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Turismo Playa de La Concha (San Sebastián - Donostia)

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TURISMO PLAYA DE LA CONCHA (SAN SEBASTIÁN)

La playa de la Concha es una playa situada en la bahía de la Concha de la ciudad de San Sebastián (España). Ubicada al oeste de la desembocadura del río Urumea, separada del mismo por el monte Urgull y el centro de la ciudad y alojada en la bahía de la Concha, tiene una longitud media de 1.350 m, una anchura media de 40 m y una superficie media de 54.000 m². Es una playa de sustrato arenoso y poca profundidad, en la que el recorrido de las mareas a menudo limita la superficie útil para el uso. Puede considerarse una playa de entorno urbano y uso masivo. Además, desde 2007, es uno de los 12 Tesoros de España.


Es una de las playas urbanas más famosas de España. Tiene una longitud de 1.350 m y una anchura media de 40 m. Al igual que las otras dos playas, su arena es fina. Cuenta con 38 duchas exteriores, alquiler de toldos y sillas de playa, y servicios de duchas y vestuarios. Próximo a la playa hay un parking. En la playa se encuentran el balneario de La Perla, la antigua Casa Real de Baños y el Real Club Náutico, edificios que, junto con la famosa barandilla, las elegantes farolas, dos grandes relojes de principios de siglo y el Palacio de Miramar, que la cierra por el oeste, configuran una playa elegante y singular.


San Sebastián constituye un importante destino turístico tanto en el ámbito español como en el europeo. Son habituales las referencias periodísticas internacionales a las bondades turísticas de la ciudad. De hecho, y a modo de ejemplo, San Sebastián fue elegida por el periódico inglés The Guardian como «una de las cinco mejores ciudades de veraneo» del mundo, junto con Berlín, Estocolmo, Nueva York y Ámsterdam. Uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad es la gastronomía. También lo son los festivales de verano (Jazz, Quincena Musical y Cine). La bahía de La Concha, bordeada por su característica barandilla, es el símbolo turístico de San Sebastián. En el centro de la bahía se encuentra la perla de La Concha, que es la isla de Santa Clara.


Junto a la playa de Ondarreta, y siguiendo hasta el final el paseo que bordea la bahía, se llega al Peine del Viento, un conjunto escultórico elaborado por Eduardo Chillida y convertido en otro de los símbolos de la ciudad. Avanzando en sentido oeste por el paseo de La Concha se encuentra el singular Palacio de Miramar, construido en estilo inglés por la Casa Real española en 1893 y vendido al Ayuntamiento en los años setenta.


Los jardines del palacio, abiertos al público, ofrecen unas espectaculares vistas a la bahía, al igual que el Parque de Atracciones Monte Igueldo, pequeño parque de atracciones de principios del siglo XX desde el que se obtienen unas vistas espléndidas de la bahía. Desde el Peine del Viento hasta Mompás, una salida de tierra al mar bajo el monte Ulía en el extremo oriental de la ciudad, recorriendo la bahía de La Concha, el pequeño puerto, el paseo Nuevo, la desembocadura del río y el paseo de la playa de la Zurriola, puede recorrerse un paseo marítimo de unos siete kilómetros de longitud sin cruzar un solo semáforo.


Los paseos por el centro de la ciudad, la denominada Área Romántica de la Belle Époque, cuyas calles principales están totalmente peatonalizadas, y junto al río Urumea, son otro de los puntos fuertes de la oferta turística de San Sebastián. Son reseñables los edificios de la Diputación Foral de Guipúzcoa (inspirado en el edificio de la Ópera de París), la Catedral del Buen Pastor y los edificios de Correos y el Centro Cultural Koldo Mitxelena, situados en la misma plaza, o el Ayuntamiento (antiguo casino).


En la parte vieja son destacables el Museo San Telmo, la iglesia de Santa María y la parroquia de San Vicente. Junto a la desembocadura del río se encuentran el Teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina, que configuran uno de los conjuntos monumentales más atractivos de la ciudad. Cruzando el río por el puente de María Cristina, el más vistoso de los puentes donostiarras, se encuentran la estación del Norte y las villas de estilo puramente francés situadas al borde del río.


COSAS ROMANTICAS QUE VER Y HACER EN SAN SEBASTIÁN

1. Playa de La Concha: El paseo de lado a lado podría empezar en el puerto, siguiendo la emblemática barandilla blanca diseñada por Juan Rafael Alday y que te guiara hasta el fin de la playa. La Concha mide 1.300 metros y se ha llevado el premio a la playa urbana más hermosa de Europa. Está rodeada de más de 100 farolas, todas diferentes entre ellas. Son algunos exponentes del modernismo y la elegancia que a comienzos del siglo XX comenzaba a dibujar una ciudad cuya fama ya traspasaba fronteras y uno de los últimos refugio de la Belle Époque. Un paseo disfrutando de la fresca brisa del mar Cantábrico es muy recomendable.


2. Palacio Miramar: En la frontera entre La Concha y la playa Ondarreta, podremos encontrarnos con un jardín en el que se ubica el bonito Palacio Miramar. Este edificio clásico inglés ("cottage" británico). Se trata de uno de los edificios con mayor personalidad de la ciudad y da nombre a todo un parque repleto de árboles donde la gente acude a pasear, a relajarse o a practicar deporte. Sirvió como residencia de verano de la Reina María Cristina y otros miembros reales desde 1887 para casi un siglo, después fue vendido al Ayuntamiento de San Sebastián, actual dueño del edificio.


Actualmente sirve como sede de los Cursos de verano de la Universidad del País Vasco y el Centro Superior de Música. En el jardín podemos encontrar unos bancos donde poder relajarse y disfrutar de la vista de La Concha y la frondosa isla Santa Clara. Entre las parejas es muy típico ir a pasar la tarde o a ver la puesta de sol, ya que las vistas son muy bonitas.


3. Escultura de Ondarreta: Una vez salgamos de La Concha y nos adentremos en la última playa, continuando el paseo marítimo nos encontraremos con una de las muchas obras maestras del escultor vasco Eduardo Chillida. En este caso estaremos enfrente del famoso Peine del Viento. Estas tres esculturas forjadas con acero oxidado, son un punto clave de la ciudad. Estas piezas de acero sobre las rocas tituladas “El peine del viento” llevan limpiando los horizontes del Cantábrico más de tres décadas.


 Un jocoso Chillida pronunció en una ocasión que “el mar tiene que entrar en San Sebastián ya peinado”, tras contemplar la fuerza de las olas ondulando sus crestas y atusando la espuma blanca haciendo chispas sobre la rompiente. El peine del viento es un punto poder ver cómo el océano embravecido se vuelve pura belleza desde unas gradas hechas con el objeto de presenciar cómo el mar se funde con las rocas y creando grandes espectáculos marítimos.


4. Isla de Santa Clara: Las mejores fechas para visitarla son en verano ya que te permite recorrer todos sus caminos y darte un buen baño de cara a la ciudad, pudiendo contemplarla desde una vista privilegiada. Para acceder a la isla, existen diferentes barcos que salen diariamente desde el puerto con un coste de 4€ ida y vuelta y por 2€ más se incluye un paseo por la bahía.


Una curiosidad de las muchas que tiene esta isla bien frondosa que se observa desde cualquier lado de la ciudad es que cuenta con una especie de lagartija endémica (Podarcis hispanicus sebastiani) y que antiguamente Santa Clara llegó a ser utilizada para aislar a los enfermos de peste. Hoy día se puede descubrir esta maravilla durante el estío e incluso quedarse a comer en la isla.

  
5. Pintxos en la Parte Vieja: La densidad de bares en esta zona es tanta, que muchas veces es dificilísimo saber por dónde empezar. Lo mejor en estos casos es entrar en los bares más llenos y dejarse seducir por la suculenta barra que nos encontraremos. Empezar por la calle del 31 de agosto es buena idea porque allí hay lugares con mucha solera para ir de pintxos.


 Para acompañar a los pintxos, lo típico suele ser pedir un “txikito” (vaso pequeño de vino) o un “zurito” (corto de cerveza). Existen tascas donde hacen pintxos que van desde lo tradicional hasta lo más vanguardista. De lo más económico a lo más caro. Eso ya depende de nuestros gustos (y nuestro bolsillo), aunque lo mejor es que hay muchas y muy buenas alternativas donde convertir el irse de pintxos en una de las mejores experiencias.


6. Arte en la Parte Vieja: El casco antiguo de San Sebastián tiene una de las fachadas barrocas más delicadas en Europa. Aquí tendríamos, por ejemplo, una plaza como la de la Constitución con balcones numerados que nos recuerdan los tiempos en que hizo de coso taurino. Para los amantes del arte hay que decir que hay un eje (Loyola-Hernani-Calle Mayor) que enfrenta dos conjuntos religiosos imprescindibles para comprender San Sebastián.


A un extremo la Catedral del Buen Pastor, de estilo neogótico y cuyas torres se ven desde cualquier parte de la ciudad. Y al otro, el casco viejo, la Basílica de Santa María del Coro, con una fachada en barroco–rococó que ilumina la Calle Mayor desde bien entrado el siglo XVIII (aunque forma parte de un templo medieval anterior).

  
7. Antiguo Casino: Un ejemplo muy claro de los edificios de la San Sebastián más romántica de la Belle Époque, es el actual Ayuntamiento de San Sebastián, ubicado en lo que era un antiguo casino donde se movían las fichas de los ricos de medio mundo. Empezó a funcionar en 1897 hasta que se prohibió el juego en 1924. Ahí dejó de ser “Montecarlo” para ser utilizado como casa consistorial. Cuando lo vemos rápidamente nos damos cuenta de que parece que nos encontramos en el París del siglo XIX con tan sólo observar esta fachada y otras más de los bulevares de la ciudad.


8. La Perla Centro Talaso-Sport: Otro edificio de la Belle Époque. En 1912 se fundó un Balneario en el corazón de la playa de La Concha conocido como “La Perla del Océano” para que la alta sociedad europea, empezando por la Reina María Cristina, viniera a disfrutar de las propiedades de la hidroterapia con agua de mar. Tras vivir un momento pletórico con sus adelantos terapéuticos aplicados para la relajación e incluso la curación de enfermedades, cerró para ser una ruina viviente durante décadas. Pero hoy día, y por fortuna para todos, La Perla vuelve a estar a disposición de la ciudad y se trata de uno de los mejores complejos de talasoterapia en el Cantábrico.


La posibilidad de bañarse en un jacuzzi mirando al mar de La Concha es posible dependiendo de si contratamos un circuito talaso de 2 horas (a partir de 26´50€), 3 horas, 5 horas o hacernos con un bono de distintas sesiones. También cuenta con gimnasio y salas de masajes para hacernos diversos tratamientos. Una buena alternativa para refrescarnos y relajarnos a base de bien en un prodigio situado en la playa urbana más hermosa del continente europeo.


9. Funicular del Monte Igueldo: En funiculares que lleva funcionando desde 1912 te sube a lo más alto del Monte Igueldo. Tiene un coste realmente económico (3´15 € ida y vuelta, salen cada cuarto de hora y abren a diario, salvo en invierno que cierra los miércoles), permite acceder a las mejores terrazas panorámicas desde las que contemplar y fotografiar la Bahía de la Concha. Tanto si el día es soleado como si no, merece la pena llegar hasta aquí, aunque sea sólo por disfrutar de las vistas y comprender cómo se estructura la bella ciudad de San Sebastián.


10. Aquarium: Acuario a orillas del mar con peces de la región y exposiciones sobre la historia naval y pesquera de la zona. El Aquarium de San Sebastián es uno de los equipamientos más visitados de Euskadi con 300.000 visitantes al año. Situado en uno de los emplazamientos más pintorescos de la ciudad, el muelle de San Sebastián, y junto a la Parte Vieja. Recoge en su emblemático edificio, construido en 1928, dos plantas dedicadas al patrimonio marítimo y marino de Gipuzkoa, destacando el esqueleto de una ballena franca, así­ como una amplia oferta de acuarios dedicados al mar Cantábrico, en los que podrás contemplar más de 200 especies, con su famoso túnel de 360º, a lo que hay que sumar una amplia variedad de especies tropicales.


HISTORIA Y CURIOSIDADES DE LA BARANDILLA DE LA CONCHA

La barandilla de La Concha se ha convertido en el icono de la ciudad de Donostia. Esta barandilla centenaria bordea la Bahía de La Concha de punta a punta y en pequeños miradores del paseo de Miraconcha (además de en llaveros, premios, postales, colgantes, cuadros, etc). Recibe miles de fotos a lo largo del año, y se apoyan cientos de viandantes en ella pero. En 1910, el ayuntamiento de Donostia, aprovechando el apogeo que supuso la llegada de la reina Isabel II a la ciudad, decide realizar una reforma integral del paseo de La Concha: ampliaron la antigua carretera del paseo del litoral, la construcción del actual voladizo sobre 96 pilares, la creación del balneario de La Perla y la colocación de dicha barandilla.


El encargado de la obra y del diseño de la famosa barandilla fue Juan Rafael Alday (1879-1950) ya que el que hasta entonces era arquitecto municipal, José Goicoa, acababa de jubilarse y Alday pasó a ocupar su puesto. La barandilla fue realizada por “Fundiciones Molinao”, se fue colocando por tramos por toda la calle de los Baños (actual paseo de La Concha), pero no fue hasta 1916 cuando el rey Alfonso XIII lo inauguró oficialmente. La anterior barandilla fue trasladada al Paseo de Francia.


En 1999 se procedió a la restauración de la barandilla, ya que en algunos tramos presentaba un estado muy deteriorado. La imagen más fotografiada de la ciudad estaba oxidada y no dejaba una buena imagen entre los turistas. Por ello, se desmontaron los 271 tramos que conforman el barandillado y se restauraron uno a uno. Una vez reparados los problemas de oxidación y roturas, se volvieron a anclar en su punto de origen. En el año 2004 un concurso público adjudicó a la empresa Obenasa de Pamplona la renovación de la barandilla entre el Náutico y la primera rampa de bajada a la playa, 270 metros de barandilla (66 pilastras) que costó cerca de 600.000 euros.


- ¿Qué pasa cuando se sustituye una barandilla?: Cuando alguna unidad se sustituye, se guarda en las dependencias del Parque Móvil Municipal de Igara. Ya no se entregan a particulares puesto que la barandilla está protegida con la categoría “F” en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PEPPUC) y solo pueden ser colocadas donde está previsto: el paseo de La Concha y Alderdi Eder. El resto de barandillas de la ciudad también están protegidas.


 - ¿Se puede comprar la barandilla de La Concha?: La barandilla como tal no, pero una réplica exacta sí. En el 2008, en uno de los temporales más violentos de las últimas fechas azotó Donostia, llegando a arrancar unos 15 metros de barandilla a la altura del Hotel Londres y el Ayuntamiento de San Sebastián asignó su restauración a la empresa errenteriarra Mendia y Murua. El proceso de reproducción es complicado ya que requiere una elaboración manual, consistente en meter una baranda original en un cajón de arena especial para fabricar el contramolde y, después, llenarla con material de fundición desde dos extremos. Acaban la pieza con una mano de imprimación antioxidante y otra mano de pintura blanca. Consiguen así de crear reproducciones casi perfectas. Y como la imagen de esta obra no está registrada, todos los que deseen, se pueden hacer con una copia. El precio de cada fragmento de la barandilla varía dependiendo del tipo y la cantidad de piezas que se pidan. Los precios por unidad van desde los 380€+IVA del panel de aluminio sin pasamanos (15kg) hasta los 660€+IVA del panel de hierro fundido con pasamanos (40kg).


- ¿La Barandilla de la Concha solo se encuentra en San Sebastián?: Es relativamente sencillo conseguir una réplica de la Barandilla de la Concha, por lo que es  común encontrarse trozos de barandilla repartidos en muchos lugares del mundo. Aún así, el trozo de barandilla de La Concha más famoso es el que se encuentra en Sitges, debido a un hermanamiento entre playas. Además de esta, también hay copias en Madrid y Barcelona.

- ¿Existe un tramo de barandilla que es diferente a las demás?: La barandilla de la Concha se encuentra durante todo el paseo de La Concha (desde el ayuntamiento hasta el final de la playa de Ondarreta) pero existe un lugar en el que la barandilla cambia de diseño. Este tramo de barandilla totalmente diferente al resto se encuentra donde antiguamente estaba la Caseta Real. Justo al lado de Talasoterapia La Perla.


- ¿Hay un trozo de  barandilla que está dada la vuelta?: La barandilla de La Concha se realiza de forma artesanal, por lo que cada una de ellas es única, pero existe una baranda que es un poco más especial que el resto porque está puesta al revés. Puede parecer que la barandilla no tiene parte frontal ni trasera, pero todas tienen la flor que la preside mirando hacia los viandantes menos una, que tiene la flor mirando a la Bahía. Se desconoce si fue por azar, por descuido o como guiño a los curiosos, pero lo cierto es que esa barandilla sigue ahí, mirando al mar.

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