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Berna que Ver y Hacer (Turismo en Suiza)

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BERNA QUE VER Y HACER (TURISMO EN SUIZA)

Berna es una ciudad con mucho encanto y muy viva. Como no es muy grande, no hay nada como pasear por todas sus calles para descubrirla. Se encuentra llena de lugares para visitar y pararse a disfrutar. Por ejemplo descubrir uno de los relojes más bonitos de Europa, vistas panorámicas inolvidables, la casa de Einstein y un parque con osos. Por algo será, que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Berna es la ciudad federal y capital de facto de Suiza. Es también capital del cantón homónimo. Según el Mercer 2011 Quality of Living Survey, Berna es la novena ciudad del mundo con una mayor calidad de vida. La ciudad ostentó la sexta posición de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo en 2003, y la novena en 2009.


La etimología de Berna (Bern) es incierta. Según la leyenda local, basada en la etimología popular, el duque Bertoldo v de Zähringen, fundador de la ciudad, prometió que le daría su nombre según el primer animal que encontrara en la cacería en la que iba a tomar parte, y el primer animal que vio fue un oso (Bär en alemán).


Durante mucho tiempo se consideró que la ciudad recibió su nombre a partir del de la ciudad italiana de Verona, que era conocida como "Bern" en alto alemán medio. En los años 1980 se encontró una placa de zinc, conocida como la placa de zinc de Berna, y a partir de ese momento se hizo más común la teoría de que la ciudad recibió su nombre de un topónimo preexistente de origen celta, posiblemente Berna "grieta o hendidura".


El oso ha sido el animal heráldico en el escudo de Berna desde al menos los años 1220. La primera referencia que habla de osos vivos en la fosa de los osos o Bärengraben, cerca del Puente de Nidegg, data de los años 1440.


El rio Aare atraviesa la ciudad. La ciudad vieja de Berna está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, gracias a su arquitectura medieval conservada a través de los siglos. El idioma oficial en Berna es el alemán, aunque el idioma más hablado es el alemán bernés, un dialecto del alto alemánico.


Situada al borde de la baja meseta, el territorio de la comuna, donde el Aar describe varios meandros, se encontraba desde la época prehistórica sobre el eje de comunicación norte-sur, que desde Alsacia va hacia los pasos alpinos por el Jura y el Oberland. Pero la transversal este-oeste, más importante, iba por el pie del Jura y los lagos, al norte de la región central, dejando de lado la región bernesa.


Con sus numerosas fuentes, fachadas de arenisca, callejones y torres históricas, la ciudad ofrece un aire medieval singular. La vista más bella al casco antiguo a orillas del río Aare se disfruta desde el Rosengarten (jardín de rosas) encima del BárenPark (parque de osos) o bien desde la plataforma de la catedral de 101 metros de altura.


Los antiguos fuertes y bastiones se hallan a gran altura encima del río. Los boutiques, bares y teatros de cabaré del casco antiguo, en parte en las bóvedas de sótanos así como los pequeños cafés callejeros atraen tanto a los habitantes de la ciudad como también a los turistas. A pesar del excelente sistema de transportes públicos, conviene explorar a pie el centro de Berna.


Berna es sede del gobierno de Suiza. A solo pocos pasos de la estación principal de ferrocarril se halla el edificio impresionante del "Bundeshaus". Por lo general, las puertas del edificio del parlamento están abiertos para visitantes y con un poco de suerte encontrará a uno de los miembros del gobierno en los callejones de la ciudad.


En verano, el Aare limpio invita asimismo a bañarse. Los nadadores muy buenos y experimentados incluso disfrutan, nadando, de una vista hermosa al cercano Bundeshaus. Asimismo en las orillas del río se halla el jardín botánico, el zoológico Dáhlhólzti y el antiguo barro de la ciudad Matte. Berna y el oso, su animal heráldico, están estrechamente vinculados. En una visita a la ciudad debe visitar imprescindiblemente el BárenPark (parque de osos), el espacio vital de una familia de osos. 


El casco histórico es, sin lugar a dudas, el que guarda los lugares que ver en Berna más antiguos y hermosos. Todavía es posible pasear por la antigua ciudad medieval, donde se respira parte de lo que la ciudad fue. La antigua ciudad, situada en el meandro del Aar se ha declarado Patrimonio mundial por la UNESCO. Aquí se puede pasear a la sombra de los 6 kilómetros de arcadas medievales (Lauben). Y puesto que Berna se construyó en una península, las distancias son cortas y puede llegarse a cualquier sitio a pie, en tranvía o autobús rápidamente.


Dentro del casco antiguo, la Torre del Reloj es uno de los símbolos que hay en Berna. Situado en una de las antiguas puertas de la ciudad, no dejes de fijarte en su curiosa esfera. La Catedral, también con sus altas torres, domina la ciudad con su estilo gótico. Para grandes y mayores, si hay uno entre todos los sitios que ver en Berna que hará las delicias de todos los que lo visiten, este es el Parque de los Osos. Un gran parque a orillas del río Aar, en el que tos animales pueden viven a sus anchas.


De las muchas cosas que hacer en Berna hoy relacionadas con el Arte, el Centro Paul Klee es uno de los más interesantes, tanto por lo que guarda en su interior, como por su estructura exterior. Una imponente y moderna estructura que alberga un museo dedicado a la figura del artista oriundo de la ciudad. Entre los personajes conocidos de la ciudad se encuentra también Albert Einstein, que aunque no nació aquí, si que fue en Berna donde dio a luz su Teoría de la Relatividad. Igualmente también hay una casa museo dedicada al físico que ver en Berna.


Después de un largo día de turismo, no puede faltar una parada en el Jardín de las Rosas. El lugar perfecto para descansar antes de continuar con la visita. Una de las mejores cosas que hacer en Berna y más aprecian sus ciudadanos es disfrutar de la tranquilidad de alguno de los numerosos parques de la ciudad. Si quieres conocer más rincones de la ciudad, puedes consultar en minube los recomendados por los viajeros que ya han disfrutado de Berna.


En las plazas del centro, unos mercados semanales de colores alegres ofrecen sus productos. Un atractivo especial es el Zibelemárit, celebrado el cuarto lunes en noviembre: ya en la madrugada de este día, acude gran número de visitantes a esta tradicional fiesta popular dedicada a la cebolla.


Berna tiene un clima semi-continental, influenciado por su posición en la meseta suiza y su cercanía a los Alpes. Los inviernos son fríos con nevadas regulares, y veranos relativamente cálidos y húmedos. En promedio llueve alrededor de 85 mm por mes y 1000 mm por año, y en verano las precipitaciones son aproximadamente el doble que en invierno.


La temperatura media anual es de unos 8 °C. En verano la temperatura media se sitúa entre 15 y 20 ºC. El mes más cálido es julio con una temperatura media mensual de 17,4 ºC. En invierno la temperatura media ronda los cero grados centígrados y el mes más frío es enero con una temperatura media de -1,0 °C.


EVENTOS PRINCIPALES

- Noche de museos: Cada año, la primavera cultural de la capital comienza con la Noche de Museos Entonces, los museos de Berna abren sus puertas hasta las primeras horas de la madrugada, atrayendo a miles de noctámbulos (marzo).


- Berner Jazzfestival: El festival de jazz atrae a visitantes del interior y del extranjero que acuden a la capital del país. Mientras tanto se considera como uno de los espectáculos más tradicionales del mundo del jazz (marzo a mayo).


- Grand Prix: La carrera a pie más grande de Suiza es un espectáculo extraordinario ante el impresionante escenario del Patrimonio Mundial de la UNESCO (mayo).


- Berner Tanztage: Representaciones, workshops, discusiones y exposiciones acerca del baile (junio).


- Gurtenfestival: Cada verano decenas de miles acuden a la montaña casera de Berna, donde se celebra este festival de varios días de duración con artistas de la escena de música internacional (julio).


- Buskers Bern Strassen Festival: Los espectáculos de cabaré figuran en el primer plano de Buskers Bem. Conforme a un programa fijo y el principio de rotación, de presentan artistas en unas 20 plazas del casco antiguo (agosto).


- Zibelemárit: El 4° lunes de noviembre, las calles de Berna están completamente cubiertas de confetti. En los numerosos puestos se ofrecen las trenzas de cebollas así como pasteles de cebollas (noviembre).


MUESOS Y GALLERIAS DE ARTE

- Zentrum Paul Klee: La colección más grande del mundo de obras del artista Paul Klee. El centro cultural diseñado por el famoso arquitecto italiano Renzo Piano consiste en tres partes ondulares del edificio. A Renzo Piano le quedo bonito el edificio, y a Paul Klee le quedaron muy bien los cuadros.


- Kunstmuseum Bern: Desde 1879, el museo de arte más antiguo de Suiza alberga trabajos de artistas de renombre. La colección reúne más de 50.000 obras, entre otros, de Paul Klee, Meret Oppenheim y Ferdinand Hodler.


MONUMENTOS PRINCIPALES

- Catedral (Münster): La Catedral de Berna es bastante grande y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Está situada en lo alto de la ciudad y desde lejos, se observa imponente en el centro del casco histórico. Da la impresión de ser una fortaleza inexpugnable, pero conforme nos vamos acercando, sus sólidas paredes y la torre se convierten en filigrana que parecen hechas de oro y mucha delicadeza.


La torre y el edificio muestran un estilo gótico tardío, el más florido y encantador. El pórtico gemelo central está decorado con una ingente cantidad de esculturas y relieves que representan el Juicio Final. Lo que más fascina, es su fantástica fachada, de importancia histórica notable, coloreada de varios colores o polícroma y con un detalle asombroso del cielo y el infierno, puede calificarse como magnífica. Visita inexcusable para los amantes del arte religioso.


- Zeitglockenturm (Torre del Reloj): Los suizos la llaman Zeitglockenturm o sea la Torre del Reloj. Y la llaman así desde que su construcción acabó, allá por 1120. Al principio, su función fue meramente defensiva, ya que era la puerta de entrada a la ciudad, y formaba parte del sistema defensivo de Berna. Mucho tiempo después, es decir unos cinco siglos, alguien decidió que su función debía alterarse y por ello ser embellecida, por lo que llamaron a Kaspar Brunner, uno de los mejores relojeros de la Confederación Helvética para que rediseñara el aspecto de la torre.


Con carta blanca en cuanto a fondos y diseño, el hábil mecánico del tiempo construyó un precioso y único reloj astronómico que marcaría desde ese momento la hora, el día, el mes y la posición del Zodiaco en relación con la Tierra, que en ese momento era considerada como el centro del Universo. El mismo sol atraviesa los 12 signos del Zodiaco en el curso del año y una pequeña abertura en un lado, casi imperceptible nos da el día de la semana, en alemán antiguo.


Pero no es realmente todo ese complejo mecanismo y sistema del astrolabio lo que atrae diariamente a miles de turistas, sino que cada hora se pone en marcha una serie de autómatas para anunciar que una hora más de nuestras vidas acaba de terminar. Aproximadamente 3 minutos antes de la hora, un gallo mecánico canta y anuncia el inminente cambio de las agujas. Inmediatamente después desfila un oso. Poco después desfila un oso que representa a la guardia y símbolo de la ciudad, luego canta el gallo por segunda vez. Suena una campana que da paso a Cronos, dios del tiempo, con su reloj de arena. Al desaparecer el dios, canta el gallo de nuevo y acaba el espectáculo de los autómatas.


Bajo la torre hay varios frescos que simbolizan la Creación y la expulsión del Paraíso de Adán y Eva y varias barras metálicas de colores, encastradas en la pared, que eran la medida oficial para la venta de telas y otros menesteres medievales que necesitaban ser rígidamente controlados para evitar la estafa de los mercaderes.


Una maravilla de la mecánica y de la historia de Berna. Si tienes la posibilidad (sólo ocurre ciertos días del año), se puede subir a la torre y ver el engranaje. Es espectacular, salvo una ocasión por error humano, se ha parado desde su construcción y apenas nadie supo ponerlo en marcha (tuvo que hacerlo un agricultor debido a su complejo y fascinante mecanismo). Es una auténtica obra de arte ver cómo está todo tan bien estructurado.


- Bundeshaus (Sede del Gobierno o Palacio Federal o Parlamento): En pleno centro del casco histórico se encuentra el Parlamento de Berna. Es de gran importancia ya que es la sede del Parlamento Federal Suizo, porque Berna, pese a su pequeño tamaño, es la capital del país. Fue construido a comienzos del siglo XX y justo delante tiene unas populares fuentes intermitentes que han pasado a ser parte de la típica estampa local.


Un dato interesante es el tema de los políticos de este país, que se reúnen en este lugar para tomar las decisiones clave de Suiza. Generalmente, y salvo excepciones, los políticos no se dedican exclusivamente a esta tarea, sino que trabajan En otro tipo de profesiones y, además, tienen un periodo de rotación mayor que la habitual en el resto de países europeos.


- Bundesplatz (Plaza del Gobierno): Otro punto con vistas panorámicas es el que ofrece la terraza del Palacio de Parlamento, en la Bundesplatz.


- Rathaus (Ayuntamiento): Construido a finales del siglo XV, el ayuntamiento de Berna, lleva siendo desde un principio, el lugar de reunión de los 160 miembros del Parlamento Cantonal, aparte de ser el lugar desde donde se gobierna la ciudad de Berna, que increíblemente se erigió como capital de Suiza en 1848.


Centro de la Confederación Helvética y sede del poder. Este bellísimo edificio gótico tardío cuya planta baja sirvió en principio para almacenar grano y que hay está custodiada por la recia iglesia de San Pedro y San Pablo y la Cancillería del Estado.


Su belleza radica en las delicadas columnas que soportan el baldaquino de entrada y al que se accede por dos escaleras laterales, también porte de fortaleza que presenta su fachada principal. La plaza donde se ubica es uno de los numerosos oasis de tranquilidad que nos regala la preciosa ciudad de Berna, plena de espacios donde poder disfrutar de las evoluciones artísticas y arquitectónicas de un lugar que parece recién salido de la Edad Media.


LUGARES DE INTERES

- Marktgasse / Lauben (Calle del mercado o ciudad vieja con sus arcadas): Marktgasse es una calle mágica. Tiene algo especial. Quizá sean las fuentes, espectaculares en el centro. Quizá los tranvías que le dan un toque especial. Quizá el color verde bernés de las paredes. Quizá las interminables arcadas. O quizá las trastiendas subterráneas que le dan una vida oculta y secreta. Las arcadas que atraviesan la ciudad entera permiten hacer compras independientemente del tiempo que haga.


Se trata del tramo más bonito y pintoresco de la calle central de Berna. Es la calle principal de la ciudad. Berna es una ciudad pequeña, o al menos, los es su casco histórico. Y esta es la calle que actúa de columna vertebral de toda ella. Si quieres descubrir la ciudad a pie, que es lo más recomendable, no tienes más que tomar esta calle desde la estación central y caminar hasta el fondo, en dirección al río. Pasarás por varias plazas y por alguna que otra calle que la cruza y te darás cuenta de que, en realidad, Berna son tres calles.


Aquí las fuentes se suceden con más inmediatez, con más colorido, y con alegorías más atrevidas, pero no solo eso, también es la puerta a la zona más moderna de la ciudad, donde han surgido grandes tiendas de ropa y calzado, supermercados y restaurantes, que aún conviven con restos de la Belle Epoque como el cine Splendid Palace, con sus cristaleras y maderas preciosas al más puro estilo Art Decó, o galerías de pasadizos interminables con techos de cristal y acero que simbolizaron en su momento la era de prosperidad que supuso la Revolución Industrial.


Varios edificios de diferente estilo van saliendo a nuestro paso, desde grandes casona y torres con frescos que representan leyendas helvéticas a pequeñas iglesias o antiguos almacenes remodelados que hoy pertenecen a grandes cadenas internacionales de ropa y complementos. Es la zona donde convive lo medieval con lo actual y donde vemos en piedra, acero, cristal o ladrillo, la evolución de una ciudad que jamás dejará de sorprender.


- Fuentes: Las fuentes juegan un papel muy importante en las ciudades suizas. En Berna no iba a ser menos. Hay 11 situadas a lo largo de la calle principal, la calle del mercado. Y cada una con un motivo distinto. Su origen es medieval, y son parte natural de la vida cotidiana de la ciudad desde hace siglos. En su alrededor se situaban los pregoneros, se comentaban los chismes, etc. Una de las más populares es la Fuente del Ogro. Un ogro malvado que devora niños como si fueran pipas.


- Monumento a Berchtold V (Dinastía Zähringer): En gran estima tienen los berneses en particular y los suizos en general a éste gran duque de la dinastía de los Zähringer. Ya desde el principio de su reinado, redujo el poder de los nobles de Borgoña que eran famosos por abusar de sus vasallos y creó el Oberland bernés y el área de Lucerna. Como resultado, amplió Thun y fundó Berna en 1191. Después de su muerte las tierras Zähringer se dividieron entre varios nobles, y la ciudad de Berna se convierte en una ciudad imperial libre (Reichsfrei, sujeta sólo al emperador).


Esta declaración de independencia, dio forma a la actual capital suiza, y forjó los principios que hoy rigen en todo el país. Por ello, los berneses agradecidos decidieron rendirle homenaje, situándola primero en la catedral o Munster y luego en Nydegghöfli, a la entrada de la ciudad, la escultura que representa al Gran Duque y cuatro paneles que rememoran las gestas de lucha de las huestes de la familia apenas son distinguibles para los paseantes que recorren el puente que une el foso de los osos con la principal vía que vertebra la ciudad de Berna.


- Kindlifreeser (Fuente del Ogro Devora niños): Una de las esculturas-fuente más célebres de la ciudad de Berna, es esta del ogro que devora a los niños. Puedo asegurar que es la más fotografiada, pero no de las que nos saltan al camino cuando nos paseamos por la ciudad. Hay que desviarse un poco a la derecha al pasar de la famosa Torre del Reloj para encontrarla.


Me imagino que durante varios siglos, las madres de Berna amenazaron a sus hijos con llamar al ogro si no obedecían. Y es que desde luego que la escultura da un poco de miedo. Ya desde un primer vistazo se ve como está devorando a un niño con su gran boca, y que a su costado lleva otros tres más preparados para engullir. La inquietante escultura no es ninguna obra de arte moderno. Construida en 1546, es una de las fuentes más antiguas de la ciudad de Berna.


Sobre su origen hay varias teorías: La primera y más lamentable es que la Kindlifresser fue encargada para servir de advertencia a la comunidad judía de la capital suiza. El Kindlifresser lleva un sombrero que es sorprendentemente similar al Judenhut que los judíos debían llevar en aquel entonces.


La segunda es que el terrible ogro es una representación de Cronos, que devoró a todos sus hijos para evitar que le arrebataran el trono. La tercera se basa en que el Kindlifresser es la representación del hermano mayor del Duke Berchtold, el fundador de Berna, que enloqueció de celos por la fortuna de su hermano y recorría las calles de Berna secuestrando y comiéndose a los pequeños berneses.


Sea cual sea la verdad, la escultura y su leyenda han sembrado el pánico entre los niños suizos durante casi 500 años y con suerte, estará ahí para seguir haciéndolo otros 500 años más.


- Bärengraben BárenPark (Parque de los Osos): Se puede observar la graciosa y célebre familia de osos. Ya desde el año 1513 había osos vivos en Berna, animal que es símbolo oficial del escudo de la ciudad.


La historia de los osos de Berna tiene mucha miga. Cuenta la leyenda, que en 1191, el Duque Berthold V de Zähringen, el mismo que tiene cerca del foso su monumento, se comprometió a bautizar a la nueva ciudad que iba a fundar con el nombre del primer animal que cazara en el bosque donde iban a talar los árboles que servirían para levantar el nuevo burgo.


Evidentemente, el primer animal cazado fue un oso, lo que les vino de maravilla, porque les daría el estatus simbólico de fuerza y grandeza. Rápidamente constituyeron el escudo de armas que todos los ciudadanos pudieron llevar en forma de capa, o en los carteles que adornaban posadas y edificios oficiales: un oso negro en un fondo blanco.


Los berneses decidieron mantener cerca de la ciudad a los osos vivos para perpetuar la leyenda de la ciudad, sus orígenes y un poco para sentirse más seguros de que iban a permanecer en el tiempo mientras los osos, con su fuerza los protegiera simbólicamente. Para ello prepararon un espacio donde los animales pudieran vivir en condiciones aceptables y tenerlos cuidados y vigilados.


El primer foso de osos estaba en lo que todavía se llama el Bärenplatz (Plaza del oso), y a lo largo de los siglos fue cambiando su ubicación hasta que en 1857 encontró su localización actual, con tan solo una ampliación de principios del siglo XX que serviría para criar a los nuevos oseznos que llegaran a la manada.

Al parecer, las guerras del siglo hicieron que los pobres osos fueran cayendo un poco en el olvido, hasta tener que vivir en una situación bastante lamentable. Pasaron un periodo de bastante dejadez, hasta que los ecologistas y las protectoras tuvieron bastante fuerza como para poder intervenir en su favor y conseguir que en el 2009 se inaugurara el actual BärenPark en los terrenos de fuerte pendiente entre el Bärengraben y el banco del río Aar. Con 6.000m2, y que está situada delante de la pequeña fosa. La entrada al nuevo parque es gratuita, y está abierta todo el año.

Pueden verse desde el puente de entrada de la ciudad, ya que se tiene una vista completa de todo el terreno que tienen para moverse "libremente". Aunque al otro lado, casi sobre la osera, hay un recinto con cafetería y tienda de souvenirs desde donde la mayoría de los turistas intentan acercarse lo más posible a los osos, pero hay muchos arbustos y árboles que tapan la visión de los grandes y preciosos osos de Berna.

- Nydeggbrücke (Puente): La zona del puente proporciona también unas bonitas vistas hacia el parque de los osos, símbolo de la ciudad, y sobre los tejados de las calles que discurren paralelas al río. Por eso, en el caso de acceder por el oeste, porque es más fácil acceder a un parking, no hay que perderse un paseo por este puente. El puente Nydeggbrücke constituye un bonito acceso al casco antiguo de la ciudad de Berna. Desde el Komhousebrücke también hay unas bonitas vistas de la zona verde que rodea el casco antiguo.

- Río Aar: El río Aar a su paso por Berna dispone de una zona habilitada para el baño. Se trata de un parque que ocupa unos 2km de la orilla. Al ser un río muy caudaloso, el baño se convierte en una actividad muy divertida aunque no exenta de riesgo. Para poder disfrutar de sus aguas lo primero que hay que hacer es seguir el cauce río arriba y encontrar el valor para tirarse a sus frías aguas. Una vez dentro la corriente es tan fuerte que no te queda más remedio que dejarte arrastrar. Las primeras veces es bastante agobiante ya que tienes que estar muy pendiente para no pasarte las escaleras de salida (que son bastante difíciles de alcanzar) además, no hay socorristas ni ninguna otra medida de seguridad. Pero, poco a poco vas cogiéndole el truco y acabas disfrutando como un niño subiendo y bajando por el río una y otra vez. Para los que quieran un baño más tranquilo, también hay varias piscinas.

- Casa Museo de Einstein: Einstein vivió un tiempo en Berna, fue profesor de la Universidad (aunque sólo tenía 4 privilegiados alumnos) y fue aquí donde desarrolló la Teoría de la Relatividad. En pleno centro, en la calle del mercado, se encuentra su casa museo. El lugar donde el brillante científico preparó su más popular escrito y donde pasó unos cuantos años de su vida.

No es que haya dentro nada especialmente atractivo, pero la verdad es que la visita se hace muy amena. Cuesta unos 4 francos y tienes la parte más clásica de la casa y una parte más didáctica en el piso superior.

Puedes vivir la historia de Einstein desde su juventud hasta su vida en Estados Unidos, y todo ello mientras aprendes de primera mano en qué consiste la Teoría de la Relatividad y descubres las razones que le han hecho ser tan relevante en la ciudad de Berna. En definitiva, la verdad es que es un museo de lo más chulo y recomendable.

- Plaza de la Estación:  Una de las formas más habituales de llegar a la capital suiza es en tren, debido al fantástico desarrollo ferroviario del país. La estación central de Berna se encuentra en todo el centro histórico de la ciudad. De hecho, de ella parte la calle del Marcado, columna vertebral, y en apenas 15 minutos se puede estar, a pie, en la otra parte de la ciudad después de recorrerse la parte más histórica.

- Jardín de las Rosas: Es un jardín con muchas rosas. También es el sitio ideal para obtener las mejores vistas de la capital de Suiza. Desde allí, en lo alto, se puede observar el peculiar meandro que el río Aar forma y que limitó la construcción de la ciudad medieval. Sin duda, es el punto perfecto para pasar un rato mirando al frente sin nada en la cabeza más allá de las ganas de disfrutar de un paisaje exclusivo.

- Heiliggeistkirche (Iglesia del Espíritu Santo): Esta iglesia, que se encuentra fuera de los circuitos habituales del turismo que visita la ciudad de Berna, es uno de esos tesoros que aparecen de repente en nuestro camino. Por fuera es una iglesia muy seria, muy rígida y con aspecto sobrio, pero dentro esconde un encanto sin igual. Uno de los más finos ejemplos del barroco suizo, su elegancia y sencillez se basa en la hábil combinación de elementos básicos del barroco, como los estucados en el techo, con la maravillosa galería que la rodea y que le da su característica forma semicircular, apoyada en 14 columnas de arenisca, y el contraste de todos los colores claros de la decoración con la bancada en oscura madera noble que se recuperaron y restauraron de los restos de la iglesia que ocupaba antes este lugar.

El templo es bellísimo, pero sin duda el púlpito es uno de los pocos exentos de Suiza y la bancada curvada, decorada con sellos y escudos de armas medievales de las grandes familias del cantón de Berna. Algunos están pintados con brillantes colores, mientras que otros son bajorrelieves de fina talla. Como su nombre indica, perteneció a la Orden del Espíritu Santo y en la actualidad, aparte de su función religiosa, también se utiliza como sala de exposiciones y conciertos, aunque un día fue granero.

- Untertorbrucke (Puente): Las vistas desde el alto puente que da paso al parque de los osos, son un imprescindible en la ciudad, además te permiten contemplar este puente, el más antiguo de la ciudad. Se reconstruyó en 1461 con las torres defensivas y sus caminos de ronda, ya que el primitivo de madera fue destruido por una inundación, pero la remodelación del siglo XVIII fue la que le dio su aspecto actual. Tiene tres arcos sobre el Aar, y es una de las más bonitas estampas de la ciudad.

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