PARQUE NATURAL DEL MONASTERIO DE PIEDRA
- Nombre: Parque Natural del Monasterio de Piedra
- Dirección: Calle Afueras, s/n, 50210 Nuévalos, Zaragoza
- Teléfono: 976 87 07 00
El parque natural y el monasterio de Piedra son uno de los enclaves turísticos más visitados de Aragón. Esta ubicado en un antiguo monasterio cisterciense que se halla en el municipio zaragozano de Nuévalos en la Comarca de Calatayud, en Aragón (España). El Parque Natural, junto al conjunto del Monasterio y el hotel anexo, es el espacio natural más buscado por los usuarios de internet en España. Hecho que refleja la importancia y la fama del Parque Natural.
El Parque Natural del Monasterio de Piedra fue creado por Juan Federico Muntadas. El río Piedra forma, al pasar por las inmediaciones del monasterio, un paraje de gran belleza paisajística, con muchas cascadas de agua que se dividen en innumerables hilos de agua o chorreras, siendo la cascada de la Cola del Caballo, con más de 50 m., la de mayor altura e interés. Unos senderos debidamente señalizados conducen por todo el parque, a lo largo de unos 5 km, a todos los sitios de interés del mismo.
Estas cascadas están formadas por la disolución de las calizas y la posterior precipitación de las mismas la cual ocurre al disminuir el caudal, con lo que la caliza disuelta va depositándose en capas sucesivas por las que discurre el agua formando innumerables saltos. Se trata de un fenómeno kárstico originado por las ligeras fluctuaciones en el propio caudal del río.
El parque también cuenta con varias grutas, descubiertas por el fundador del parque. Allí también se encuentra el llamado Lago Espejo. Recientemente, se pueden presenciar en las inmediaciones del parque espectáculos con aves, entre las que se encuentran lechuzas, águilas, buitres, búhos y alimoches...
- Introducción al Parque: El Parque Natural, Jardín Histórico del Monasterio de Piedra, ofrece un espectacular recorrido a través de una exuberante naturaleza. Un paisaje sorprendente donde caminos y senderos cruzan cascadas, arroyos, lagos y grutas, a la sombra de árboles centenarios y una excepcional vegetación.
Su insólito emplazamiento geológico alimentado por el Río Piedra, configura un espacio único con una asombrosa variedad de flora y fauna. No por casualidad se creó aquí hace 150 años la primera piscifactoría de España, y está considerado un ecosistema de extraordinaria riqueza biológica.
El recorrido del Parque del Monasterio de Piedra está cuajado de sorpresas y bellísimos rincones de cualidades estéticas y paisajistas sorprendentes. A la belleza propia del río hay que añadir el bullicio y frescor de sus cascadas, la apacible quietud de sus lagos, en especial la del Lago del Espejo y el cantar o trineo de diferentes especies de aves, de las que se han identificado más de 20 especies distintas.
Catalogado como Paraje Pintoresco Nacional el 28 de diciembre de 1945, catalogación que fue modificada por la de Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico, en 2010, por el Gobierno de Aragón). Catalogado asimismo como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983 (hoy en día, Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento), el Monasterio de Piedra es en la actualidad uno de los parajes más espectaculares de Europa, siendo además galardonado con la Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón en 2011.
Historicamente el Monasterio de Piedra fue adquirido en 1843, por Don Pablo Muntadas Campeny, a través de una Subasta Pública, por 1.250.000 reales. Fue en los años siguientes, cuando Don Juan Federico Muntadas, hijo del anterior, transformó la huerta existente en un jardín paisajista, y las dependencias conventuales en una instalación hostelera e hidroterápica. A ello, añadió la construcción de una piscifactoría en 1867, que fue pionera en España y de la que pueden verse algunas de sus pesqueras al visitar el Parque.
Desde entonces hasta nuestros días, Piedra se convirtió en un destino turístico de primer orden. La adquisición de la Propiedad por la familia Muntadas, la transformación del monasterio en un Hotel y los nuevos usos turísticos que se dieron a las dependencias frenaron su degradación, después de la desamortización de Mendizábal en 1835, y lo han preservado como en la actualidad.
- Introducción al Monasterio: Protegido por una muralla medieval que aún conserva su hermosa Torre del Homenaje, el Monasterio de Piedra es un lugar único. En él podrás visitar un auténtico Monasterio Cisterciense del siglo XIII donde la historia está presente en cada estancia, a la vez que un espectacular Parque Jardín Histórico del siglo XIX, con innumerables cascadas y una exuberante flora.
Para pasar el día entero o varios, su enclave en una de las zonas más bellas de Aragón y su completa infraestructura turística, con el Hotel & Spa, Restaurante Reyes de Aragón, Restaurante Piedra Vieja y tienda de regalos, hacen del Monasterio de Piedra un lugar ideal para escaparse, disfrutar del Parque o descansar en familia o con amigos.
Los muros del Monasterio del siglo XIII, esconden casi ocho siglos de Historia desde su consagración, en 1218. En él se pueden contemplar las principales características de la arquitectura Cisterciense. La Iglesia es el edificio central, con un claustro anexo en torno al cual se disponen las estancias monacales: Sala Capitular, Cillería o almacén, Cocina, Refectorio y Calefactorio. Igualmente se visita el Museo del Vino D.O. Calatayud, perteneciente a la Ruta del Vino, la Exposición de Carruajes y la Exposición de la “Historia del Chocolate”.
- Exhibición de Aves Rapaces:¿Conoces la importancia de las aves rapaces en nuestro entorno? En la exhibición de vuelo de aves rapaces del Parque Monasterio de Piedra un cetrero experto te descubrirá todas las curiosidades de estas aves y su importante contribución a la conservación del medio ambiente. Todas las aves provienen de centros especializados de cría en cautividad. Los Horarios pueden modificarse por motivos técnicos o climatológicos sin previo aviso. Consulte en las taquillas del Parque a la llegada. No está permitido el acceso de perros a la zona del Voladero.
Horarios:
Del 16 de marzo al 9 de julio: 11.30 – 13.00 – 16.30
Del 10 de julio al 10 de septiembre: 11.30 – 13.00 – 17.30
Del 11 de septiembre al 1 de noviembre: 11.30 – 13.00 – 16.30
MONASTERIO DE PIEDRA
Dedicado a Santa María la Blanca, fue fundado en 1194 por trece monjes cistercienses venidos del Monasterio de Poblet, en el antiguo castillo de Piedra Vieja y junto al río Piedra. Se abandonó en 1835 debido a la desamortización de Mendizábal, comprado por un particular cinco años después y reconvertido en establecimiento turístico. Se catalogó como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983. Eclesiásticamente está incluido en el Arciprestazgo del Alto Jalón, Diócesis de Tarazona.
La construcción del cenobio se desarrolló a lo largo de tres etapas:
1. La gótica primitiva (siglo XIII)
2. La gótica renacentista (siglo XVI)
3. La clásica-barroca (siglo XVIII)
Al recinto amurallado se accedía por la torre medieval del homenaje y la iglesia, destruida en los primeros decenios de 1800, comunicaba con el claustro abierto de grandes arcos apuntados y sus capiteles con labrados follajes imitados del bizantino, así como con las distintas dependencias. También destaca la magnífica escalera principal que se despliega en dos anchos ramales sostenida toda por arcos y cobijada por una hermosa bóveda.
- Historia: La fundación del Monasterio de Piedra se relaciona con un doble marco histórico: Es parte del fenómeno de las repoblaciones de la segunda mitad del siglo xii y también es un brillante capítulo de la expansión de los cistercienses por la Península Ibérica. En 1186, Alfonso II de Aragón el Casto, y su esposa, Sancha de Castilla, donaron a los monjes de Poblet el castillo de Piedra (castrum Petrae) con el objeto de fundar allí un monasterio cisterciense. El 10 de mayo de 1194, bendecidos por el abad Pedro Masanet salieron del monasterio catalán doce monjes, a la cabeza de los cuales estaba Gaufredo de Rocaberti, I abad de Piedra.
En mayo de 1195 se ratifica la donación y el deseo real de la fundación de un monasterio que siguiera la Regla de san Benito.Los edificios empezaron a construirse en 1203. En 1218 las obras estaban suficientemente avanzadas como para que los monjes pudieran ocupar los edificios. El 16 de diciembre de 1218 se hizo la ceremonia de traslación de la comunidad desde Piedra Vieja a Piedra Nueva.
La consagración de la iglesia abacial fue presidida por el IV abad de Piedra, Jimeno Martín; por el arzobispo de Tarragona, Esparago de la Barca, que actuó en nombre de Jaime I de Aragón; por el obispo de Zaragoza, Sancho Ahones; y por el obispo de Albarracín, Domingo Ruiz de Azagra, que había sido monje profeso en Piedra.
Hacer mención a que fue aquí, en el Monasterio de Piedra, donde por primera vez se cocinó el chocolate en Europa en 1534.3 Cuando Hernán Cortés viajó a México fue acompañado por Fray Jerónimo Aguilar que envió al abad del Monasterio de Piedra el primer cacao junto a la receta para cocinarlo. En 1808, debido a la Guerra de la Independencia, el monasterio fue desalojado. En el "Trienio Liberal", entre 1820 y 1823 los monjes fueron obligados a dejar el convento.
El Monasterio de Piedra fue un real patronato desde su fundación hasta su tercera y última desamortización en 1836. Ese mismo año, la reina regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, siendo Isabel II menor de edad, admitió la promulgación del decreto de disolución de órdenes masculinas y la desamortización de bienes eclesiásticos.
El decreto de Mendizábal de 1835 significó el fin definitivo de la Congregación de Piedra. Los edificios conventuales fueron administrados por funcionarios entre 1835 y 1843, fecha en la que fueron subastados y adquiridos por Pablo Muntadas Campeny por 1 250 000 reales.
Desde 1844, Juan Federico Muntadas, hijo de Pablo Muntadas, consolidado como propietario de Piedra, transformó la huerta en un jardín paisajista y las dependencias conventuales en una instalación hostelera e hidroterápica, a lo que añadió la construcción de una piscifactoría, que fue pionera en España. Los nuevos usos turísticos frenaron su degradación y lo han preservado hasta la fecha.
Catalogado como Paraje Pintoresco Nacional el 28 de diciembre de 1945, y como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983, la Orden de 17 de septiembre de 2009, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, del Gobierno de Aragón, completa la declaración originaria de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento. Por último, se le concede la categoría de Jardín Histórico el 27 de enero de 2010.
- Iglesia: De estilo románico tardío (siglo XIII), su planta, típica cisterciense, tiene forma de cruz latina, con crucero, ábside central poligonal reforzado con grandes pilares y cuatro ábsides laterales de cabecera plana. Sus dos naves constan de seis tramos las laterales y tres la central.
En su construcción se usaron sillares de caliza muy porosa, actualmente en avanzado estado de deterioro. En la fachada sudoeste hay un pórtico tardorrománico con arco de medio punto y cinco arquivoltas abocinadas apoyadas en columnas con capiteles decorados con motivos vegetales.
El acceso actualmente se realiza desde el claustro.
- Monasterio-claustro: Su planta, estilo y distribución es cisterciense, robusto y austero, característico del siglo xiii, de arcos apuntados con capiteles y ménsulas decorados con motivos vegetales. Ha sido restaurado recientemente. Planta cuadra con jardín central y cuatro pandas en las que se distribuyen la salas.
Al norte, en la panda del mandatum, la iglesia; al sur, en la panda del servicio, la cocina, el refectorio y el calefactorio; al oeste, en la panda del trabajo, las bodegas y cilleros y al este en la panda del capítulo, la sala capitular.
Llama la atención el pasillo llamado Callejuela negra o Callejón de los conversos, de estilo románico y perteneciente, según se cree, a castillo anterior al monasterio. Este paso, paralelo a una de las galerías del claustro, se usaba para el acceso de los trabajadores conversos sin que tuvieran contacto con los monjes.
El calefactorio era la única estancia que contaba con calefacción con el sistema de gloria. Sobre él se ubica la biblioteca y en estas dos estancias se hacía la vida monasterial fuera de las labores rutinarias, se usaba para mantener a los monjes enfermos o como barbería. Las celdas se ubicaban en el edificio (siglo xvii), convertido hoy en confortable hotel. Las columnas románicas del antiguo Palacio abacial sustentan el nuevo palacio, de estilo neoclásico, construido en el siglo XVIII.
- Sala Capitular y la Torre: La hermosa sala capitular (de principios del siglo xii) era el centro neurálgico de la vida monástica. Su cerramiento está soportado por cuatro columnas centrales de tipo palmeado. Uno de sus claves muestra un castillo musulmán, se cree que es el castillo de Piedravieja. Desde el claustro, en el ángulo noreste, se puede contemplar la torre de estilo mudéjar.
- Transición del Románico al Gótico: El Monasterio se construye en la transición del Románico al Gótico. Los monjes vivieron en este Monasterio casi 700 años. La fundación del Monasterio de Piedra se relaciona con un doble marco histórico: Es parte del fenómeno de las repoblaciones de la segunda mitad del siglo XII y también es un brillante capítulo de la expansión de los cistercienses por la Península Ibérica. En 1186, Alfonso II de Aragón y su esposa, Sancha de Castilla, donaron a los monjes de Poblet el castillo de Piedra (castrumPetrae) con el objeto de fundar allí un monasterio cisterciense.
Entre 1186 y 1194 los monjes de Poblet realizaron los preparativos necesarios y, el 10 de mayo de 1194, bendecidos por el abad Pedro Masanet, que gobernó Poblet entre 1190 y 1196, salieron del monasterio catalán 12 monjes, a la cabeza de los cuales se encontraba Gaufrido de Rocaberti, I abad de Piedra.
Gaufrido debió ser hijo del vizconde Jofre, hermano del vizconde Dalmau, pariente del arzobispo de Tarragona, Ramón de Rocaberti, del obispo de Zaragoza, Rodrigo Rocaberti y del obispo de Gerona, Pere Rocaberti. Sus poderosos parientes dieron protección e impulso a la nueva fundación. La intención inicial del I Abad era establecer una comunidad filial de Poblet en algún lugar no predeterminado de los territorios meridionales del Reino de Aragón.
Hubo tres ubicaciones diferentes antes de encontrar el emplazamiento definitivo. A finales de 1194, se instalaron en Santa María de Cilleruelos, muy cerca de Peralejos (Teruel). Allí empezaron a construir un monasterio, que abandonaron y transformaron en un priorato, manteniéndolo en uso hasta 1835. De él aún pueden visitarse en la actualidad una ermita y escasos restos materiales de sus dependencias priorales. La construcción del Monasterio se realiza en los años de transición del Románico al Gótico. El característico estilo arquitectónico de la Orden está presente en el Monasterio: Gótico Cisterciense, arquitectura sobria, austera, sencilla y luminosa.
En mayo de 1195, Alfonso II ratificó la donación de Piedra a los monjes cistercienses otorgándoles el dominio y jurisdicción completa sobre estos territorios: el mero y mixto imperio, con la jurisdicción civil y criminal, ejercida en nombre del rey. El pergamino con la donación se conserva en el Archivo Histórico Nacional (Madrid) y en él se recoge la obligación de los monjes a rezar una misa anual por el alma del monarca y de sus parientes.
Entre 1195 y 1203 se documenta un problema relacionado con la patrimonialidad de Piedra, que explica la construcción y abandono del tercer monasterio, llamado de Piedra Vieja. En la orilla derecha del río Piedra existía un castillo que, en algún momento de la década de 1120, fue donado a la familia Malavella. En 1200, Juan de Malavella renunció a los derechos sucesorios que le podían corresponder sobre el castillo de Piedra. A partir de entonces, los monjes cistercienses quedaron como únicos dueños del coto redondo del señorío, unos 30 km2, repartidos entre los actuales términos de Nuévalos, Ibdes y Monterde.
Los monjes se establecieron en la orilla izquierda del río Piedra en un monasterio provisional, llamado de Piedra Vieja, construido en madera y adobe. El Monasterio de Piedra Nueva fue la cuarta y definitiva ubicación de la Abadía. Los edificios empezaron a construirse en 1203. En 1218 las obras estaban suficientemente avanzadas como para que los monjes pudieran ocupar los edificios. El 16 de diciembre de 1218, se hizo la ceremonia de traslación de la comunidad desde Piedra Vieja a Piedra Nueva.
La consagración de la Iglesia Abacial fue presidida por el IV Abad de Piedra, Jimeno Martín, por el arzobispo de Tarragona, Asprago de la Barca, que actuó en nombre de Jaime I, por el obispo de Zaragoza, Sancho Ahones, y por el obispo de Albarracín, Domingo Ruíz de Azagra, que había sido monje profeso en Piedra. En el sitio donde estuvo Piedra Vieja los monjes construyeron una ermita, llamada de Santa María de los Argalides, cuyos epígrafes constatan que fue reformada en 1755, siendo abad Inocencio Pérez.
- Testigo de excepción de la historia de España: En la actualidad, la iglesia está en ruinas como consecuencia de los años de abandono que, en el siglo XIX, sufrieron los edificios tras la Desamortización. Piedra conoció tres procesos desamortizadores. En plena guerra de la Independencia, un decreto de José I, de 1808, supuso la supresión de la comunidad. Los monjes fueron expulsados en 1809 y el ejército francés saqueó la abadía, transformada en hospital. En 1814, terminada la guerra, Fernando VII permitió a los monjes que habían sobrevivido recomponer la comunidad. En 1820, durante el trienio liberal, el monasterio volvió a ser suprimido, sus bienes fueron inventariados, nacionalizados y, algunos de ellos, subastados.
En 1823, después de la entrada de los 100.000 hijos de San Luis, la comunidad volvió a restablecerse. En 1835, la reina regente María Cristina, siendo Isabel II menor de edad, admitió la promulgación del decreto de disolución de órdenes masculinas y la desamortización de bienes eclesiásticos para, con las ventas, obtener los recursos necesarios para financiar al ejército liberal que apoyaba a su hija durante la I Guerra Carlista.
El decreto de Mendizábal de 1835 significó el fin definitivo de la comunidad de Piedra. Los bienes, inventariados, fueron subastados en Ateca, Zaragoza y Madrid en las décadas de 1840 y 1850. Los edificios conventuales fueron administrados por funcionarios entre 1835 y 1843, fecha en la que fueron subastados y adquiridos por D. Pablo Muntadas Campeny por 1.250.000 reales. Desde 1844 Juan Federico Muntadas, consolidado como propietario de Piedra, transformó la huerta en un jardín paisajista y las dependencias conventuales en una instalación hostelera e hidroterápica, a lo que añadió la construcción de una piscifactoría, que fue pionera en España, parte de cuyas instalaciones son visitables en el recorrido por el Parque.
Desde entonces hasta nuestros días, Piedra se convirtió en un destino turístico de primer orden. La adquisición de los edificios por la familia Muntadas, la transformación del Monasterio en un Hotel y los nuevos usos turísticos que se dieron a las dependencias frenaron su degradación y lo han preservado en el estado actual. Catalogado como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983 (hoy en día, Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento), el Monasterio de Piedra es en la actualidad uno de los parajes más espectaculares de Europa, siendo además galardonado con la Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón en 2011.