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Cala de Illa Roja en Begur (Turismo Costa Brava)

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PLAYA ILLA ROJA EN BEGUR (TURISMO COSTA BRAVA)

Este rincón es uno de los más fotografiados de la Costa Brava, se trata de la idílica y paradisíaca calita de Illa Roja. Gruesas arenas doradas, aguas tranquilas, cristalinas, poca aglomeración de gentes. Altas paredes a su espalda que la protegen de los vientos y una pintoresca formación rocosa, escarpada, que permanece anclada en sus orillas y que le da nombre a esta playa "Illa Roja".


Illa Roja es un privilegiado santuario natural y naturista al cual se puede acceder desde la Playa del Racó y cuya mejor cara se puede observar desde las alturas ya que desde el camino de Ronda que comunica Sa Riera con la playa de Pals dispondremos de una excelente visión cenital (que se encuentra perpendicular respecto del suelo y la imagen obtenida ofrece un campo de visión orientado de arriba abajo) de este maravilloso rincón de la Costa Begurense.


Carente de cualquier tipo de servicio que contamine su pureza (no hay duchas, no hay lavabos, no hay bares, tampoco aparcamientos, ni vendedores de chucherías, etc.) Illa Roja ha sido, es y probablemente será un punto estratégico en el cual se congregan amantes del naturismo venidos de todos los rincones del mundo y es que no hay mejor forma para obtener un bronceado uniforme en todo el cuerpo que acudir a una playa nudista.


Tumbado en la arena, escuchando el batir del mar contra la orilla, resulta imposible apartar la vista de la enorme mole rocosa que emerge de las aguas frente a nosotros. La Cala de Illa Roja es probablemente una de las mejores calas de la costa brava. La cala tiene muy cerca el núcleo urbano de Pals y Begur, pero resulta tranquila, permite disfrutar de unos bellos parajes desde los miradores de la zona y de sus aguas cristalinas. Es de fácil acceso por el Cami de Ronda desde las playas de Pals. Como único inconveniente o ventaja, pondría el nudismo generalizado de esta cala.


BEGUR QUE VER Y HACER (TURISMO COSTA BRAVA)

El pueblo cuenta con numerosas calas y acantilados que dan al mar y es uno de los sitios más exclusivos de veraneo del pueblo catalán. Es una zona muy bonita, rodeada de montes de pinos y calas de difícil acceso que son muy tranquilas. Un paseo tranquilo por Begur es algo que debe hacerse si se va a Girona, y continuar ese paseo hasta lo alto de la localidad para disfrutar del Mediterráneo en todo su esplendor.


Bagur (o Begur en catalán) es un municipio español de la provincia de Gerona, situado en la comarca catalana del Bajo Ampurdán. Escrito también tradicionalmente como Begur por la variación en la transcripción de la vocal neutra, está documentado en la Edad Media como Begurio, probablemente nombre latinizado de un céltico Becuro. Begur tiene 4.304 habitantes (según datos de 2008) y es un centro turístico importante del Bajo Ampurdán. En verano la población supera los 40.000 habitantes.


A pesar de su carácter turístico, mantiene un importante pasado histórico que se remonta a la prehistoria, pasando también por época ibérica. En todo el término municipal se han encontrado importantes restos que confirman la antigüedad de su núcleo como asentamiento humano, importante durante la época feudal. El Castillo de Begur es el símbolo más emblemático de esta época.


Uno de los atractivos más interesantes del municipio es su legado patrimonial, dentro del cual se encuentran cinco torres de defensa que se levantaron contra la piratería mora. Construidas entre los siglos XVI y XVII, constituyen un elemento muy característico del actual paisaje urbano de Begur. Éste ha estado también significativamente marcado por las construcciones que realizaron en su momento los indianos: Begurenses que cruzaron el Atlántico para ir a hacer fortuna al continente americano, sobre todo a Cuba.


El municipio está articulado alrededor del núcleo de Begur, centro administrativo del término, que también incluye los núcleos de Esclanyà (con un núcleo antiguo románico), Aiguafreda, Sa Riera, Sa Tuna, Aiguablava y Fornells. Dentro de su término se encuentran algunas de las playas más prestigiosas de la Costa Brava (Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna, Playa Fonda, Fornells y Aiguablava).


Begur es un pueblo bonito y con encanto en la Costa Brava, con una historia repleta de fama gracias a los indianos, pero que además brinda al visitante una experiencia casi mística con las vistas que se tienen desde lo alto de su antiguo castillo, del que poco queda. No está de más fijarse en las múltiples torres medievales que han sobrevivido al progreso humano y que forman parte hoy de viviendas particulares.

  
- Sa Tuna, cala de Begur: Sa Tuna tiene un valor paisajístico espectacular, barcas, casas típicas de la emporda, vegetación, y un agua con muy buen estado. Tiene unos 80 metros de longitud y sólo unos 15 metros de anchura, y está dotada de duchas públicas. También posee un parking. No olvidéis nunca zapatillas para poder acceder al agua, las piedras te pueden jugar una mala pasada .


Protegida de las olas de manera natural por un brazo de roca a algunos centenares de metros de distancia (la punta d’es Plom), es un rincón extremadamente tranquilo de la Costa Brava los días de verano que los bañistas acuden para disfrutar de su paisaje maravilloso, su entorno… y sus aguas transparentes, con un fondo oscuro.


La cala tiene su origen en el barrio marinero del mismo nombre. Todavía hoy se conservan esas casitas, actualmente residencias vacacionales que no han perdido su encanto, que proporcionan una impresionante vista al mar. No solamente tenían en ella sus barca los residentes en Sa Tuna, sino también los pescadores del centro del pueblo de Begur, los cuales, antes de que los vehículos a motor invadiesen nuestras carreteras, se desplazaban a pie desde el centro por el camino antiguo, el cual aún se conserva y se encuentra debidamente señalizado.


Quienes deseen sombra natural en la playa, deben saber que Sa Tuna ofrece, en su parte derecha (mirando hacia el mar) la sombra de una alta cueva en la que, durante los meses de verano, se llevan a cabo actuaciones de Habaneras, la música típica de la Costa Brava, la cual nos trae reminiscencias de la emigración de los catalanes hacia Cuba en el s.XIX. Esta gruta es la Cova de Sant Pau que ofrece una buena sombra para quienes se hayan olvidado de la sombrilla o sencillamente quieran disfrutar de esa sombra en los días más calurosos del verano.


Además, desde Sa Tuna es posible iniciar un maravilloso trayecto, de unos 15 minutos, por el camino de ronda que lleva a la cercana cala de Aiguafreda. Desde este camino se contemplan bellas vistas de la propia cala, de Cap Sa Sal y del puerto deportivo de la cala de Destino. Es una excursión muy recomendable y que es apta para todos los públicos por la facilidad de su nivel.

  
- Piscina Es Cau: Piscina Es Cau de Begur es de agua salada, y se encuentra entre las playas de Platja Fonda y Fornells desde hace décadas. Para muchos visitantes tiene un aspecto paradisíaco que la hace irresistible. Aunque en realidad de natural no tenga nada, fue creada por una comunidad de apartamentos cercana hace ya medio siglo, su aspecto tan bien integrado en el entorno es tan bueno que muchos la consideran así.


La piscina, que invade claramente el dominio marítimo-terrestre según la Ley de Costas, se encuentra en una situación ciertamente polémica. Año a año han conseguido renovar su explotación, algo que les será más fácil con la nueva legislación de Costas y es que esta piscina es de uso privado, aunque sus propietarios no pueden delimitarla mediante un cerramiento.


En cualquier caso, quien quiera ir a verla, puede hacerlo fácilmente a pie, por el camino de ronda, ya sea desde la Platja Fonda (al norte), una vez doblado el Cap Rubí o bien desde la Playa de Fornells (al sur). En ambos casos, a no más de 200 metros.


- Cala Sa Riera: Bonita y amplia playa, muy larga y buena para pasear. Aunque, ten en cuenta que por la costa brava las playas son de una arena muy gruesa, casi piedras. Si quieres pasear, unos escarpines son buena idea. Además, está junto a la playa de Illa Roja, más pequeña pero preciosa, además de nudista.


Sa Riera es la mayor cala de Begur. Situada en el norte de la población, tiene unos 300 metros de longitud y hasta 100 metros de ancho, con una fina arena dorada que permite una estancia agradable sobre su superficie. Por ello es la cala más visitada de la población y la que mayores servicios ofrece. Lee nuestro artículo y descubre todo lo que puedes hacer en ella.


Se accede a ella desde el centro del pueblo, en un desvío muy bien señalizado, una vez pasamos la Masia de Carmen Amaya. El descenso por la carretera, de unos 5 minutos, ofrece ya unas maravillososas vistas de las Islas Medes a lo lejos, las cuales también están presentes en el paisaje de la cala. El recorrido de la carretera cruza la característica geográfica que da nombre a la cala: una riera que baja desde la montaña de Begur hacia el mar. A la entrada, este antiguo mosaico nos da la bienvenida.

  
- Cala Aiguaxelida: Espectacular la cala de aigua xelida entre begur y fornells. Viene muy bien indicado de camino a la playa de aiguablava que es más conocida. Es una cala paradisíaca y de las mejores en la Costa Brava. Evitar de Julio a Agosto especialmente en fin de semana debido a las aglomeraciones de barcos. En las horas punta de temporada alta pueden llegar a haber alrededor de 20/30 barcos anclados. Es muy pequeña y se lena de gente rápidamente. Es de piedras y con agua cristalina. Perfecta para practicar snorkel.


Pequeña, escondida, enigmática, espectacular y sobre todo preciosa. Así es la cala de Aiguagelida (también conocida como Aigua gelida o Aiguaxelida), un rincón maravilloso al alcance de cualquier visitante de la Costa Brava. Es un buen sitio para ir sobre la hora de comer después de haber estado en la cala aigua Blava pues se está fresco y no hay tanta gente, muy bonito, natural y con bastante magia.


Aiguagelida (otra variedad ortográfica de Aiguaxelida) es una cala bastante pequeña con arena. Se encuentra en la urbanización del mismo nombre, entre Palafrugell y Begur, en una zona de no fácil acceso, pero a la cual es posible llegar en coche y posteriormente bajar a pie hacia la cala, la cual se encuentra bajando unas escaleras.


Al llegar a ella nos sorprende su belleza paisajística, la cual se aprecia perfectamente en las fotografías. Es una cala estrecha pero profunda en cuanto avanzamos hacia las rocas que las rodean mar adentro. Estas rocas forman un largo pasillo a través del cual la vista submarina es preciosa, dada la cantidad de vida bajo el agua cristalina  que encontramos aquí.


La cala de Aiguagelida formó una parte importante en la vida y obra del escritor de viajes catalán Josep Pla. El autor nos cuenta cómo durante la primera mitad del siglo XX, en una casita como la que se encuentra todavía en el lado izquierdo de la cala, vivía el pescador Sebastià Puig, alias Hermós, buen amigo suyo, con el que intentó llegar a Francia en 1918, desde allí y en barca, de manera infructuosa. La historia se encuentra relatada en el segundo volumen de la obra Aigua de mar.

  
- Castillo de Begur: Principal símbolo de la localidad y su más conocido mirador, el Castillo de Begur contiene, incluso en su estado actual, siglos de una milenaria y agitada historia. Su visita es muy recomendada para quienes deseen disfrutar de un agradable paseo finalizado con una inolvidable vista de todo el centro del Ampurdán.


Aunque se han encontrado restos ibéricos sobre la misma cima, los orígenes del castillo en sí se remontan al siglo XI, cuando el señor feudal Arnust de Begur lo construyó sobre una de las montañas más altas de Begur por su posición estratégica y la buena vista que proporcionaba. Pasa por diferentes propietarios hasta que el rey Pere IV el Ceremonioso lo vende a la familia Cruïlles en 1360, la cual lo conserva hasta que finalmente, en 1604, el barón Carles de Vilademany i de Cruïlles lo vende a la propia localidad de Begur, hecho muy importante éste, dado que ya no volvería a manos privadas nunca más.


Tal y como se puede observar, a pesar de su encanto y su belleza, del Castillo de Begur no quedan más que sus fundamentos. Su estado actual es fruto de sus vicisitudes históricas, un precio que ha debido pagar por su excelente situación estratégica. El castillo ha sufrido durante su agitada vida tres grandes destrucciones. La primera durante la Guerra Civil Catalana (1468), la segunda durante la incursión francesa comandada por el Duc de Noailles en 1694. Y la última y hasta ahora definitiva, durante la Guerra de la Indepencia contra los franceses en 1810.


El estado actual del castillo, decorado en su cima con unas bonitas almenas, es obra de una delicada restauración efectuada durante el s.XX. Los accesos han sido además acondicionados de manera que hoy en día es posible su visita incluso para las personas con dificultades de movilidad o que se desplacen en silla de ruedas. La vista es absolutamente excepcional. En la cima los visitantes encontrarán además un precioso mapa de cerámica esculpido sobre el cual podrán identificar los diferentes elementos del paisaje ampurdanés visibles desde esta preciosa atalaya: las islas Medas, la bahía de Roses, los Pirineos (las montañas del Canigó), Palamós, Sa Riera…


- Es Pedrís Llarg: Es Pedrís Llarg de Begur es el antiquísimo banco de piedra alargado que recorre el ábside lateral izquierdo de la iglesia de Sant Pere, en centro del pueblo. Quintaesencia del sentir popular, este banco ha visto pasar durante siglos centenares de habitantes y eventos públicos, dado que se encuentra en la principal plaza del pueblo. Este banco también tiene encanto por la plaza hacia la que está orientado: Es Castell. Esta placita con encanto contiene la terraza de diversos restaurantes y algunas tiendecitas con estilo donde se venden artículos artesanales y algunos otros de importación e inspiración colonial (del Caribe), dado que este es un estilo vinculado históricamente al pueblo.


En este banco los mayores del lugar se reúnen, se sientan y discuten sobre los temas del pueblo. Es un magnífico mirador donde ver al resto de habitantes cruzar de un extremo a otro de la plaza para ir a trabajar, sentarse en una terraza, acudir a la iglesia o hacer las compras. Desde aquí, además, tomando la calle que se encuentra enfrente, la calle Pi i Ralló, se sube directamente hasta el castillo, pasando por el magnífico mirador de Sant Ramon.


A la izquierda del banco, hacia el pórtico de la izquierda, una fuente de agua (la que antiguamente usaban los habitantes para recogerla cuando no existía agua corriente) sigue funcionando para los peatones. Algunos paneles históricos que cuelgan de los muros de la iglesia nos informan de la relevancia histórica que esta plaza y este banco han tenido en la vida social del pueblo.


- Camino de ronda Sa Tuna-Aiguafreda, Begur: Los caminos de ronda de Begur constituyen uno de los principales atractivos para los visitantes. Situados junto a las playas, tuvieron su origen en la vigilancia de costas, por ejemplo contra los piratas y el contrabando, y por supuesto como vía de comunicación. Hoy los caminos de ronda son una parte intrínsecas de las playas y calas de la Costa Brava. Lo que más aprecian los visitantes es la oportunidad que brindan de contemplar la costa rocosa bajo diferentes perspectivas, además de poder caminar y hacer deporte a través de ellos.


Sin lugar a dudas, el mejor camino de ronda de Begur, el más célebre, es el que une las calas de Sa Tuna y Aiguafreda, un paseo que puede ser alargado unos cientos de metros para acercarse a la gran mole de Cap Sa Sal. Si comenzamos nuestro recorrido desde Sa Tuna, el camino comienza mirando al mar, hacia la izquierda.


Justo en esta zona existió una torre de defensa como otras que todavía se conservan en el centro de Begur. La que véis en lo alto no es más que una réplica y no tiene valor histórico. En esta parte del recorrido, se encuentran las típicas viviendas de pescadores con excelentes vistas a la cala. Un camino adicional interior, con escaleras, conecta esta pequeña urbanización.


Poco después el camino gira hacia el norte. Frente a nosotros se muestra ya claramente la Punta des Plom, ese precioso saliente de costa que protege la bahía de Sa Tuna, y donde suele estar ondear la bandera catalana. Al norte, donde todavía no es visible la Cala de Aiguafreda sorprende al visitante la mole de Cap Sa Sal, un edificio de apartamentos de la época franquista situado a los pies de una antigua mina de sal. Aquí el camino de ronda es amplio, como prácticamente durante todo el recorrido. Se trata de una ruta aconsejada para toda la familia.


Tras algunos centenares de metro se encuentra la mejor vista ya de Cap Sa Sal y Aiguafreda, justo donde el camino efectúa un giro de casi 180º y donde aparecen las primeras escaleras. Allí un banco nos permite reposar y contemplar tanto el edificio, como Aiguafreda o Cala Ses Vaques, la cala virgen que queda bajo esas escaleras y a la cual se puede acceder.  Tras remontar esos escalones, la parte más exigente del recorrido, el camino vuelve a aplanarse para discurrir hacia la Cala Aiguafreda, donde llegamos justo donde se encuentra la zona de picnic, con unas mesas y unos bancos donde los sufridos caminantes suelen tomar alguna refresco como justa recompensa a su esfuerzo. En total son unos 1,1 Km de trayecto que no deberían transcurrir en más de media hora, así que suele ser realizado incluso por muchos bañistas de ambas calas.


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