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San Gimignano (New York Medieval) - Agroturismo Toscana Italia

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SAN GIMIGNANO (NEW YORK MEDIEVAL) - AGROTURISMO TOSCANA ITALIA

San Gimignano es un pequeño pueblo amurallado de origen medieval, erigido en lo alto de las colinas de la Toscana, en Italia, se localiza a cerca de 35 minutos en coche al noroeste de la ciudad de Siena y cerca de la misma distancia al suroeste de la ciudad de Florencia. Este pueblo es muy famoso principalmente por su arquitectura medieval especialmente sus torres. El "centro histórico de San Gimignano" ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1990, con número de identificación 550.
Vista de San Gimignano.


En los pueblos amurallados toscanos de la época medieval, las familias adineradas competían entre sí por la erección de torres más altas, que simbolizaba más poder y riqueza, y a la vez las torres servían como hostales y fortalezas. Debido a que San Gimignano se asienta en lo alto de una colina, desde el poblado se puede ver muy bien el horizonte a varios kilómetros de distancia. En los tiempos medievales y del Renacimiento era un punto de pausa en la marcha de las peregrinaciones hacia Roma.


Catorce torres de las que antaño fueron 72 otorgan a San Gimignano, el "Manhattan de la Edad Media", su silueta característica. Este enclave, que ya estaba habitado en tiempos de los etruscos, pasó a depender de los obispos de Voherra a partir de 929 y se convirtió en un centro comercial y de paso para peregrinos. La ciudad se libró de sus señores feudales a finales del siglo XII mediante la elección de cónsules propios. La producción de paños y el cultivo de azafrán, que era muy apreciado como tinte deseda, comportaron prosperidad, y en el transcurso del siglo XIII se construyeron unas nuevas murallas.


Ni el podestá ni el "Gran Consejo", al que pertenecía cerca de una cuarta parte de la ciudadanía, fueron capaces de atajar las luchas encarnizadas entre familias; Los cabecillas güelfos Ardinghelli y los jefes gibelinos Salvucci edificaban torres cada vez más altas, tanto por motivos de imagen como con propósitos bélicos, y no vacilaban en demoler las torres enemigas cuando salían victoriosos.


En el año 1348, la mitad de la población fue víctima de la peste, y san Gimignano se puso bajo la protección de Florencia, sumiéndose en un letargo que permitió conservar el antiguo aspecto de la ciudad. La triangular Plaza de la Cisterna ha sido, desde siempre, la plaza mayor, desde donde la ciudad se abastecía de agua gracias al pozo construido en 1346. Palacios medievales orlan la plaza, que todavía conserva parte del pavimento de ladrillo del siglo XIV. Por falta de dinero, las viviendas del siglo XII nunca fueron ampliadas.


- Historia: San Gimignano fue fundado como un pequeño pueblo en el siglo III a. C. por los etruscos. Los documentos históricos comienzan en el siglo X, cuando adoptó el nombre del obispo San Geminiano, que la había defendido de los hunos de Atila.


En la Edad Media y el Renacimiento, era un punto de parada para los peregrinos católicos en su camino a Roma y el Vaticano, puesto que quedaba en la medieval Vía Francígena. El desarrollo de la ciudad se vio también favorecido por el comercio de productos agrícolas de las fértiles colinas que la rodeaban.


En 1199, durante el periodo de mayor esplendor, la ciudad consiguió independizarse de los obispos de Volterra. Las divisiones entre los güelfos y los gibelinos perturbaron la vida interior de la comuna, pero (a pesar de todo) consiguió embellecerse con obras de arte y arquitectónicas.


Santa Fina, conocida también como Serafina, fue una santa italiana del siglo XIII nacida en San Gimignano en 1238. Puesto que santa Fina murió el 12 de marzo de 1253 su fiesta se celebra ese día. Su principal santuario se encuentra en San Gimignano y la casa que se dice que fue su hogar aún se conserva en pie.


El 8 de mayo de 1300, San Gimignano alojó a Dante Alighieri en su papel de embajador de la Liga güelfa en Toscana. La ciudad floreció hasta el año 1348, cuando la Peste Negra que afectó a toda Europa, la obligó a someterse a Florencia. San Gimignano se convirtió en un centro secundario hasta el siglo XIX, cuando su categoría como centro turístico y artístico comenzó a reconocerse.


- Lugares de interés: A diferencia de otras ciudades como Bolonia o Florencia, en donde la mayoría de sus torres se vinieron abajo ya sea por guerras, catástrofes naturales o renovación urbana, San Gimignano ha logrado conservar cerca de 15 de sus 72 torres de diferentes alturas que se han convertido en su símbolo internacional. La ciudad moderna se extiende hoy algunos kilómetros fuera de la muralla, por la que se entra por la llamada Porta San Giovanni.


Existen muchas iglesias en el pueblo: las dos principales son la Colegiata, anteriormente una catedral y San Agustín, que alberga una amplia representación de obras de arte de algunos de los principales artistas del Renacimiento italiano.


El Palacio Comunal o Municipal, en un tiempo sede del podestà, es actualmente el edificio donde se expone la Galería de la ciudad, con obras de Pinturicchio, Benozzo Gozzoli, Filippino Lippi, Domenico di Michelino, Pier Francesco Fiorentino, y otros. De la Sala Dante del palacio, puede acceder a una Maestà pintada al fresco por Lippo Memmi, así como la Torre del Podestà o Torre Grossa, 1311, que se alza hasta los 54 metros de alto.


La visita del museo SanGimignano es una ocasión ideal para conocer los aspectos arquitectónicos, históricos, y sociales del Medievo Toscano. Ubicados en el corazón de la misma ciudad, el museo propone una reconstrucción imponente en cerámica decorada de la ciudad de San Gimignano tal cual era entre los siglos XIII y XIV.


El corazón de la ciudad tiene cuatro plazas: Piazza della Cisterna, Piazza Duomo, donde está la colegiata, Piazza Pecori, y Piazza delle Erbe. Las calles principales son Via San Matteo y Via San Giovanni, que cruzan la ciudad de norte a sur.


San Gimignano es también muy famoso por alojar un Museo de la Tortura, con una exhibición de instrumentos y aparatos de tortura de varios tiempos y lugares, con una explicación multilingüe de su uso y propósito.


En la actualidad, el pueblo de San Giminiano es eminentemente turístico, pues es ideal para una excursión de medio día o un día: En la calle principal (Via San Giovanni) existen multitud de tiendas de recuerdos (particularmente destacan las de cerámica toscana, con sus bellísmas ánforas de vivos colores y gran tamaño), así como varios restaurantes, pizzerías para llevar, y hoteles rurales de gran encanto en el pueblo y las cercanías.


En verano el pueblo está absolutamente invadido de turistas, por ser una de las atracciones turísticas más visitadas de Italia, por lo que es recomendable llegar pronto. Para llegar a San Gimigniano se puede coger un autobús desde Siena, o bien el autobús desde Florencia, transbordando en Poggibonsi. Si se va en coche, es preciso aparcar en las afueras del pueblo, pues el casco antiguo es solo peatonal. Se entra por la puerta amurallada de San Giovanni. Particularmente recomendable es subirse a una de las numerosas torres y disfrutar de las maravillosas vistas del pueblo y el campo de la Toscana.


VERNACCIA DI SAN GIMIGNANO

El pueblo deSan Gimignano es también famoso por el vino blanco cuya cepa crece aquí y que es conocido como Vernaccia di San Gimignano.


Vernaccia es el nombre del vino blanco cultivado y producido cerca del pueblo italiano de San Gimignano en la región de la Toscana. El vino ha sido producido en esta zona de Italia desde cientos de años atrás, tal vez se podría rastrear su origen a épocas tan tempranas como a la de los antiguos Etruscos.


Desde la época del Renacimiento ha sido considerado uno de los vinos blancos más finos de Italia. En 1966 fue acreditado con el estatus de Control de Denominación, por lo que fue uno de los primeros vinos italianos en lograr esta distinción. Esto significa que el nombre de Vernaccia sólo pueden llevarlo los vinos blancos que son cultivados y producidos en la región de San Gimignano.


La Vernaccia es mencionada por Dante Alighieri en el canto XXIV del Purgatorio como la bebida que llevó a cometer el pecado capital de la gula al Papa Martín IV. Él solía comer las anguilas del Lago de Bolsena encurtidas en el vino blanco Vernaccia de San Gimignano.


He aquí un fragmento del citado texto de Dante en italiano:

"ebbe la Santa Chiesa in le sue braccia:
dal Torso fu, e purga per digiuno
l’anguille di Bolsena e la vernaccia".


Vernaccia también fue elogiado por Francesco Redi en su libro "Baccio in Toscana" (1685)

La Vernaccia di San Gimignano se caracteriza por su sabor fuertemente seco. Es ideal para acompañar pescados y aves.


Este vino se caracteriza por:

- Color: amarillo paja tenue, con el añejamiento tiene tendencias a tomar color dorado.
- Olor: fino, penetrante, característico, afrutado y floral.
- Sabor: seco, fresco, de buen cuerpo, de buena consistencia, armonioso, con característico retrogusto amarognolo.


TOSCANA LA BELLA Y SUS VINOS

Toscana, la bella Florencia, Siena, el David de Miguel Ángel, la torre inclinada de Pisa, San Gimignano el New York medieval... la bella región de la Toscana tiene mucho más que su impresionante cantidad de atractivos culturales. Tiene, además, un vino de fama mundial: El chianti; El Brunello di Montalcino; El Nobile di Montepulciano; El Carmignano, y el mejor vino blanco de la Toscana, el Vernaccia di San Gimignano.


- Chianti: Chianti es una gran zona vinícola que se extiende por gran parte de la Toscana. La zona, toda de categoría DOCG, merecidamente o no, se divide en siete distritos. Los vinos de Chianti pueden usar el nombre de su distrito o la simple apelación chianti si su producción no tiene la calidad que exige el nombre de una zona particular (si, por ejemplo, las uvas son mezcla de las de dos o más zonas distintas). La subzona conocida como chianti classico es el del corazón de la región, la mejor área y la única cuyos vinos se consiguen en muchas partes. El único rival en calidad del chianti classico es el chianti rufina.


Además de variar en función de la zona en que se producen, los vinos del Chianti cambian de estilo en función de su envejecimiento: los vinos denominados riserva a menudo se crían en roble francés; se dan al mercado sólo cuando han estado tres años o más en la bodega y todavía tienen potencial para una vida más larga. Los vinos del Chianti pueden variar también por la mezcla de uvas, aunque, en la práctica, la mayoría se hace de la uva sangiovese.


El chianti es un vino tinto seco que, como la mayoría de los vinos italianos, acompaña a la perfección las comidas. A menudo tiene un aroma de cerezas y a veces de violetas, y en la boca recuerda las cerezas ácidas. Los mejores chiantis tienen una notable acidez y generalmente están mejor entre cinco y ocho años después de la cosecha, aunque, en buenas añadas, no tienen problema para envejecer diez años o más. El chianti es más constante en calidad que el barolo, especialmente el de la zona classico, pero sigue siendo bueno conocer a los mejores productores.


Hay una gran variedad de chiantis. Desde el simple de 6 euros, al de más enjundia chianti classico (en general, entre 10 y 15 euros). Los chianti classico riserva tienen un precio apenas 2 euros más alto que el classico normal.


- Brunello di Montalcino: Mientras que el chianti ha sido famoso durante siglos, otro gran vino toscano, el brunello di Montalcino, saltó a la escena apenas hace unos años y se convirtió en un gran éxito con capacidad de permanencia.


Al sur de la zona del chianti se levanta la ciudad fortaleza de Montalcino. El vino local, brunello di Montalcino, se originó en el siglo pasado, pero poco se conocía fuera de la Toscana hasta 1970, cuando la familia Biondi-Santi, productora líder de la zona, organizó una presentación de algunos de sus vinos más añejos ante la crítica internacional. Los de la vendimia de 1888 y 1891 todavía estaban en buena forma. El resto, como se dice, es historia. Hoy, el brunello di Montalcino, un vino DOCG, se considera uno de los grandes vinos de larga vida, con un precios (de 25 a 40 euros y más).


Este vigoroso primo del chianti es un vino intenso, concentrado y tánico que pide envejecimiento (hasta 20 años) cuando está elaborado del modo tradicional. Si tienes una botella, ten en cuenta que mejora si se airea varias horas antes de servirlo. Ultimamente, algunos productores de Montalcino están haciendo una versión más asequible de brunello. 


El rosso di Montalcino es un vino más barato (de 10 a 15 euros) listo para tomar cuando se elabora con las mismas uvas que el brunello di Montalcino. El rosso di Montalcino de un buen productor es una gran compra, porque ofrece una panorámica del brunello sin dejarnos en la bancarrota. 


Los brunellos de los productores tradicionales necesitan, por lo menos, de 15 a 20 años de añejamiento en las buenas cosechas (2004, 2001, 1999, 1997, 1995, 1990, 1988 y 1975 son excelentes cosechas recientes para el brunello). Los brunellos de los productores de estilo moderno pueden disfrutarse después de 10 años.


- Novile di Montepulciano: Montepulciano está situado al sudeste de la zona del Chianti. La variedad principal del vino nobile es la prugnolo gentile (también
conocida como sangiovese). El vino nobile di Montepulciano de un buen productor puede rivalizar con los mejores chiantis classicos. Los productores del vino nobile elaboran ahora uno más ligero listo para tomar, el rosso di Montepulciano.


- Carmignano: La región vinícola de Carmignano está al oeste de Florencia. Lo que distingue el carmignano del chianti es que en el primero se puede emplear hasta un 10 % de cabernet sauvignon; como resultado, puede decirse que el gusto del carmignano es como el de un chianti con el toque fino de un burdeos.


- Vernaccia di San Gimignano: El vernaccia di San Gimignano fue llamado así por la población medieval amurallada de San Gimignano, que está al oeste de la zona del chianti classico. El vernaccia es, en general, un vino blanco fresco con una textura levemente oleosa y un sabor almendrado, que debe beberse joven. La mayoría de los vios vernaccia están en la gama de 6 a 8 euros.


- Supertoscanos: Cuando el chianti se vio envuelto en una crisis, en la década de 1970, algunos de sus productores, como Piero Antinori, llamaron la atención del mundo al crear nuevos vinos, como el solaia y el tignanello, que se conocen todavía hoy como los supertoscanos. Estos vinos no pueden llamarse chianti porque su mezcla de uvas (en general, sangiovese y cabernet sauvignon) no se ajusta a los requisitos de DOC para el chianti.


La mezcla de uvas para los vinos supertoscanos varía de uno a otro. Algunos productores utilizan merlot o incluso syrah junto a sangiovese; otros emplean variedades autóctonas toscanas. Lo que tienen en común estos vinos es un precio elevado, van de 30 o 40 euros hasta 75 o 100 euros la botella. Los supertoscanos más famosos, el Sassicaia y el Solaia, favorecidos por los coleccionistas de vinos, pueden costar 200 euros en buenas cosechas como la de 1985.


Ahora que el chianti se ha restablecido en el mercado mundial, estos nuevos vinos de alto precio han perdido relevancia, pero la mayoría de los productores de chianti todavía elaboran un supertoscano.


















 



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