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Manejo del Oidio en Viticultura Ecológica, Integrada y Residuo Cero

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MEDIDAS PREVENTIVAS Y EL USO DE AZUFRE EN VITICULTURA ECOLÓGICA

- Lugar: Bodega Institucional de La Grajera (Gobierno de La Rioja)
- Nombre: Jornada La Grajera: "Manejo del oidio y otros patógenos"
- Ponente: Nicolàs Castant, asesor Sudvinbio en Francia (Empresa Aagrichem)
- Anotaciones: Jesus Martínez Pinilla

- Oidio tiene dos tipos genéticos: "A", con una incidencia anterior en el período vegetativo, y "B", con una incidencia mayor en la parte media final del período vegetativo. La aparición de síntomas precoces pronostican un fuerte ataque final.
- Sensibilidad varietal. En Francias las variedades más sensibles son la cariñena ó mazuela, y la chardonnay.
- Mayor sensibilidad en hojas y racimos jóvenes, y mayor sensibilidad en floración.
- Especial sensibilidad ante parcelas con excesivo vigor. La cubierta vegetal ayuda al control..
- Oidio sensible a la luz ultravioleta, a la lluvia, y a las bajadas de temperatura.
- Medidas profilacticas: arranque de parcelas abandonadas, setos en parcelas abandonadas, selección de variedades en parcelas sensibles a oidio, selección de portainjertos poco vigorosos, y eliminación de brotes "bandera" si hay pocos.
- Estudio en Francia de un mínimo de 4 y un máximo de 13 tratamientos anuales (7 de media). Aplicación de 17 kgs. azufre mínimo y 237 kgs. máximo.
- Problema si existencia presencia de otros hongos: mildiu...
- Análisis del azufre en su faceta preventiva, curativa, y antiesporulante.
- Tener en cuenta los condicionantes del azufre: luz ultravioleta, espectro de temperatura útil entre 8º y 25º ( por debajo de 15º ya no hace efecto vapor), y la humedad es neutral salvo por el riesgo de lavado o lixiviación.
- Fitotoxicidad con temperaturas altas.
- Cuando se aplica, el 15% de la acción del azufre es penetrante, el 12% vapor y el 75% por fijado en la hoja.
- Depende de formulaciones, pero puede resultar más fitotóxico el azufre mojable que el polvo.

En la ronda de preguntas, se afirmo por parte de un asistente que el uso de sufocalcico 10-15 dias antes de que las yemas se hinchen, en dosis del 10%, tiene un gran poder de regulación de oidio y de araña amarilla para el posterior desarrollo vegetativo. Especial atención a su carácter corrosivo que obliga a lavar los equipos después del tratamiento y su afección a los postes de metal ó al aplicador (cuidado con el viento).


MANEJO DEL OIDIO EN VITICULTURA ECOLÓGICA, INTEGRADA Y RESIDUO CERO

- Fuente: Cuidado de Cultivos Biológicos al Aire Libre (Sanidad Vegetal en el Marco de la Agricultura Ecológica).
- Organismo Patógeno en Viticultura: Oídio (Uncinula necator (Schw.) Burr.)

- Localización y grado de incidencia: Aparece una capa harinosa de color blanquecino o grisáceo sobre las hojas, los brotes o los frutos. En las hojas se ven primero manchas amarillentas o de color verde claro y más tarde va creciendo sobre su superficie el micelio del hongo. Cuando la infección se produce en un estadio temprano, se forman brotes retorcidos con hojas deformadas, abombadas y cubiertas de un polvillo grisáceo blanquecino (son brotes indicadores). En las ramificaciones de brotes verdes se desarrollan manchas oscuras irregulares que después, en los tallos maduros, parecen teñirse de morado o negro (las llamadas manchas del oídio). El hongo destroza la piel de los frutos, por lo que aquellos que están en pleno crecimiento se abren (rotura de las semillas). En tiempo húmedo esto hace que se puedan pudrir.

 Efectos del oídio de la viña sobre la calidad del vino:

- 5% oídio en baya (efectos suaves, pueden ser hasta beneficiosos): En el vino produce un aumento de la concentración de azucares y polifenoles y mejora la acidez.

- 8% oídio en baya (defectos perceptibles en vino): Aparecen aromas mohosos, disminuyen los aromas frutales y baja la sensación ácida.

- 15-25% oídio en baya (efectos muy dañinos en vino): Aparecen aromas mentoles, metalicos y herbáceos no deseados. Intensidad tánica muy agresiva. Amargura muy pronunciada al final del paso por boca. Acidez muy marcada.

- Datos biológicos: El hongo del oídio inverna como micelio en los capullos o en forma de cuerpo fructífero (cleistotecio) en los tallos o en las hojas muertas. Los brotes que germinan de los capullos que sufrieron una infección el año anterior germinarán ya infectados por el oídio. La infección puede alcanzar todo el brote (si es un brote indicador) o estar limitada a las hojas basales. Sobre estos brotes se forman conidias en gran cantidad que son después diseminadas por el viento. Germinan incluso a baja temperatura y con alto grado de humedad, aún sin agua líquida. Después de la germinación forman órganos de fijación (apresorios) desde los que crecen hifas hacia dentro de las células epidérmicas. Las excrecencias (haustorios) que poseen succionan nutrientes de estas células. La primera infección no produce muchos daños, pero si las condiciones meteorológicas lo favorecen con altas temperaturas, la infección se extiende aceleradamente. Un tiempo cálido y seco con grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche y con noches frías (con formación de rocío), favorecerá el desarrollo del hongo. La humedad en las hojas, sin embargo, casi llega a frenarlo.

En años en los que las condiciones son más propicias para infecciones por Peronospora, el oídio es menos peligroso y, por el contrario, en los periodos de sequía aparece más el oídio.


ESTRATEGIAS DE CONTROL DEL OIDIO

La condición previa para una buena contención del oídio es que se lleven a cabo controles cuidadosos, sobre todo cuando se dan las condiciones meteorológicas adecuadas para un desarrollo rápido de la enfermedad. Aquellas plantaciones que ya la sufrieran el año anterior deberán comenzar a tratarse a partir del estadio de tres hojas. El momento más peligroso del oídio es entre la floración y la coloración o maduración de las uvas. Después de ello ya no se debe aplicar azufre humectable por el peligro de que el vino adquiera un tono sulfuroso.

Medidas preventivas: Sólo se deben podar los vástagos sanos. Las primeras partes infectadas o los brotes indicadores se deben eliminar cuidadosamente del viñedo y ser quemados. Se debe asegurar que la enramada disponga de un espacio bien aireado y que la poda se lleve a cabo en el momento preciso y de manera exacta.

Un tratamiento discreto con abono nitrogenado evita un crecimiento exagerado de los brotes y por tanto frena el desarrollo del hongo.

Elección de la variedad: La viña (vitis vinífera) es una especie sensible al oidio. La sensibilidad a la enfermedad, varia según las variedades.

- Las variedades “Müller-Thurgau", “Kerner", “Trollinger", “Portugieser” y “Dornfelder” son muy sensibles a la infección.
- El “Riesling” y el “Silvaner” son medianamente sensibles.
- Las variedades de Burdeos son poco sensibles.

- Variedades Poco Sensibles al Oidio: Gewürztraminer; Ugni Blanc; Graciano; Petit Verdot; Syrah; Alicante Bouschet o Tintorera.

- Variedades con sensibilidad media al Oidio: Garnacha Blanca; Garnacha Tinta; Albariño; Macabeo; Malvasia; Moscatel de Alejandría; Sauvignon Blanc; Merlot; Monastrell

- Variedades muy sensibles al Oidio de la vid: Chardonnay; Palomino; Parellada; Pedro Ximenez; Verdejo; Bobal; Cabernet Sauvignon; Mencia; Pinot Noir; Tempranillo.

Medidas directas: La poda dejando los racimos al descubierto fomenta la eficacia de las fumigaciones.

Se deben aplicar preparados a base de azufre. Pero para evitar el riesgo de que el vino adquiera ese tono sulfuroso y picante, los tratamientos finales se deben realizar preferentemente con preparados a base de lecitina de soja o aceite de hinojo, así como de bicarbonato sódico:

- Lecitina de soja en cantidad de 2 a 2,5 l/ha
- Aceite de hinojo de 4 a 5 l/ha
- Ninguno de estos tres preparados (de lecitina de soja, aceite de hinojo o de bicarbonato sódico) se pueden combinar con productos a base de tierra arcillosa.

Para fortalecer las hojas y las uvas se pueden hacer tratamientos preventivos con metasilicato sódico (vidrio soluble) o silicato potásico, así como con grava de origen vegetal, a partir del estadio 09 (apertura de las yemas).

Vidrio soluble: antes de la floración, 2 l/ha; tras la floración, 2,5 a 3,0 l/ha.

Durante la floración (estadios 57 a 67) no se debe usar el vidrio soluble, ya que existe peligro de que se peguen las corolas y se provoque botritis. En variedades compactas como el “Spátburgunder”, “Trollinger”, “Weifiburgunder" o “Grauburgunder”, el tratamiento ya adentrado en la floración puede inducir a diluciones.

Los productos a base de residuos lácteos se pueden usar preventivamente en combinación con el azufre y el vidrio soluble, hasta que los frutos alcancen el estadio de tamaño de guisantes.

El bicarbonato sódico o potásico se puede usar a partir del estadio 71 (comienzo del desarrollo del fruto) en cantidad de 15 kg/ha.

La aplicación de productos fitosanitarios a base de azufre depende del estado de desarrollo de la vid.

Cuando el hongo del oídio ha infectado las uvas, la infección solo se puede parar con un tratamiento cuidadoso y con un gran consumo de agua.

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