CASTRO URDIALES QUE VER FOTOS PLAYAS
Coloquialmente llamado Castro, es la antigua localidad marinera a la que los romanos llamaban Flaviobriga, es un pueblo costero cántabro muy cercano a la frontera con Euskadi/País Vasco en la que podremos disfrutar de un animado ambiente cualquier fin de semana o día festivo. Atención a la hora de aparcar ya que puede llegar a ser complicado. Puede ser aconsejable en el espigón que hay en el paseo marítimo. Además, forma parte del Camino de Santiago por la costa, así que puede ser otro aliciente para visitarlo. La ciudad se sitúa a 75 km de Santander (Cantabria), y a 35 km de la villa de Bilbao (Vizcaya). Con una superficie de alrededor de 96 km², Castro-Urdiales es uno de los municipios costeros más poblados de la costa cantábrica con 32.069 habitantes (INE a 1 de enero de 2019). En Cantabria solamente Santander y Torrelavega tienen más población.
Históricamente Castro Urdiales ha sido cuna de ilustres músicos, como Dúo-Vital y Ataulfo Argenta, y posee el delicado encanto de un pueblecito marinero y pesquero de tradición ilustre y señorial ambiente turístico, favorecido por la belleza de las playas de Ostende y Brazomar. También conserva un interesante casco viejo, con callejuelas de gran sabor que invitan al paseo antes del disfrute de uno de los principales atractivos de la villa que es su gastronomía. La cocina castreña conquista con sus besugos y caracoles, acompañados por los productos de la pujante industria conservera del municipio. Entre ellos, son sin duda las anchoas en aceite de oliva las que gozan de mayor reconocimiento.
La villa ofrece además una edificación popular muy característica, con balconadas de madera orientadas a los jardines del paseo de Amestoy. Su patrimonio monumental está formado por la iglesia de Santa María, -la mejor obra gótica de Cantabria (construida entre los siglos XIII y XV)-, el castillo-faro que se ubica junto a ella y el bello puente medieval y la ermita de Santa Ana. El conjunto constituye la imagen más representativa y hermosa de la localidad, que en épocas más recientes se vio enriquecida con las obras de Eladio Laredo (prestigioso arquitecto castreño), entre las que sobresale el palacio Toki-Eder. Fue construido en 1901 por encargo de Luis de Ocharán. Es de estilo modernista clasicista a modo de villa italiana, siguiendo la corriente historicista de la época.