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Barrio Gótico de Barcelona que Ver y Hacer (Turismo)

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BARRIO GÓTICO DE BARCELONA QUE VER Y HACER (TURISMO)

El Barrio Gótico (en catalán, Barri Gòtic) es uno de los cuatro barrios que forman el distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Es además el núcleo más antiguo de la ciudad y su centro histórico. El cardus y el decumanus romanos son los ejes de urbanización históricos del barrio en su parte más alta, el antiguo Monte Táber (plaza de San Jaime).


A su vez, está compuesto por diferentes barrios que conservan su propia personalidad: la Judería ("Call" en catalán), Santos Justo y Pastor, Santa María del Pino, la Catedral, Santa Ana, La Merced y el Palacio.


La estructura del barrio permaneció intacta hasta el siglo XIX, periodo que trajo grandes transformaciones en la estructura y morfología del barrio, como por ejemplo la transformación de los cementerios parroquiales en plazas públicas, el vaciado de grandes edificios con el consiguiente cambio de uso o el derribo de las murallas.


Actualmente se conservan trozos de la primera muralla en la plaza de la Seo, frente a la Catedral de Barcelona. En la calle Ataúlfo existe una capilla gótica que pertenecía al Palacio Real Menor de Barcelona y se conoce por la capilla del Palacio.

  
- Controversia por la Autenticidad del Barrio Gótico: Si bien es cierto que hay muchos edificios góticos, como las Atarazanas (iniciadas el siglo XIII) y la sala de contrataciones de la Lonja de Mar (siglo XIV) en cuanto a edificios civiles de gran importancia, siempre ha existido entre los expertos una controversia por la autenticidad de numerosos edificios del Barrio Gótico.


Ya Le Corbusier, en una visita a Barcelona a principios de la década de 1930, al pasar bajo el puente neogótico de la calle del Obispo dijo con indignación: "¿Cómo es posible que en mitad de vuestro admirable gótico haya podido surgir ese puente florido, nuevo y podrido?".


 Esta controversia en torno a la autenticidad se hizo pública en 2011 debido a la publicación de una tesis doctoral titulada El barrio gótico de Barcelona: planificación del pasado e imagen de marca, de Agustín Cócola, en la que el autor venía a demostrar que algunos de los edificios del barrio no son originalmente góticos, sino restauraciones o incluso nuevos proyectos de estilo neogótico realizados los primeros a finales del siglo XIX, pero sobre todo durante el XX, que sin embargo se publicitan como góticos y a los que se les ha dado la condición de Monumento Histórico Nacional.


 Las causas principales serían el intento de atraer el turismo, y la identificación de la burguesía catalana con el arte gótico como época de esplendor del arte y la cultura catalana. Entre los principales edificios anunciados como góticos y que realmente son neo-góticos se encuentran:


- La fachada de la Catedral de Barcelona, construida entre 1882 y 1913 por Josep Oriol Mestres y Augusto Font Carreras, con una gran profusión de elementos de estilo gótico, si bien la construcción de la Catedral se inició a finales del siglo XIII.


- El edificio del Centro Excursionista de Cataluña (calle Paraíso): Obra de Lluís Domènech i Montaner efectuada en 1922 sobre un edificio de origen incierto, al que añadió ventanas coronellas, almenas y merlones.


- El puente de estilo gótico flamígero que cruza la calle del Obispo: Fue construido de nuevo cuño en 1928 por Joan Rubió. Después de pasar bajo este puente Le Corbusier expresó la frase "¿Cómo es posible que en mitad de vuestro admirable gótico haya podido surgir ese puente florido, nuevo y podrido?".


- La Casa Padellás, sede del Museo de Historia de Barcelona: Su fachada fue desmontada al abrirse la Vía Layetana y trasladada a la Plaza del Rey en 1936 desde la calle Mercaderes, si bien no se reconstruyó como era originalmente, se eliminaron los elementos que no eran de estilo gótico y se le añadieron nuevos.


- El Palacio Berenguer de Aguilar: Actual Museo Picasso (calle Montcada), restaurado por Adolf Florensa en 1959, añadiendo galerías con arcos y ventanas coronellas.


- El Palacio Pignatelli: Actual Real Círculo Artístico de Barcelona, su fachada fue construida en 1970, con el añadido de varias ventanas góticas recuperadas de los almacenes municipales.


- La plaza del Rey: Fue remodelada manteniendo su antigua estructura y eliminando los elementos arquitectónicos originales pero de otros estilos, siendo sustituidos por otros de estilo gótico, como por ejemplo los capiteles de las columnas o los doseles de las ventanas. El portal neoclásico también fue sustituido, pero debido a su valor, pues era original, se reconstruyó en la parte posterior (es la actual entrada del Museo Marès).


CATEDRAL DE LA SANTA CRUZ Y SANTA EULALIA

La Santa Iglesia Catedral Basílica de la Santa Cruz y Santa Eulalia (en catalán, Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia), también llamada, en lugar de catedral, Seo (en catalán, Seu) es la catedral gótica de Barcelona, sede del Arzobispado de Barcelona, en Cataluña, España.


La catedral actual se construyó durante los siglos XIII a XV sobre la antigua catedral románica, construida a su vez sobre una iglesia de la época visigoda a la que precedió una basílica paleocristiana, cuyos restos pueden verse en el subsuelo, en el Museo de Historia de la Ciudad.


La finalización de la imponente fachada en el mismo estilo, sin embargo, es mucho más moderna (siglo XIX). El edificio es Bien de Interés Cultural y, desde el 2 de noviembre de 1929, Monumento Histórico-Artístico Nacional.


Está dedicada a la Santa Cruz desde el año 599 y se añadió a partir del año 877 a Santa Eulalia,​ patrona de la ciudad de Barcelona (actualmente es más celebrada como tal la Virgen de la Merced que, estrictamente, es patrona de la diócesis de Barcelona, pero no de la ciudad), una joven doncella que, de acuerdo con la tradición católica, sufrió el martirio durante la época romana. Una de tales historias cuenta que fue expuesta desnuda en el foro de la ciudad y que milagrosamente, a mitad de primavera, cayó una nevada que cubrió su desnudez.


Las enfurecidas autoridades romanas la metieron en un barril con vidrios rotos, clavos y cuchillos clavados en él y lanzaron cuesta abajo el barril (de acuerdo con la tradición, se trataría de la calle Baixada de Santa Eulàlia, Cuesta de Santa Eulalia). Y así, hasta trece martirios diferentes, uno por cada año de edad de la santa. Finalmente, fue crucificada en una cruz en forma de aspa, que es el emblema de la catedral y la diócesis, así como el atributo iconográfico de la santa.


La catedral cuenta con un claustro gótico en el que viven trece ocas blancas (se cuenta que Eulalia tenía trece años cuando fue ejecutada y que pastoreaba ocas en su predio de Sarrià, cerca de la ciudad).


El edificio consta del templo y el claustro perfectamente unidos por un mismo estilo. La catedral mide 90 metros de longitud por 40 de ancho y el jardín del claustro es de 25 metros por lado por seis de anchura de cada galería de las cuatro que lo rodean.


La catedral está formada por tres naves de la misma altura, la central el doble de ancho que las laterales; desde el falso crucero las circulares se unen en girola, pasando por detrás del presbiterio y formando un arco semicircular, donde se alojan nueve capillas cubiertas por arcos ojivales de cuatro tramos y por encima de estas capillas se encuentran los vitrales góticos que llenan de luz el ábside.


Hay una galería en forma de U que está por encima de las capillas laterales y sobre esta galería y las capillas radiales de la girola dando la vuelta a toda la nave central hay un falso triforio, desde donde se pueden ver las claves de bóveda a una corta distancia.


En las naves laterales hay otras 17 capillas, cubiertas por ojivas de seis tramos, con arcos apuntados en cada entrada. Hay dos capillas colocadas entre cada contrafuerte con proyección interior. A estas capillas se ha de unir la capilla de Santa Lucía con entrada desde el exterior.


En 1997 con motivo de la boda real que tuvo lugar se dibujaron los primeros planos completos de la Catedral de Barcelona incluyendo el claustro y las construcciones que se fueron agregando a lo largo del tiempo.


BASÍLICA DE SANTA MARÍA DEL MAR

Algunos estudios actuales sustentan la hipótesis de que fue construida sobre un antiguo anfiteatro o arenas romanos. La construcción comenzó en 1329, tal como lo atestiguan las lápidas del portal de las Moreras (que da al Fossar de les Moreres).


Un hecho destacable, que aún perdura: se acuerda que la obra había de pertenecer, exclusivamente, a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera, únicos responsables materiales del templo, ya que ellos fueron quienes la sufragaron, bien con su dinero o bien con su trabajo.


Este hecho está en clara contraposición a la catedral que por aquellas mismas fechas también se estaba construyendo y que estaba asociada a la monarquía, a la nobleza y al alto clero. Parece ser que en la construcción participó activamente toda la población de la Ribera, en especial los descargadores del muelle, llamados galafates de la Ribera o bastaixos, los cuales llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuïc y desde las playas, donde estaban los barcos que las habían traído a Barcelona, hasta la mismísima plaza del Borne, cargándolas en sus espaldas, una a una. La puerta principal de la iglesia homenajea a los bastaixos que ayudaron a su construcción.


Los muros, las capillas laterales y la fachada se terminaron alrededor de 1350. En 1379, a punto de acabarse el cuarto tramo de bóvedas, se incendiaron los andamios y las piedras sufrieron importantes daños. Finalmente, el 3 de noviembre de 1383 se colocó la última parte de la bóveda y el 15 de agosto del año siguiente se celebró la primera misa.


El terremoto de 1428 causó el derrumbamiento del rosetón provocando algunas muertes, por la caída de las piedras del mismo. Aunque pronto se firmó un contrato para construir uno nuevo de estilo flamígero, que quedó acabado en 1459 y al año siguiente, fueron colocadas las vidrieras del mismo.


La mayoría de las imágenes y el altar barroco añadidos durante los siguientes siglos resultaron quemados durante el incendio del templo el 3 y 4 de agosto de 1936. Este incendio fue provocado por los anarquistas y comunistas que asaltaron el templo (así como muchas otras iglesias barcelonesas). En 1923 recibió el título de basílica menor, otorgado por el papa Pío XI.

  
PLAZA DEL REY

La plaza del Rey (en catalán Plaça del Rei) se ubica en el Barrio Gótico de Barcelona, en el Distrito de Ciutat Vella. Se trata de una plaza monumental, rodeada de edificios góticos y renacentistas, la mayor parte de los cuales forman parte del conjunto del Palacio Real Mayor, que fue la residencia y sede del gobierno de los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón.


Los edificios más significativos del conjunto palaciego son El Tinell, sobre el que se levanta la torre conocida como Mirador del Rey Martín, la capilla de Santa Ágata y el palacio del Lloctinent. El edificio que cierra esta plaza rectangular es la Casa Padellás, que data del siglo XVI y que fue trasladada piedra a piedra desde su ubicación original, en la calle Mercaders.


La actual plaza, junto con el terreno donde hoy se levanta el palacio del Lloctinent, formaban parte del corral del palacio real. Aunque quedaba cerrado por una muralla, era un espacio abierto al pueblo, usado durante siglos como mercado.


La actual disposición rectangular de la plaza se atribuye a un proyecto de urbanización llevado a cabo en la segunda mitad del siglo XIV, durante el reinado de Martín I, desplazando el mercado con objeto de crear un espacio apto para la celebración de justas.


A mediados del siglo XIX el ayuntamiento encargó al arquitecto municipal Francesc Daniel Molina la reforma de la plaza, que sufría la decadencia de los edificios del entorno, que habían perdido su uso noble. Molina construyó una fuente monumental, de estilo neogótico, que fue inaugurada el 16 de octubre de 1853. Entre la fuente y la capilla de Santa Ágata se instaló una columna, reconstruida con los restos de otras dos del antiguo Templo de Augusto, aparecidas tras el derribo de una casa de la calle Llibreteria.


Entre 1931 y 1934 se llevó a cabo una nueva reforma a cargo de Agustí Duran i Sanpere, que dio a la plaza, en gran medida, su aspecto actual. Se suprimieron los árboles y la fuente neogótica de Molina. En esta misma época se trasladó aquí la Casa Padellàs, ubicada originalmente en un tramo de la calle Mercaders derribado por la apertura de la Vía Layetana.


A raíz de esta reconstrucción, se descubrieron en el subsuelo de la plaza un importantes restos de la ciudad romana. Este descubrimiento motivó la creación del Museo de Historia de Barcelona (MHCB), impulsado por el propio Duran i Sanpere e instalado en la Casa Padellàs desde 1943.


En 1956 la columna romana fue trasladada a la sede del Centro Excursionista de Cataluña, donde se conservan los otros restos del Templo de Augusto. En 1986 se instaló en la plaza la escultura Topos V, una obra de acero fundido de Eduardo Chillida.

  
MUSEO FREDERIC MARES

El Museo Frederic Marès es un singular museo de coleccionista que se encuentra en el centro de la ciudad de Barcelona (España), en la plaza de Sant Iu número 5, en una estancia del Palacio Real Mayor. Alberga la colección donada a la ciudad por el escultor Frederic Marès Deulovol (Portbou, 1893 - Barcelona, 1991).


La idea del museo nació en 1944 cuando Marès realizó una exposición de gran parte de su colección. La muestra incluía diversos objetos como algunos incunables o muestras de esculturas medievales. Marès prometió entonces donar su colección a la ciudad. En 1946 se inauguró la primera sede del museo, instalada en un primer piso de un edificio de la calle Comtes de Barcelona.


El museo fue inaugurado de forma oficial en 1948 e inicialmente constaba sólo de cuatro salas. Marès no abandonó su pasión por coleccionar y el edificio fue ampliándose con nuevas salas hasta 1970, año en el que el museo adquiere el volumen actual.


A partir del momento en que el museo ya no se pudo ampliar más, Marès decide repartir su colección. Así, pueden encontrarse obras procedentes de esta colección en el Museo de Historia de Sabadell, el Museo del Ampurdán de Figueras, o en Madrid, en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.


También creó nuevos centros museísticos, como el Museo Frederic Marès de Montblanch, el Museo de Arenys de Mar y el Museo del Libro Frederic Marès en la Biblioteca de Cataluña. En 1996 se inicia un proyecto museográfico que afecta la sección de escultura y que finaliza en 2011.


Frederic Marès convirtió la escultura en algo más que su vocación artística. A lo largo de su vida reunió una extensa colección de escultura hispánica, desde la época antigua hasta finales del siglo XIX, en la que predomina la talla policromada. La colección escultórica está dividida en seis ámbitos: Antigüedad, Románico, Gótico, Renacimiento, Barroco y siglo XIX en Cataluña. La sección de escultura se complementa con otras colecciones: pintura, tejido e indumentaria, orfebrería y mobiliario.


Entre las obras principales destacan: Un relieve románico procedente del monasterio de San Pedro de Roda y que representa La Aparición de Jesús a sus discípulos en el lago de Tiberíades, atribuido al Maestro de Cabestany; Una extensa colección de vírgenes y crucificados de estilo Románico, Gótico y de transición entre los dos estilos; Gran representación de la escultura castellana gótica y renacentista, con varias obras de Alejo de Vahía, Alonso Berruguete y Manuel Álvarez, y un grupo en terracota de La Piedad, por Juan de Juni; Ejemplares de la escultura barroca hispana, con piezas de Gregorio Fernández, Francisco Salzillo y Pedro de Mena.


Marés también donó parte de su propia obra escultórica, la cual se exhibe en su Estudio-Biblioteca abierto al público desde 1996. En el llamado Gabinete del coleccionista se exponen decenas de miles de objetos de la vida cotidiana, fundamentalmente del siglo XIX, testimonio de unas formas de vida y costumbres del pasado: abanicos, relicarios, fotografías, relojes, juguetes, pipas, peines, autómatas...,​ que presentados dentro de una atmósfera intimista, evocan el universo particular de Marès.


PLAZA DE SAN JAIME

La plaza de San Jaime de Barcelona (oficialmente y en catalán Plaça de Sant Jaume) es una de las principales, más antiguas y representativas plazas de la Ciudad Condal. Ubicada en el centro de la misma, donde estaba el núcleo de la antigua Barcino. En ella se encuentra el Palacio de la Generalidad catalana y la sede del Ayuntamiento de Barcelona o Casa de la Ciudad.


Esta plaza tiene un gran valor histórico pero es relativamente reciente ya que su origen es de principios del siglo XIX, cuando se construyó la nueva fachada del Ayuntamiento y se derribó la antigua iglesia de San Jaime. Inicialmente llamada "Plaza de la Constitución", en 2013 todavía quedaba una placa en la fachada del ayuntamiento que recogía esta denominación. Esta fue retirada en 2013 por el Ayuntamiento de Barcelona, con Xavier Trias en la alcaldía, aduciendo la inconveniencia de una duplicidad de nombres. La pieza databa de 1840 y era obra de Celdoni Guixà.


PLAZA DEL PINO

La plaza del Pino​ (oficialmente y en catalán, plaça del Pi) está situada en el barrio del Pi en el distrito de Ciutat Vella, Barcelona, delante de la puerta principal de la basílica de Santa María del Pino. Es un espacio plano comprendido entre dos rieras y el viejo camino romano (la actual calle de la Boquería) que salía de la ciudad por el lado de poniente, caracterizado por un pino singular.


En el barrio del Pi se encuentran algunas notas constantes que caracterizan la formación y la historia de sus calles, no son sólo aspectos de naturaleza religiosa, justificada en este caso por la existencia de la iglesia parroquial, sino notas puramente topográficas y económicas, es decir, debidas tanto a la tierra misma como la intervención social, más o menos consciente.


Este sector de la ciudad comprendido entre el trazado del antiguo muro romano, representado aquí por las calles de la Palla, Banys Nous, y la Rambla, y entre las calles de la Portaferrissa y de la Boquería. En este espacio es donde parecen condensarse las características a las que se alude.


Además de la iglesia del Pino, en esta plaza se levanta la casa del antiguo gremio de revendedores, cuyo frente fue muy decorado con esgrafiados, ya casi desvanecidos. Tiene además una hornacina, que hasta el año 1936 contuvo una imagen del arcángel San Miguel, patrón del gremio. Los revendedores tuvieron en su capilla de la iglesia del Pino un retablo con magnificas pinturas del siglo XV, de Jaume Huguet, del que se conservan cinco tablas en Museo Nacional de Arte de Cataluña. Tenían también un paso de la procesión de Semana Santa, obra del escultor Damià Campeny y Extraño, del siglo XIX. Hay todavía en la plaza otra casa notable: la casa de la Cofradía de la Sangre, curioso ejemplar de la arquitectura urbana de los primeros años del siglo XVII.


PLAZA REAL

La plaza Real de la ciudad de Barcelona (Plaça Reial en catalán) es una plaza pública de forma trapezoidal que colinda con La Rambla y está situada en el Barrio Gótico de la Ciudad. Fue obra del arquitecto Daniel Molina. Ocupa el lugar donde se encontraba el convento capuchino de Santa Madrona, derribado en 1835. Antoni Gaudí diseñó unas farolas para colocarlas en la plaza, donde destaca igualmente la Fuente de las Tres Gracias (1876), obra de Antoine Durenne.


Concebida como neoclasicista a mediados del siglo XIX sobre un tejido destruido de la ciudad, cuenta con la particularidad de que su ritmo clásico se subvierte, cambiando mínimamente los espacios entre pilastras, para dar la impresión de que la plaza es cuadrangular. El arquitecto también tuvo la sutileza de permitir la creación de pasajes para conectar las calles del tejido medieval que habían quedado cortadas por la plaza.


MERCADO DE SANTA CATERINA

El Mercado de Santa Catalina es una plaza de abastados ubicada en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera de Barcelona. Construido entre 1844 y 1848 sobre un antiguo convento, del que heredó el nombre, es el mercado cubierto más antiguo de la ciudad.


El Convento de Santa Catalina, establecido en 1243 fue derribado en 1837, un año después de verse afectado por la desamortización. En el mismo emplazamiento, entre 1844 y 1848, se levantó el mercado, según un proyecto neoclásico de Josep Mas i Vila y Josep Buxareu.


El mercado sufrió una reforma integral entre 1997 y 2004, proyectada por Enric Miralles y Benedetta Tagliabue. Uno de los cambios más significativos de esta reforma fue la nueva cubierta de colores, inspirada en el «trencadís» gaudiniano. En el transcurso de las obras aparecieron diversos restos arqueológicos del antiguo convento, que actualmente pueden observarse en el subsuelo del mercado, como parte del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA).


PALACIO DE LA MÚSICA

El Palacio de la Música Catalana1 (Palau de la Música Catalana en catalán) es un auditorio de música situado en la calle Sant Pere més Alt en el barrio de la Ribera de Barcelona, España. Fue proyectado por el arquitecto barcelonés Lluís Domènech i Montaner, uno de los máximos representantes del modernismo catalán. La construcción se llevó a cabo entre los años 1905 y 1908, con soluciones en la estructura muy avanzadas con la aplicación de grandes muros de cristal y la integración de todas las artes, escultura, mosaicos, vitrales y forja.


El edificio, sede central del "Orfeón Catalán", fundado en 1891 por Lluís Millet y Amadeo Vives, fue sufragado por industriales y financieros catalanes, ilustrados y amantes de la música, estamento que sesenta años antes ya había financiado el teatro de ópera y ballet Gran Teatro del Liceo. En 1997 la Unesco incluyó el edificio en su relación del Patrimonio de la Humanidad.

  
- Arquitectura: La arquitectura de Domènech es de gran calidad y originalidad, resaltando la estructura de hierro que permite la planta libre cerrada por vidrio y por otro lado la integración en la arquitectura de las artes aplicadas. Dos decisiones demuestran la tipología y la innovación tecnológica del proyecto.  La primera la solución del patio en la medianera del solar con la iglesia para que la sala de conciertos quedara con la misma simetría de distribución y entrada de luz. La segunda fue la resolución de ubicar el auditorio en el primer piso con el acceso desde la planta baja por los diferentes tramos de la escalera con un tratamiento tan efectivo que compensa la ascensión: con esto se consiguió la utilización de la planta baja para oficinas del Orfeón.


En el exterior se mezclan elementos escultóricos, que hacen alusión al mundo de la música, con elementos arquitectónicos y decorativos de carácter modernista y barroquizante. En el interior el arquitecto combinó magistralmente los diversos materiales de construcción con cerámica (el "trencadís" tan típico del modernismo catalán) y vidrio.


La sala y el escenario forman un conjunto armónico, en el que uno se integra en el otro. El escenario está dominado en su parte trasera superior por los tubos del órgano, que se convierten a su vez en un elemento decorativo e icono del propio Palacio. La embocadura del escenario está enmarcada por ilustraciones escultóricas espectaculares, sendas alegorías de la música culta y de la música popular: a la derecha, un busto de Ludwig van Beethoven sobre columnas dóricas que sostienen unos cúmulos de los que emerge la cabalgata de las walquirias (clara referencia a la adoración por Richard Wagner que siempre ha sentido el público catalán); a la izquierda, unos chicos al pie de un sauce en cuyas ramas aparece el busto de José Anselmo Clavé, alusión al texto de la canción "Les flors de maig" de este autor.


Entre 1982 y 1989 se realizó una gran restauración y ampliación bajo la dirección de los arquitectos Óscar Tusquets y Carles Díaz, iniciándose la segunda parte en el año 2000 dotando al Palacio con un edificio adosado de seis pisos de altura donde se ubican los camerinos, el archivo, la biblioteca y una sala de reuniones. Abriéndose a una plaza gracias al derribo de la iglesia de San Francisco de Paula, que había sufrido un incendio durante la guerra civil española y se había hecho una reconstrucción sin valor arquitectónico. En la segunda fase se realizaron reformas interiores y una nueva ampliación con una sala de audición y ensayo así como un restaurante.


- Fachada Principal Primitiva: Se encuentra situada en la calle Sant Pere més Alt, único acceso hasta el año 1989, hace esquina con la calle de Amadeu Vives, que se resuelve con la inclusión del grupo escultórico La cançó popular catalana (La canción popular catalana), a manera de proa, del artista Miguel Blay, en la que están representados un san Jorge, debajo una figura femenina en el centro como un gran mascarón de proa, rodeada de un grupo de personajes que representan el marinero, los campesinos, el anciano, los niños, la clase alta de la sociedad, símbolo de que el Palacio de la Música Catalana era para todo el pueblo. Según consta en una inscripción al pie de la escultura, fue pagada por el marqués de Castellbell (Joaquim de Càrcer i de Amat), y que tuvo lugar su inauguración el día 8 de septiembre de 1909.


La complejidad de la fachada angular a dos calles estrechas hace difícil la visión completa del conjunto. Otros elementos de esta fachada son los arcos con grandes columnas de ladrillo rojo y cerámica. En el primer piso hay un balcón que recorre la fachada con catorce columnas en grupos de dos, cubiertas con mosaico todas con dibujo diferente, en el segundo piso los bustos de los músicos sobre columnas, realizados por Eusebio Arnau, de izquierda a derecha son Palestrina, Bach y Beethoven, pasado el grupo escultórico de la esquina se encuentra el busto de Wagner ya en la calle Amadeu Vives.


En dos de estas columnas a nivel de la calle se encontraban dentro de ellas las taquillas originales. En la parte superior de esta fachada un gran frontón en mosaico de Lluís Bru simboliza la senyera (bandera) del Orfeón de Antoni Maria Gallissà y en el centro una reina presidiendo una fiesta con una rueca, en alusión a La Balanguera, poema de Joan Alcover i Maspons con música del compositor Amadeu Vives, una pieza de las que más interpretaba el Orfeón y que a partir de 1996 es el himno oficial de Mallorca.


- Fachada Principal Actual: En esta fachada se encuentra la entrada habitual a partir del año 1989, a través de una nueva explanada a la que se accede desde una calle que desde el año 2006 se denomina con el nombre de Palacio de la Música. La fachada realizada por Domènech i Montaner, sorprende por su construcción que se realizó como si fuera a la vista, a pesar que estaba completamente ciega por la posición en todo su frontal de la iglesia de san Francisco de Paula.


Para conseguir la entrada de luz a través de los ventanales de esta fachada, el arquitecto construyó un patio de unos tres metros de anchura que hacía de límite con la iglesia y a pesar de que no era vista, la realizó con gran riqueza de materiales y diseño, la obra de ladrillo rojo visto, barandillas de hierro forjado, cornisas y capiteles esculpidos y con unos vitrales de colores iguales que en el resto de la edificación. Según unos datos aportados por Pere Artís, el presupuesto inicial de las obras del Palacio era de 450.000 pesetas que se llegaron a duplicar, habiendo alguna fricción entre el cliente y el arquitecto debido a la tozudez del mismo por acabar esta fachada igual que la que estaba a la vista y por lo tanto el encarecimiento de la obra.


En la parte izquierda de la fachada se encuentra el edificio de servicios, realizado por los arquitectos Óscar Tusquets, Lluís Clotet y Carles Díaz en la última veintena del siglo XX, con una torre con la base esculpida como si de una gran palmera se tratara, es también, por donde hay la entrada de los artistas. En la parte derecha se encuentra sobre unas escaleras la escultura dedicada a Lluís Millet, del escultor Jassans realizada en 1991 y la entrada al restaurante del Palacio, llamado Mirador y realizado como una caja de cristal. En este extremo de la fachada el ángulo con la calle de Sant Pere més Alt, también se resuelve a manera de proa como en la fachada antigua, representando en ladrillo rojo y en bajo relieve, un gigantesco árbol realizado por el escultor barcelonés Naxo Farreras.
Toda la fachada central recuperada ha sido cubierta por otra nueva haciendo pantalla de vidrio con el nombre del edificio Palau de la Música Catalana grabado en los cristales.

  
- Vestíbulo: Por la antigua entrada de la calle Sant Pere més Alt, lo primero que se ve es una gran escalera doble hacia el primer piso con iluminación de grandes farolas, la barandilla está ricamente labrada en piedra y con los balaustres de vidrio, los arrimaderos son de cerámica vidriada y con relieves de flores igual que la ornamentación de los techos. Ya en esta entrada se puede recordar al escritor Robert Hughes, refiriéndose al Palacio: "Nunca más se construirá en Barcelona nada que se pueda parecer desde el punto de vista de atrevimiento conceptual, brillantez formal, simbolismo y efecto decorativo".


- Sala Lluís Millet: Situada en el primer piso, enfrente de la sala de conciertos, es lo que se llama una sala de espera o descanso con una imponente lámpara modernista, las puertas son de vidrio y desde esta sala se pasa a la terraza donde nos encontramos las columnas decoradas con mosaicos que dan a la calle sant Pere més Alt, todas las columnas son diferentes en color y decoración, esta sala también está destinada para celebrar actos sociales o ruedas de prensa.


- Sala de conciertos: Al entrar en la sala desde el primer piso, hace el efecto de una entrada oscura encontrándose, enseguida, con un gran efecto teatral, con la explosión de luz y color que tiene la gran sala, los vitrales en ambos lados corren desde el suelo al techo con el primero y segundo piso de butacas como si fueran unas bandejas, columnas decoradas con mosaicos de colores como el techo con rosas rojas y blancas de cerámica vidriada, en la intersección de los arcos superiores se aprecian unos mosaicos en semicírculo representando colas de pavos reales con todo su esplendor y colorido, y en el centro del techo sirviendo para luz natural y eléctrica, la gran claraboya o lámpara realizada por Antoni Rigalt i Blanch, como un gran sol con forma de esfera invertida, de cristales dorados en el centro y rodeado de otros con tonos más suaves azules y blancos representando bustos femeninos.


- Escenario: En la boca del escenario, de once metros de anchura, se encuentra el grupo escultórico de Diego Massana y continuado por el joven Pablo Gargallo, que representa en la parte derecha el busto de Beethoven debajo de la cabalgata de las Valquirias con una clara simbología de la música clásica centroeuropea de Wagner (en su honor en el año 1901 se fundó la Asociación Wagneriana de Barcelona)​ y la representación de la música popular catalana en el lado izquierdo, con el busto de José Anselmo Clavé debajo de un gran árbol a los pies del cual se encuentra un grupo de cantores. La magnitud de esta obra escultórica hace que en su parte superior se acerquen casi hasta tocarse.

En la parte del semicírculo posterior del escenario, se encuentran dieciocho musas modernistas en mosaico y en relieve a partir de la cintura que parece que están danzando saliendo de los muros, realizadas la parte escultórica superior por Eusebio Arnau y el trencadís de las faldas por Mario Maragliano y Lluís Bru, todas son portadoras de diferentes instrumentos musicales, sobre ellas se encuentra instalado el órgano.

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