta del Moro. Entrada a una residencia privada. Fue construida por Gaudí en el 1900.
- Estatua del Ángel (Plaza del Ángel) .
- Ayuntamiento nuevo: antiguo colegio de monjas construido a finales del siglo XIX.
- Casa Moro: esta singular casa tiene el honor de tener la puerta de los pájaros diseñada por Antoni Gaudí y construida en 1900. Gaudí dibujó la puerta en la arena de la playa y diseñó una puerta para las personas, otra para los carruajes y un espacio en círculo para los pájaros.
- Mirador y ermita de Santa Lucía: posicionada en la atalaya mirando a la playa y al puerto de Comillas. En su interior guarda la imagen de la virgen de Santa Lucía que fue donada por los pescadores para rezar antes de salir a la mar. Antiguamente se vigilaba la mar por si aparecían ballenas que surcaban la costa de Comillas. Cuando se veía alguna se daba aviso a los pescadores por la campana de la ermita. También sonaba cuando las condiciones meteorológicas no eran buenas.
- El Hospital (Asilo): fue mandado construir por el hermano del primer marqués de Comillas y lo construyó en 1899 Plácido Díaz de la Campa.
- Estatua del Sagrado Corazón de Jesús: ésta estatua fue derribada en la Guerra Civil por los repúblicanos, pero en 1940 fue restaurada.
- Casa Ocejo: edificio donde se hospedaba Alfonso XII en los veranos. En 1881 se originó la reunión de ministros donde Comillas fue capital de España por un día.
- Casa la Portilla
- Casa el Llano
- Cavaducas
- H. Anita
- La cárcel (albergue de peregrinos).
- Casa Rectoral: casa situada detrás de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús.
- Casa del siglo XIX que tiene una fachada con clara influencia de estilo modernista ubicada junto a H Anita
- Antiguas murallas medievales situadas cerca de la playa (aún se pueden ver trozos). Éstas murallas más tarde sirvieron de cerrado para unas fincas que había en la parte de Santa Lucía. Tras hacer la circunvalación las murallas fueron derribadas para hacer la carretera.
- Restos de grutas artificiales, columnas y sarcófagos romanos: están situados en los jardines de alrededor del Palacio de Sobrellano.
ELEMENTOS IDENTITARIOS
- Gentilicio: El topónimo Comillas o Cumiyas, como aparece registrado en documentos medievales, procede según aputan varios autores, de la raíz celta kamb- convertida en komb- 'curvo'. Así pues Comillas se pronuniciaría Kombillas (dimin. de kombo 'curva') o ya más latinizado Cumbellas (dimin. de cŭmba 'vallecito') haciendo referencia a la orografía de la zona, caracterizada por un suave relieve de colinas y dolinas. La progresiva pérdida de la b en el grupo -MB- (conservado en el noroeste de la península) daría como resultado el topónimo actual de Comillas, que vendría a significar vallecito o zona entre valles y lomas redondeadas.
La historia etimológica coincide con la situación de Comillas, ya que antes de construirse las casas actuales, el pueblo se situaba entre tres colinas o lomas. La Cardosa donde se encuentra la Universidad Pontificia Comillas, la colina del Palacio de Sobrellano y la colina del Palacio de la Coteruca.
Otra versión fabulosa del origen del término, hace referencia a la distancia con San Vicente de la Barquera (cinco millas).
- Símbolos: El municipio tiene como símbolos un escudo y una bandera. La bandera está formada por dos franjas horizontales de igual anchura, siendo blanca la superior y azúl oscura (añil) la inferior. Los colores representan al agua del Mar Cantábrico y el blanco de la espuma de las olas.
En el años dosmil seis el municipio propuso al Parlamento de Cantabria la adopción del lábaro cántabro como bandera oficial de Cantabria, y coloca dicha bandera en el balcón de la Casa Consistorial durante la celebración de las fiestas locales.
El escudo de Comillas es de forma cuadrilonga, con la punta redondeada de estilo español. En campo de azur un torre de oro almenada y mazonada, aclarada de azur, sobre unas rocas en su color natural y siniestrada de una nao de vela, también en su color natural que con la proa ha roto una cadena de sable que sale desde la torre al flanco izquierdo del escudo; todo sobre ondas de agua de plata y azur, puestas de punta. Timbrado con la corona Real Española.
La parte histórica del escudo reproduce el emblema de la conquista de Sevilla por marinos cántabros, en 1248, con la torre (representando la Torre del Oro) y una nave que rompe con su proa las cadenas que cerraban el paso por el río Guadalquivir (representando el puente de barcas atadas por cadenas que entonces unía Sevilla y Triana). Simboliza los ocho siglos de actividad que caracterizaron a la Cantabria marítima.
Por ese transcendental suceso, a cuyo fin contribuyeron las villas gallegas y del Cantábrico, aportando las naves y sus dotaciones, las cadenas que rompieron las naves de Bonifaz pasaron a figurar en la heráldica de muchas de aquellas villas marineras, que se disputan la naturaleza de las dos naves que realizaron la temeraria hazaña.
EL CAPRICHO DE GAUDÍ
La Villa Quijano, popularmente conocida como El Capricho, es un edificio modernista situado en la localidad cántabra de Comillas. Fue proyectado por Antoni Gaudí y construido entre 1883 y 1885 bajo la dirección de Cristóbal Cascante, ayudante del arquitecto reusense, por encargo del indiano Máximo Díaz de Quijano. Es una de las pocas obras que Gaudí proyectó fuera de Cataluña.
Esta obra pertenece a la etapa orientalista de Gaudí (1883-1888), periodo en que el arquitecto realizó una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí empleó con gran profusión la decoración en azulejo cerámico así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.
El edificio cayó en el abandono tras la Guerra Civil, estado en el que siguió pese a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1969. En 1977 la última descendiente de los López-Díaz de Quijano, Pilar Güell Martos, vendió la propiedad al empresario Antonio Díaz quien lo restauró en 1988 y lo convirtió en un restaurante. En 1992 fue comprado por el grupo japonés Mido Development. Por último, en 2009, el edificio se convirtió en museo.
El Capricho (1833-1885), también conocido como Villa Quijano, es un colorista y original palacete diseñado por el genial arquitecto Antonio Gaudí (1852-1926). Considerado como una de sus primeras obras de relevancia, El Capricho marca el comienzo del movimiento modernista y nos permite conocer a un joven Gaudí lleno de aenergía y vitalidad. Junto con el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines de León, ésta es una de sus tres únicas construcciones fuera de Cataluña.
En su visita enctrará multidud de matices y simbolismos: unos los decubrirá fácilmente y otros están escondidos en los rincones más inesperados. La mezcla de materiales como la cerámica vidriada, el ladrillo cara vista o el hierro forjado crea una gran variedad de texturas, algo muy caractarístico de la arquitectura de Gaudí. El exotismo y la influencia oriental, representativos de esta etapa de juventud, conviven con otros elementos que nos son más familiares. La naturaleza, presente en todo el edificio, es la pieza final que acaba dando sentido a todo el proyecto creado por Antoni Gaudí.
Visitar El Capricho permite conocer las raíces de una arquitectura única e irrepetible. Antoni Gaudí es posiblemente uno de los más grandes creadores de todos los tiempos y es aquí, en Comillas, donde nos encontramos un manifiesto de su genialidad.
Máximo Díaz de Quijano (1838-1885), un joven abogado que llevaba los asuntos legales del Marqués de Comillas y otros indianos en Cuba, fue quien encargó esta singular residencia al arquitecto del Baix Camp. El resultado es un interesante edificio de tres plantas que responde perfectamente a los gustos y necesidades de este enigmático personaje. Antoni Gaudí tenía apenas 30 años al terminar esta vivienda y posiblemente sin saberlo había dado origen a una arquitectura irrpetible.
- Historia: Máximo Díaz de Quijano (1841-1885) era un indiano enriquecido en Cuba, abogado de profesión, de ideología carlista y aficionado a la música y la botánica. Era concuñado del también indiano Antonio López y López, marqués de Comillas, suegro del empresario catalán Eusebi Güell, el principal mecenas de Gaudí, motivo por el que entraron en contacto promotor y arquitecto. Gaudí había sido ayudante de Joan Martorell en el palacio de Sobrellano del marqués de Comillas, donde había proyectado el mobiliario de la capilla de palacio. También construyó en Comillas en 1881 un quiosco en forma de templete de aire oriental para celebrar la visita del rey Alfonso XII a la localidad cántabra. Por ello recibió el encargo de construir un chalet anexo al palacio, que debía servir de residencia de verano. El edificio recibió el nombre de Villa Quijano, que pronto fue conocido como "El Capricho", debido a su aspecto exuberante y original.
Gaudí realizó un proyecto de estilo orientalizante, en paralelo a su obra contemporánea en la casa Vicens de Barcelona, con reminiscencias de los artes gótico, oriental, mudéjar y nazarí. Posiblemente Gaudí se inspiró en un proyecto para un embarcadero que había hecho durante sus estudios universitarios, en 1876.
Las obras fueron ejecutadas por Cristóbal Cascante, compañero de carrera de Gaudí, quien se basó en una maqueta realizada por el arquitecto modernista. Los trabajos se realizaron entre 1883 y 1885 aunque, lamentablemente, su propietario no pudo disfrutarlo mucho tiempo, ya que murió unos meses más tarde de acabadas las obras. Ya que era soltero, la villa pasó a su hermana, Benita Díaz de Quijano; su hijo, Santiago López y Díaz de Quijano, emprendió en 1914 una primera reforma de la casa en que se sustituyó el invernadero por un bloque de obra de fábrica y se cambiaron las tejas cerámicas por placas de fibrocemento.
El edificio cayó en el abandono tras la Guerra Civil estado en el que siguió pese a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1969. En 1975 el ayuntamiento de Reus, localidad natal de Gaudí, sugirió trasladar el edificio a esa población, aunque el proyecto fue desestimado. Poco más tarde, en 1977, la última descendiente de los López-Díaz de Quijano, Pilar Güell Martos, vendió la propiedad al empresario Antonio Díaz por 16 millones de pesetas. Sus hijos, Antonio y Ernesto, se hicieron cargo del inmueble que fue inaugurado como restaurante con el nombre de "El Capricho de Gaudí" en 1988 tras unas obras de rehabilitación que costaron 300 millones de pesetas. En 1992 fue comprado por el grupo japonés "Mido Development" por 800 millones de pesetas. Debido a la crisis económica, el restaurante se vio obligado a cerrar. Por último, el edificio se convirtió en museo y abrió sus puertas al público en julio de 2010; desde entonces ha recibido cerca de 500.000 visitantes.
- Exterior: El Capricho se encuentra en un terreno en pendiente, que antiguamente albergaba un bosque de castaños, en un valle cuyas laderas descienden hacia el mar, expuesto al norte. El arquitecto debió tener en cuenta todos estos aspectos, que resolvió con un proyecto de volumetría horizontal, orientando la fachada de las zonas destinadas al día hacia el norte. La nivelación del terreno lo obtuvo mediante un vaciado parcial de las tierras de la finca conteniendo la pendiente con un muro en el jardín trasero. Gaudí incorporó a su obra dos construcciones anteriores que había en el terreno, un invernadero y un templete, que transformó en el cuerpo central del edificio y en la base de la torre-minarete, respectivamente. Por otro lado, junto al edificio diseñó también los jardines de la finca, en los que incluyó una gruta artificial.
El edificio tiene planta alargada en forma de "U", con una superficie de 720 m² y una planta de 15 x 36 metros. Contiene semisótano, planta noble y desván, comunicados por dos escaleras de caracol, y con una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica. En su construcción se emplearon diversos materiales, como la piedra, el ladrillo, el azulejo, el hierro y la teja, combinados en diferentes tonalidades, lo que otorga una gran riqueza cromática al conjunto.
La fachada principal está estructurada sobre la base de una serie de franjas horizontales de sillares de tono amarillo-ocre con franjas de verde decoradas con flores amarillas de girasol. Los muros son de ladrillo visto sobre un zócalo de piedra de forma almohadillada, y rematados por una cornisa de cartelas de colores; el tejado, de dos aguas, está revestido de tejas cerámicas.9 En su planimetría destaca la línea curva, con diversos cuerpos semicirculares superpuestos que destacan del conjunto, e incluso las esquinas tienen forma de curvas cóncavas. Los balcones presentan un original diseño, ya que la barandilla de hierro forjado se convierte en su parte central en un asiento, mientras que en su parte superior presentan un diseño a modo de pérgola.
El acceso principal de la casa se encuentra en el lado norte, en un monumental pórtico sobre el que se yergue la torre-minarete, con cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la casa Vicens. La ventana de la puerta principal presenta una forma escalonada, y está revestida de azulejos de color verde en el intradós y en forma de girasoles en la imposta.
La horizontalidad del cuerpo central del edificio queda contrastada por la verticalidad de la torre, de 20 metros de altura, semejante a un minarete islámico, que actúa de mirador, ya que desde su altura se puede ver el mar Cantábrico. Tiene planta cilíndrica y está formada por tres partes: una terraza situada sobre el pórtico de entrada, al nivel de la cornisa del edificio; el cuerpo central, revestido de azulejos verdes y de girasoles, dispuestos en forma ajedrezada; y el mirador, con una plataforma con barandilla de hierro forjado con motivos musicales (concretamente claves de sol), rematada con un templete de formas geométricas sustentado sobre cuatro columnas de hierro.
Las fachadas laterales del edificio presentan una distinta planimetría: la de poniente es la que contiene, junto a la fachada principal, el pórtico y la torre y estaba pensada para recibir a las visitas ya que se encuentra frente al camino de acceso y maniobra de los carruajes. Está en la parte más alta del terreno por lo que el zócalo del edificio tiene aquí tan solo una altura de 80 cm. Por su parte, la fachada de levante se encuentra sobre la parte más baja del terreno, por lo que el zócalo tiene en este lado una altura de 3,5 metros. En esta parte se encuentra el dormitorio principal así como una sala de juegos, que servía en ocasiones como dormitorio auxiliar. Bajo la terraza del dormitorio principal se halla la cochera que, debido a la inclinación del terreno, queda ubicada en el semisótano.
En cuanto a la fachada posterior, ubicada al mediodía, se corresponde con el pórtico acristalado del anterior invernadero, derribado en 1914 y reconstruido en 1988. Esta fachada, en la cara interna de la U que forma el edificio, suponía el área privada de la casa, destinada a las principales aficiones del propietario, la música y la botánica, actividad esta última que habría cumplido el invernadero, que actuaba también como regulador térmico y como eje distribuidor de la casa. 25 Detrás del invernadero se halla un patio situado entre la fachada posterior y el jardín, de 130 m², cerrado en la parte del jardín por un muro de ladrillo con un banco corrido de azulejos blancos.
Los jardines de la finca tienen una superficie de 2500 m², y fueron diseñados por el propio Gaudí. Esta zona no ha sufrido apenas modificaciones, por lo que conservan prácticamente su diseño original. El arquitecto mostró como en otras de sus obras un gran respeto por el entorno, utilizando para su proyecto materiales autóctonos. La principal modificación del terreno fue debida a su desnivel, lo que le llevó a extraer piedras de la zona más elevada, que utilizó para construir caminos, muros y escaleras. Del jardín destaca la gruta, situada en el extremo occidental, elaborada con bloques de piedra sin desbastar, con una puerta de entrada y una ventana adinteladas, y en el interior un banco corrido de piedra. Por otro lado, en un banco situado frente a la fachada trasera se halla una estatua sedente en bronce de Gaudí.
- Interior: El diseño interior de la casa responde principalmente al hecho de estar proyectada para una persona soltera y con una finalidad recreativa ya que se trataba de un edificio pensado para el descanso y las vacaciones.28 El interior está distribuido en tres plantas: en el semisótano se encontraban la cocina, las despensas y los trasteros, en la planta noble la residencia y el desván estaba destinado al servicio. La planta principal tiene cinco estancias, el vestíbulo y el cuarto de baño, unidos por un amplio distribuidor paralelo al invernadero. Gaudí distribuyó el espacio en base al recorrido del sol, situando las dependencias de actividades matutinas hacia el sur, y las vespertinas a poniente, mientras que las estivales quedaban hacia el norte.
La decoración de la vivienda se llevó a cabo con toda clase de lujos ornamentales y los mejores materiales como vitrales, cerámicas y maderas talladas. La mayoría de motivos decorativos son de carácter geométrico y vegetal como flores y hojas, pero también alguno animal, principalmente ornitológico.
El vestíbulo, que está situado tras el pórtico de entrada al pie de la torre-minarete, tiene 12 m², planta hexagonal y actúa de distribuidor entre las tres plantas. El pavimento está compuesto por losas de mármol de forma circular mientras que el techo presenta un artesonado de madera con una franja de cinco vigas en el centro y dos grupos de siete vigas que recorren transversalmente la estancia. Esta sala tiene una vidriera con cenefas de formas geométricas y motivos ornamentales vegetales.
Entre el vestíbulo y el salón principal se halla la sala de visitas, de 16 m². Esta estancia cumplía una doble función: la de recibidor en un contexto más formal y la de acceso al resto de la vivienda en un plano más informal ya que conecta con la galería de distribución que comunica todas las estancias a través del invernadero, donde en principio solo accedían familiares y amigos. El principal material empleado en esta estancia es la madera que recubre suelo, techo, zócalos, puertas y ventanas así como la chimenea. La mayoría de motivos ornamentales son de carácter geométrico.
El salón principal tiene 35 m² y presenta una doble altura que llega hasta la cubierta del edificio dividiendo el desván en dos partes. Como está situado en la crujía norte es el contrapunto del invernadero, orientado al sur. Es un salón acogedor y luminoso pero de cierta sobriedad, tal y como quería el propietario. El techo tiene forma de nave invertida, posiblemente pensado para contener una cubierta acristalada, como era moda en la época, que sin embargo no llegó a construirse. En la estancia destaca un amplio ventanal con ventanas de guillotina dotadas de un sistema de correderas que se mueven con contrapesos. Igualmente, en la zona interior hay cuatro ventanas en forma de arcos soledizos que dan al corredor y permiten la entrada de la luz de mediodía. Por otro lado, corresponden a este salón los dos balcones en forma de banco-barandilla elaborados en hierro forjado que dan al exterior. Junto a este salón se encuentra el comedor, de dimensiones modestas, colocado junto a la escalera de servicio que conduce a la cocina, en el semisótano.
Junto al salón principal está la sala de juegos, una estancia de 37 m² orientada hacia poniente. Era una sala polivalente destinada a finalidades lúdicas pero que también podía servir de dormitorio secundario. Incluye una galería semicircular de 6 m² como ambiente adicional destinado principalmente a fumadero, de inspiración árabe. El suelo de este salón es de parqué, que sintoniza con el techo de artesonado de madera, decorado con flores talladas igualmente en madera. La decoración, la más rica de la casa, está realizada en madera, cerámica y hierro, con motivos vegetales y animales.
En la fachada de levante se halla el dormitorio principal, que con sus 42 m² es la estancia más grande después del invernadero, mayor incluso que el salón principal, lo que pone de relieve la importancia concedida por su propietario a su vida privada. Debido a su tamaño, en la reforma de 1914 fue dividido en dos habitaciones. Es una estancia luminosa, con ventanales que dan a levante y mediodía, así como una puerta de acceso a la terraza de 26 m² que se sitúa sobre el techo de la cochera. De la estancia destaca el artesonado del techo, el más elaborado de toda la casa, con unas vigas transversales cruzadas por una red de viguetas en diagonal, con remates decorativos de motivos vegetales en las intersecciones.36 Junto al dormitorio se encuentra el cuarto de baño, de 14 m², con suelo de mármol, azulejos para la zona de ducha, zócalos de madera y mármol y techo de artesonado de madera. Las ventanas tienen vidrieras de colores con motivos vegetales y ornitológicos, posiblemente un modelo para las demás estancias que finalmente no se realizó.
En la parte sur de la casa, en el interior de la U que forma el edificio, se encuentra el invernadero construido sobre una edificación anterior que cumplía el mismo uso; destruido en la reforma de la casa efectuada en 1914, fue reconstruido en 1988 basándose en el diseño original. Esta estancia respondía a una de las aficiones del propietario, la botánica, aunque debido a su prematura muerte no llegó a cumplir su objetivo. Tiene 72 m² de superficie, 6 metros de altura y presenta planta de estadio y cubierta a dos aguas. Se construyó con una estructura de madera de color blanco y acristalada. Esta estancia cumple la función de regulador térmico de la casa, absorbiendo calor durante el día y desprendiéndolo al resto de las estancias por la noche. El invernadero forma junto al muro interior de la casa el corredor que sirve de distribución de la planta noble.
En la planta superior se encuentra el desván, dividido en dos por el salón principal ya que su altura llega hasta el techo del edificio, con acceso por dos escaleras de caracol. Tiene una superficie total de 140 m², con cubierta a dos aguas con una estructura de vigas de madera con diversos ángulos de abertura, más cerrados cuanto más cerca están del centro de la crujía. El desván cumplía también el objetivo de regulador térmico, aislando la planta noble de las temperaturas exteriores. En este espacio se hallaban las habitaciones del servicio y las dos alas estaban conectadas por un corredor exterior, paralelo a la cubierta del invernadero. Una de las habitaciones cuenta con una terraza semicircular que está sobre la galería de la sala de juegos. También hay un acceso a la terraza inferior de la torre-minarete.
Cabe resaltar que numerosas soluciones estructurales y ornamentales de la casa responden a la afición del propietario por la música, por ejemplo: las cenefas en el exterior de la casa imitan un pentagrama, las barandillas de la torre tienen forma de clave de sol y de semicorchea, en las ventanas del salón principal se usaron contrapesos para el sistema de correderas, que eran campanas tubulares con diferentes densidades y tamaños para poder obtener notas musicales diferentes al abrirse y cerrarse; por último, en el cuarto de baño se encuentran dos vidrieras con dibujos de una abeja tocando la guitarra y un pájaro tocando el órgano.
PALACIO DE SOBRELLANO
El palacio de Sobrellano, situado en la población de Comillas (Cantabria, España) fue obra del arquitecto catalán Joan Martorell quien lo construyó por encargo del primer Marqués de Comillas, Antonio López y López, acabando las obras en el año 1888. Este grandioso edificio de estilo neogótico con ciertos aires venecianos es de planta rectangular y posee en el interior muebles de Antonio Gaudí y pinturas de Eduardo Llorens. En el exterior hay esculturas de Joan Roig.
Junto al palacio se encuentra una hermosa capilla-panteón de corte también gótico perpendicular inglés y centroeuropeo con mobiliario de Gaudí y esculturas modernistas de Joan Roig, Josep Llimona, Venancio Vallmitjana y Agapito Vallmitjana.
Obras como este palacio, el Capricho de Gaudí, la Universidad Pontificia o el cementerio con su magnífica escultura de El Ángel exterminador de Josep Llimona sobre las ruinas del viejo monasterio gótico hicieron que importantes arquitectos y artistas modernistas catalanes del momento dejaran su impronta en esta población.
Actualmente el palacio es propiedad del Gobierno de Cantabria y es un museo, aunque también se utiliza temporalmente como sede de los cursos del Fundación Comillas hasta que finalice la rehabilitación del seminario mayor del edificio de la antigua Universidad Pontificia.
Fue el primer edificio de España en utilizar la luz eléctrica, ya que el primer marqués la mandó instalar en una de las visitas de SS. MM.
El edificio aparece en las siguientes películas: La residencia (España, 1969); Vera, un cuento cruel (España, 1973); Sexykiller (España, 2008); La herencia Valdemar (España, 2009); Fuga de cerebros 2 (España, 2011); Altamira (España, 2016).