PLAYA DE LA FOSCA, PÁLAMOS Y CALA SÁLGUER (COSTA BRAVA)
- Playa de la Fosca: La playa de Sant Esteve de la Fosca se encuentra en la bahía del mismo nombre, al norte de Palamós. Se trata de la playa más espectacular y querida por los palamosinos por la belleza de su entorno natural, alejado de las grandes edificaciones que encontramos en el centro. Llegar a la playa de La Fosca es muy sencillo. Se trata de un vecindario muy bien comunicado y señalizado con el centro, por lo que únicamente hemos de tomar la carretera comarcal hacia el norte o incluso pasar por las calles del centro urbano. La Fosca se encuentra justo detrás del Cap Gros (cabo Gros).
Lo primero que llama la atención de esta amplia playa de unos 500 metros de longitud por unos 40 metros de ancho es la gran roca negra semisumergida que se encuentra aproximadamente en su mitad, y a la cual se puede acceder desde la propia playa. Se trata de la Roca Fosca, un promontorio que supera los 7 metros en su cima y que prácticamente todos los visitantes de la playa desean visitar. Ciertamente se trata de una playa muy familiar.
La playa se encuentra urbanizada, aunque no de manera excesivamente invasiva, por lo que todavía conserva mucho de aquel encanto que las familias de la zona ya disfrutaban décadas atrás, dado que la cala ha sido un lugar común de baño para muchos habitantes de la zona.
Otro de los motivos por los que la Fosca goza de un gran ambiente familiar es por su pendiente poco pronunciada de entrada al agua, lo que la hace ideal para parejas con niños pequeños. El fondo es arenoso y si encontramos rocas es de manera muy diseminada y localizadas fundamentalmente alrededor del espacio que ocupa la Roca Fosca. Por lo demás la playa goza de todo tipo de servicios como duchas, aparcamientos, alquiler de kayaks, etc. estando además adaptada para minuválidos.
Cualquier visitante de esta emblemática cala no debería dejar de acercarse al Castillo de Sant Esteve, visible a la izquierda de la playa, a pocos centenares de metros. Un precioso camino de ronda, que nos permitirá obtener una maravillosa panorámica de la Fosca, nos lleva hasta él y, en la misma dirección, podremos caminar para llegar en 30 minutos a la Cala Es Castell, pasando por la preciosa Cala s’Alguer.
Durante los meses de verano una serie de condiciones favorables permite al proliferación de un gran número de organismos planctónicos, cómo Alexandrium taylori. Esta alga crece en las aguas de la playa, dando un color entre verde y marrón. Este fenómeno natural no afecta en modo alguno la posibilidad de bañarse con seguridad en estas aguas.
A lo largo de la playa cuenta con un paseo marítimo, donde se ubican algunas preciosas casas de veraneo de mitad del siglo XX. También podemos encontrar diferentes restaurantes a pié de este paseo que ofrecen cartas de platos esencialmente de pescado y arroces.
La belleza natural de este entorno atrae a muchos turistas durante los meses cálidos del verano, atraídos por la belleza de sus aguas claras, cálidas, siempre tranquilas, poco profundas, y con fondo de arena, ideal para los más pequeños. Sin duda, un gran lugar para bucear y disfrutar de las hermosas aguas semi transparentes.
- Leyenda de La Cala Fosca: Cuenta la leyenda que cuando Pirene, la hija de los Pirineos, tras ser liberada del incendio de Alcides, dejó las montañas para conocer la costa, ordenó a sus sirvientes que le buscasen una playa pequeña en la que establecer su morada.
Recorrieron toda la costa de norte a sur a la búsqueda de ese rincón donde establecerse. Pasaron por el golfo de Rosas, que consideraron demasiado extenso para el pequeño refugio que buscaba, pensó en establecerse en la cala de Aiguablava, en Begur, aunque las montañas que la rodeaban le recordaban demasiado a su antigua morada.
Las calas de Calella y Llafranc la tentaron en un principio, sin embargo, no se decidió hasta que una avería en su nave la obligó a varar pasadas las Illes Formigues, pasado el Cap Gros, donde, al bajar del barco quedó prendada de la finísima arena de su playa y de la suavidad que sentía en ella.
Allí, junto a las caricias de las olas del mar, solicitó a su séquito que fuese erigido su Castillo. Y así se hizo, se construyó un pequeño paraíso a su imagen y semejanza huertos y jardines. Los pescadores del lugar quedaron prendados tanto de la belleza como de la alegría de la princesa, a la que obsequiaban con el mejor pescado de mar, a los que ella, en compensación, obsequiaba con su simpatía y canciones.
Sin embargo, el señor feudal que tenía otro castillo en la vecina cala de Es Castell, quedó tan prendado de la joven que envió embajadas para pedir su mano. Sin embargo, Pyrene tenía el corazón ya robado por quien la salvó del incendio de las montañas, por lo que tuvo que rechazar a aquel caballero. Éste, desairado y rabioso por el rechazo de la joven princesa, y tras varias amenazas, quemó una noche la morada de la joven y su séquito, reduciéndolo a cenizas.
Del palacio de nuestra princesa no quedó más que un conjunto de ruinas, las cuales fueron tragándose las olas del mar con el paso de los años. Sólo una roca, la que se alza, negra, en medio de la playa, ha podido permanecer a lo largo de los siglos.
Del castillo del aquel malvado señor aún se conservan restos en lo alto del promontorio a poniente, con sus torres y murallas medio destruidas, así como el foso defensivo de la entrada, precisamente para dificultar su invasión.
- Camino de Ronda (De Playa de la Fosca a la playa del Castell): En Playa de la Fosca, se encuentra el "macizo de Cap Gros", cubierto de pinares que se introduce en el mar, permite ser transitado por un reciente camino de ronda rehabilitado no hace mucho y que transcurre desde el norte de la "Cala de la Fosca" y dejando atrás unas escalinatas, podemos encontrar las ruinas medievales de "Castillo Sant Esteve de Mar". Siguiendo este precioso camino de ronda en dirección a la " playa de El Castell" encontramos el popular paraje de "La Pineda d’en Gori", bajo el que se encuentra el conjunto de antiguas barracas de la "cala S´Alguer". Sin duda, tanto sus aguas, su playa, como su camino de ronda hacen de esta cala un lugar muy interesante y digno de visita.
- Castillo Sant Esteve de la Fosca: Las ruinas del Castillo de Sant Esteve a pocos metros de divisar la Playa de la Fosca. En el momento se encuentra inmerso en un proceso de restauración que debe permitir a los visitantes visitar su interior y observar con mayor detención la belleza y singularidad de esta defensa creada en el siglo XII sobre un promontorio rocoso de importancia estratégica, ya que controlaba la bahía de la Fosca.
El origen de este castillo se encuentra estrechamente ligado al desarrollo de Palamós como centro portuario. En 1276, tras el matrimonio de Pedro el Grande con la princesa Constanza de Sicilia, el rey decide desplazar el puerto más importante de la zona desde Torroella de Montgrí hasta Palamós, estableciendo allí su flota de guerra. Para ello compra la fortificación al obispado de Girona, junto con todo el territorio que lo rodea. De hecho el centro defensivo ya existía por entonces, por lo que se cree que ejerció una labor defensiva en la época romana e incluso en la época de los íberos. Sólo las futuras excavaciones que se puedan llevar a cabo en su base podrán confirmar este extremo.
A pesar del estado en el que se encuentra actualmente este castillo ha sido protagonista de algunos episodios históricos importantes. El más famoso de ellos es la Batalla de las Islas Formigues, que tuvo lugar en los islotes que se pueden divisar desde castillo, en dirección noreste. En aquella ocasión el rey Pedro el Grande utilizó esta fortaleza como base del ataque que su escuadra de Sicilia comandada por Roger de Lluria lanzó contra los franceses, que salieron derrotados.
En el siglo XVI se construyó una masía a su lado y con el paso del tiempo su estado se ha ido deteriorando. Sin embargo, a pesar de su estado ruinoso es fácil distinguir las dos plantas del edificio, y el gran talud que lo sustenta. Originalmente se encontraba en él la Capilla de Sant Esteve, que en el siglo XIX fue reconstruida de nuevo aunque a cierta distancia del castillo.
Quien visite la playa de la Fosca no debería perderse una visita a este castillo, dado que se encuentra a pocos centenares de metros de la playa y permite, paseando por el camino de ronda, observar toda la playa y la bahía de la Fosca, con su gran Roca Fosca negra en medio, ejerciendo además de interesante mirador, desde el que podremos contemplar los diferentes islotes que se encuentran frente al acantilado.
- Cala s'Alguer: Pequeña población al borde del mar con muchísimo encanto, idílicamente mediterránea y excelente para pensar mirando al mar. Hay que acceder caminando unos minutos hacia la playa del Castell. Se trata de unas 12 casas de pescadores, alguna con posibilidad de alquiler, situadas en la misma playa. Aquí como en otros muchos lugares de la Costa Brava, tanto el bosque de pino blanco como la roca graníticas llegan al mismo nivel del mar, formando un cuadro de incomparable belleza.
Es una cala que parece detenida en el tiempo. Nada parece haber cambiado allí en los últimos años. Su fondo transparente y cristalino, sus casas de pescadores, su bosque, todo sigue igual. Precisamente esa característica hace de ella, una de las calas más vírgenes de toda la Costa Brava. Por ello es muy tranquila, no suele estar excesivamente concurrida, ni siquiera en verano. Buena parte de culpa la debe tener el hecho de que no es posible acceder a ella completamente mediante vehículo. Desde el aparcamiento hasta la propia cala se ha de atravesar un breve bosque de unos 200 mt. aprox.
La arena es de grava semi-gruesa. Las casitas junto a la playa delatan el pasado de esta cala como antiguo núcleo de habitantes pescadores. Hoy en día se encuentra alegremente adornadas y dan un ambiente aún más pintoresco al conjunto de la cala. Este barrio tradicional tiene su origen en el año 1521, y su arquitectura, respetada a lo largo de los siglos, se integra perfectamente con el entorno natural del que forma parte. El fondo marino de la cala es tan transparente y limpio que es incluso posible contemplar especies ya raras en la Costa Brava, como son los corales.
La longitud total de la cala es de unos 60 metros y su anchura de unos 8 metros. No dispone de los servicios propios de otras grandes playas, como duchas o tumbonas, aunque en un paisaje tan especial y virgen como S’Alguer esto no se echa de menos. En el año 2004 Cala S’Alguer fue declarada por la Generalitat de Catalunya como Bien Cultural de Interés Nacional, dado su excelente estado de conservación y elevado valor paisajístico.
- Cala Foradada: La Foradada es una cueva marina de entrada y salida abiertas que tiene dos grandes particularidades. La primera es que es lo suficientemente amplia como para que cualquier embarcación no excesivamente grande, por ejemplo un catamarán, pueda atravesarla sin dificultad. La segunda es que, al encontrarse sobre un notable cabo, el denominado Cap Castell, es posible contemplarla desde tierra, especialmente si seguimos el camino de ronda que va desde Cala Pedrosa hasta Cala Ferriol.
Se ha de decir que este tramo entre l’Estartit y l’Escala contiene algunas otras cuevas más (por ejemplo las Tres Coves), pero probablemente ninguna tan célebre como la que penetramos hoy. Llegar hasta la Roca Foradada es muy sencillo desde l’Estartit, y no lleva ni 20 minutos con la menorquina de Roger (y algo de viento a favor), desde el puerto de l’Escala la distancia es más o menos la misma, así que en última instancia todo dependerá del viento.
Los más valientes podrán acceder con kayak, realmente no es nada raro verlo y es una preciosa excursión que yo he tenido la suerte de hacer con anterioridad. Quien esté interesado puede inscribirse a una salida en grupo desde l’Estartit y también desde la Cala Montgó. Pero sin duda la manera más cómoda de llegar hasta la Roca Foradada es mediante alguno de los barcos con visión submarina que salen de excursión desde las mismas localidades anteriormente mencionadas. Suele gustar mucho a las familias porque además permite conocer las calas Pedrosa y Ferriol, cercanas a este punto, así como las Islas Medas.
- Cala Corbs: Cala Corbs, en Palamós, Costa Brava central, es una rica cala virgen que se encuentra entre la Cala Estreta y la Cala Canyers, encajada en uno de los tramos de la Costa Brava más exóticos y paradisíacos. Tiene todas las características de playa virgen. Junto a ella no encontramos ninguna inmueble, simplemente unas antiguas escaleras de piedra que dan acceso a ella. Además, frente a su superficie de arena gruesa (cuya amplitud puede variar según la temporada, debido al oleaje), bajo el mar, encontramos un preciado tesoro ecológico: se trata de las algas poseidonias, esas preciosas cintas verdes que bajo ningún concepto debemos arrancar y que sirve de refugio para los peces.
La cala forma una clarísima bahía alargada que la protege de los vientos del norte, y que se encuentra flanqueada por paredes de roca (la más alta es la de la derecha, mirando al mar, y que termina en la Punta dels Canyers). Precisamente la de la izquierda, la orientada al norte, es un perfecto mirador, una punta que prácticamente finaliza en un solitario pino de preciosas vistas. Estas paredes y su orientación al Este hace que el mejor momento para tomar el sol aquí sea a lo largo de la mañana, hasta el mediodía. Una boyas mar adentro impiden a las embarcaciones entrar en la bahía y dañar este precioso hábitat y de paso a sus bañistas.
Para llegar a Cala dels Corbs, sólo se puede llegar a pie, tendremos que partir desde la famosa Playa del Castell. Desde allí seguiremos hacia el norte por el camino de ronda que nos llevará a través del Poblado Ibérico de Sa Cobertera, la Cala Senià y la Cala Canyers. En total unos 2 kms aproximadamente en medio de este precioso bosque mediterráneo que forma parte del Espacio Natural de Es Castell.
- Cala Canyers: Situada entre la Cala Senià, al sur, y la Cala dels Corbs y la Cala Estreta, al norte, la Cala Canyers rivaliza muy seriamente con ellas respecto a su belleza paisajística. Se trata de una calita de sólo 60 metros de longitud por 25 metros de anchura compuesta de grava e inserta totalmente en un entorno natural, exceptuando las dos pequeñas casetas de pescadores tradicionales, que históricamente han hecho servir los trabajadores del mar para guardar sus utensilios.
El fondo submarino de la cala está compuesto de arenas y de rocas, esparcidas de forma muy irregular, tanto que las embarcaciones de recreo que quieran fondear en las cercanías deben tener muy poco calado y hacerlo con cuidado. Por lo demás el paisaje frente al mar con el que se encuentra el bañista es precioso, dado que las formaciones rocosas puntiagudas sobresalen del agua, sorprendiendo por la originalidad de sus formas. Para llegar a esta maravillosa cala, a la que sólo se accede a pie, debemos dirigirnos hasta la Platja del Castell, y tomar el camino forestal interior que, pasando junto a la Barraca d’en Dalí, posteriormente gira a la derecha para llegar a Cala Canyers.
Un aspecto muy interesante a tener en cuenta es que justamente en ella comienza el camino de ronda que, por todo el litoral en dirección norte, nos permitirá recorrer una sucesión de calas tan interesantes como la Cala dels Corbs, la Cala Estreta, la Cala d’en Remedón, la Cala Roca Bona, el Cap de les Planes, la Cala Font Morisca y finalmente la Cala del Crit, donde, ya sí, el camino de ronda hace un vericueto interior para poder llegar de nuevo a la costa rocosa siguiente: la Cala del Golfet. Por tanto, es un excelente punto de partida para iniciar un bello trayecto por este tramo tan bello del GR-92, el sendero litoral que recorre la Costa Brava.
- Palamós: Palamós es un municipio español de la comarca del Baix Empordà, en la provincia de Gerona (Cataluña). En la actualidad la mayor fuente de ingresos es el turismo. Palamós es famosa por sus paisajes, playas, el puerto comercial y la gamba. Además es famosa por la cantidad de aficionados al submarinismo que atrae gracias a su fantástico barco hundido, Boreas, que fue remolcador y rompehielos de la marina alemana durante la Segunda Guerra Mundial, siendo después utilizado para tráfico de drogas y confiscado por las autoridades ocupando espacio en el puerto de la misma localidad, hasta que finalmente se autorizó el hundimiento el 25 de enero de 1989.
Palamós es atravesado por la C-31, que lo comunica con las localidades vecinas de Castillo de Aro y Palafrugell así como Gerona, la capital de la provincia. Carece de comunicación por ferrocarril, aunque en el pasado la tuvo, estando la estación más cercana en Flassá, Caldas de Malavella o Gerona.
- Historia de Palamós: Las primeras referencias del asentamiento humano en Palamós se encuentran en el dolmen del Montagut (2500-1500 a. C.). y los posteriores restos de un poblado ibérico en la Playa de Castell. Por otra parte, algunos autores han supuesto que Palamós, con el nombre de Paleópolis, fue una de las más antiguas colonias que los griegos tuvieron en esta parte del litoral ibérico, pero lo cierto es que en la geografía y en la historia de la antigüedad no hay mención segura de este lugar.
En 1277, el rey Pedro III el Grande encargó la compra del castillo de Sant Esteve, construido sobre restos romanos, e inició el desarrollo de un nuevo núcleo de población, alentado dos años más tarde con la concesión de los privilegios descritos en la Carta Puebla y la creación de un mercado semanal. Pedro III compró el terreno en el que se asentó posteriormente la villa y dio a Astrugo Ravaya el encargo de fundarla, como excelente lugar de refugio para que los buques, en caso de temporales, acudiesen a dicha bahía. Su fundación, por tanto, fue consecuencia de la necesidad de un nuevo puerto real en la zona del Ampurdán, dado que el antiguo puerto de Torroella de Montgrí sufría una acelerada colmatación. Varios documentos del rey Carlos I de España aparecen fechados en Palamós y en su puerto desembarcó Francisco I de Francia cuando vino a España prisionero.
En 1543 los ataques de la escuadra turca de Barbarosa hicieron caer la villa de Palamós, ocasionando una gran catástrofe en la población. De esa época data una bula papal concedida para permitir la recuperación de Palamós. La peste asoló Palamós más de cien años después, en 1652, y fue el origen del voto de peregrinar una vez al año hasta la ermita de Bell-Lloch, datada del siglo XIII. En 1694 fue asaltada por los franceses, asesinaron a sus defensores y la guarnición se replegó en el fuerte. Al abandonarla, los invasores desmantelaron sus fortificaciones y en 1809, otra vez los franceses, la tomaron por la fuerza.
Durante la Guerra Civil Española, el puerto de Palamós, afín a la República, fue repetidamente bombardeado. En consecuencia, se construyeron búnkeres para la vigilancia de la línea litoral. Dos de estas fortificaciones aún se conservan en esta bahía: un búnker bajo la población de Sant Joan de Palamós y otra fortificación en el extremo de Garbí de la playa de Torre Valentina. Los ataques tuvieron lugar desde el mar, especialmente por parte del buque de guerra Canarias, y también desde el aire, como los proyectiles que la aviación italiana lanzó el 6 de agosto de 1938, hundiendo el conocido mercante inglés Lake Lugano.
- Playa El Castell: Considerada la playa más virgen de la Costa Brava, y un símbolo de la lucha vecinal contra la preservación del entorno natural y a favor de sus valores. Sin lugar a dudas, y más allá de su extrema belleza natural, la playa de Es Castell, en Palamós, tiene una indudable importancia en el devenir de la Costa Brava. Hablar de Es Castell es referirse a un auténtico reducto contra la especulación inmobiliaria.
El 12 de junio de 1994 la población de Palamós fue consultada en un referendum sobre la construcción de un campo de golf en el paraje natural y virgen conocido como Es Castell. Más del 70% de los participantes se opusieron al proyecto y, por ese motivo, la playa sigue hoy siendo un paraje de singular belleza.
Es Castell posee diversas particularidades que hacen de esta playa un reducto único. Se trata de una extensión considerable situada en un continuo de campos y bosques, sin ningún tipo de urbanización en sus márgenes. Pero es que además Es Castell tiene una serie de vestigios históricos de gran valor. Así encontramos el Poblado Ibérico en uno de los extremos de la cala, el izquierdo según se mira al mar, en la punta de Sa Cobertera, alzado sobre un asentamiento original del s. VI a.C., el cual sabemos que fué habitado por esta civilización activamente hasta el s. I d.C.
Otros atractivos importantes de la playa son las masías catalanas de época, el estudio de pintura de Salvador Dalí o la casa del internacionalmente conocido pintor Josep María Sert. Por todo ello, y por su fácil accesibilidad en vehículo, la playa de Es Castell merece un lugar de honor en el conjunto de paisajes ampurdaneses, y cualquier visitante que se encuentre por la zona debería poder comprobar con sus propios ojos cómo era esta parte de nuestra costa antes de la llegada del turismo y la especulación inmobiliaria.
- Cala Estreta: La Cala Estreta (Cala Estrecha) se encuentra en Palamós, y es sin lugar a dudas una de las calas más recónditas y fascinantes de toda la Costa Brava, dado el alto valor natural y paisajístico que posee.
Para poder disfrutar de esta cala será necesario caminar desde la playa de es Castell, aproximadamente de unos 20 a 30 minutos. Se trata de un paseo importante, aunque ya se sabe que en la Costa Brava las calas más bonitas se encuentran escondidas y no son de fácil acceso. En este sentido Cala Estreta no es una excepción, aunque el recorrido sea bastante plano y no transcurra por ninguna pared de roca.
Desde Castell tomamos el camino de ronda hacia el norte. Se trata de un sendero que recorre una de las mejores sucesiones de calas que podemos encontrar en la zona: Cala Sania, Cala Els Corbs, Cala Canyers, nuestra Cala Estreta, Cala d’en Remendon, Cala Roca Bona, Cala del Cap de Planes, Cala el Crit y finalmente la playa del Golfet, a los pies del Cap Roig.
Desde Castell tomamos en primer lugar el sendero de tierra por el interior del bosque (ojo, no tomar el sendero que lleva al Poblado Ibérico Es Castell, no es correcto) que, tras unos 20 minutos, nos lleva a una pineda que permite, ahora sí, caminar directamente en dirección al mar.
La Cala Estreta se encuentra en un entorno absolutamente natural. No hay ni una sola construcción ni traza de presencia humana. La cala es, efectivamente, estrecha, de poco más de 100 metros, y se encuentra divida en dos por una saliente de Roca bastante espectacular denominado la Roja.
Mirando al mar, a la izquierda, encontramos otro saliente rocoso a través del cual podremos pasar a la cala d’en Remendon, otra de las preciosas playas que jalonan este privilegiado fragmento de costa de Palamós, con una aguas espléndidas que invitan a practicar el snorkel por sus interesantes rocas. En este parte izquierda de la cala se pueden divisar unos islotes a pocos metros con una morfología muy particular, tanto que uno de ellos se denomina comúnmente desde tiempo inmemorables “el drac adormit” (“el dragón dormido”). Por otra parte las islas que divisamos frente a la cala a 1 km de distancia son las Islas Formigues, de enorme belleza y protagonistas además de algún importante episodio bélico naval de la historia de Cataluña.
La Cala Estreta es una playa sin servicios en la que por sus especiales características de baja afluencia y difícil acceso (aunque difícil por la distancia a pie, no por su orografía) se permite la práctica del nudismo.
- Cala Corbs: Cala Corbs, en Palamós, Costa Brava central, es una rica cala virgen que se encuentra entre la Cala Estreta y la Cala Canyers, encajada en uno de los tramos de la Costa Brava más exóticos y paradisíacos.
- Playa Gran de Palamós: La Platja Gran de Palamós es una de las playas más animadas y concurridas de toda la Costa Brava. Repleta de servicios, llena de vida de día y de noche, sus visitantes aprecian sobre todo las variadas posibilidades que ofrece de ocio y entretenimiento.
Así es, además de los excelentes servicios que ofrece a los bañistas (duchas, lavabos, puesto de socorrismo, alquileres de patines acuáticos, hamacas, etc.) esta gran playa familiar y urbana de 600 metros de longitud por unos 50 metros de ancho ofrece muchas posibilidades a quienes la visitan.
Una de ellas es la visita al núcleo histórico del pueblo, que se encuentra justo detrás de la playa, donde podremos pasear por el marinero barrio del Pedró, que se extiende en la parte derecha de la playa o bien el denominado Barri de la Platja (en esta zona se encuentra la iglesia de Santa María, construida en el siglo XV en estilo gótico), que se encuentra justo detrás de la playa, más allá de un paseo marítimo espectacular que recorre toda la bahía de Palamós en la que se encuentra inserta esta playa y que llega, hacia el sur, hasta Torre Valentina. En este paseo encontraremos restaurantes, bares y muchos otros comercios que dan vida a esta zona marinera.
Y es que la Playa Grande de Palamós se encuentra justo enfrente del puerto, el principal de toda la Costa Brava. Al atardecer es posible acercarse a la lonja y comprobar las capturas de pescado descargadas, o bien visitar el Museo de la Pesca, que se encuentra en el mismo puerto. No descarte contemplar la espectacular llegada de algún gran crucero frente a la playa, no en vano el puerto de Palamós se ha convertido por méritos propios en el segundo gran puerto de cruceros de Catalunya, tras el de Barcelona.
La Platja Gran de Palamós, al anochecer, es también un foco de diversión sin igual en la Costa Brava. La zona del puerto es muy conocida por la animación nocturna y su gran ambiente de bares, pubs y discotecas. Los veraneantes más jóvenes tendrán sin duda la oportunidad de conocer la faceta más festiva de las noches de verano en la Costa Brava.
Quienes deambulen a lo largo del paseo marítimo repararán en la existencia de diversos cañones apostados frente al mar. Son antiguos testimonios de la defensa de la villa frente a los ocasionales ataques piratas que se desarrollaron prácticamente hasta el siglo XIX, y entre los que destacan por su dureza el que llevó a cabo el pirata turco Barbaroja en octubre de 1543. Afortunadamente hoy en día estos cañones son testimonios mudos de un pasado ya lejano, y han servido de inspiración para crear una de las habaneras más conocidas del repertorio musical de este género: “El canó de Palamós”, compuesto por el gran maestro Josep Lluis Ortega Monasterio.
- Museo de la Pesca en Palamós: Palamós es el principal puerto pesquero de toda la Costa Brava. Hay otros puertos, también importantes (como el de Roses) pero el mayor volumen de negocio se alcanza en la lonja de esta localidad. Quizás por ello, y también por la belleza de su entorno, se encuentre aquí el Museo de la Pesca, el único de Catalunya.
La cultura de la pesca es milenaria. Muchos territorios costeros la comparten, aunque cada uno la ha practicado a su manera. Para adentrarnos en este mundo y también como homenaje a aquellos que trabajan para traernos a la mesa tan deliciosos productos, visitamos este museo que se encuentra en el propio puerto de Palamós, en una nave reconvertida denominada el Tinglado.
Observamos que el trabajo museográfico que se ha realizado es excepcional. Es un museo interactivo que no solo contiene objetos de gran valor histórico expuestos en sus vitrinas (como utensilios utilizados para el tratamiento del pescado), sino también maquetas, lonjas virtuales e incluso una antigua embarcación pescadora en el centro de la nave, perfectamente acondicionada.
La exposición permanente del Museo de la Pesca de Palamós se divide en cinco ámbitos en que se nos presenta la pesca en el contexto de la diversidad biológica del mar Mediterráneo, los lugares específicos donde se pesca (caladeros), los diferentes oficios del mundo pesquero, las técnicas de pesca y finalmente el futuro de la pesca.
El museo realiza además diferentes talleres y actividades relacionadas con este mundo como el taller de nudos, excursiones con vela latina, navegaciones nocturnas con copa de champán incluida, etc. Se puede obtener toda la información correspondiente a estas actividades en la web del museo: www.museudelapesca.org. Por cierto, también cuenta con una moderna tienda en la que, además de souvenirs, venden productos de la zona como anchoas de l’Escala.
El Museo de la Pesca de Palamós fue finalista del premio European Museum Forum of the Year en el año 2005 y, por su excelente calidad museográfica, es una visita ineludible para todos aquellos que visiten Palamós y se acerquen a su puerto.
- Puerto y Lonja de Palamós: Ir a comer las famosas gambas de Palamós, durante los meses de primavera y hasta julio, ya que hacen el menú de la gamba en muchos restaurantes. El precio está bastante bien y en cualquiera de los restaurantes comerás de lujo. Os recomendó ir a la lonja a ver el proceso de la venta del pescado.
- Gamba Roja de Palamós: La Gamba de Palamós es un crustáceo de la especie Aristeus antennatus. Presenta un color rojo muy intenso y es apreciada por su carne fina, firme y sabrosa. Es pescada con la técnica del arrastre y en verano se suelen encontrar más ejemplares y más grandes.
La gamba tradicionalmente se ha pescado a las costas de Palamós y en otras villas catalanas litorales como por ejemplo Blanes, Arenys, Roses o de la costa de Tarragona. Hacia el 1950 pescadores venidos del sur de Cataluña y de la Comubidad Valenciana introdujeron la técnica de pesca de arrastre en Palamós y paralelamente se descubrieron unos caladeros muy importantes de gamba. Desde entonces ha ido tomando importancia dentro de la Cofradía de Pescadores de Palamós hasta la actualidad que ha logrado renombre y reconocimiento.
El año 2009 se creó la Marca de garantía Gamba de Palamós. Es una certificación del origen y la calidad de la gamba, así como una herramienta de promoción, divulgación y prestigio su calidad. Hace referencia a las gambas vivas, frescas o congeladas procedentes de las zonas de extracción de Palamós y recogidas bajo las condiciones del reglamento de uso de la marca que obliga a cumplir las mejores condiciones de manipulación, temperatura y almacenamiento en el tratamiento del producto desde el origen hasta el consumidor final. Diariamente, la gamba capturada se somete a un control de calidad antes de entrar a Subasta, identificando el caladero de pesca y las características sensoriales como el aspecto, textura, piezas por kilo y la temperatura que llega a puerto. Sólo el producto que supere los requerimientos establecidos por el reglamento será etiquetado como Gamba de Palamós.
La Marca certifica que las gambas tienen un alto nivel de frescura y que se comercializan por entidades que cumplen determinados requisitos específicos en el correspondiente Reglamento. Están certificadas barcas de la Cofradía de Pescadores de Palamós que cumplan el reglamento de la Marca y que su primera venta se haga en la lonja de Palamós.
La Gamba de Palamós desde el 2015 también es un producto adherido a la Marca de garantía Productos de l'Empordà. La lonja de Palamós y los pescadores adheridos a Productos de l'Empordà tienen que superar periódicamente los controles de un laboratorio alimentario que certifica la calidad en las diferentes fases del producto para recibir la certificación.
Es un sello alimentario que tiene por objetivo personalizar y reconocer los productos propios de l'Empordà y ayudar a promocionar su comercialización. Este distintivo certifica la calidad y el origen ampurdanés del productos.
- Espai del Peix - Lonja de Palamós: En Palamós han sido muy innovadores con las actividades que le histórica y actualmente le dan la vida a la localidad, la pesca y el turismo, y juntándolas han creado el "espai del peix", el espacio del pescado, y tienen varias actividad turístico-educativas-gastronómicas que harán las delicias de cualquier persona aficionada a pescados y mariscos.
En su web ofrecen visitas guiadas a la lonja, donde se puede observar todo el proceso de subasta diario, por la tarde, un proceso que ahora está altamente mecanizado e informatizado, pero que no pierde su encanto. También hay talleres de cocina del pescado, donde se forma al visitante en cocina marinera con los productos del mar que se venden en la lonja de Palamós, un show cooking en una sala moderna, con cámaras enfocando al chef y mostrando en pantallas de TV de LED todo el proceso, en el que alguno de nuestro grupo se atrevió a participar, preparando el alioli tan típico de Costa Brava.
Los cocineros del Espacio del Pescado llevan a cabo una sesión de demostración culinaria de recetas tradicionales con toques de innovación para degustar diferentes catas de cocina marinera, elaborada siempre con especies desembarcadas en el puerto de Palamós, y todo ello maridado con vino ampurdanés.
- Iglesia de Santa María en Palamós: En el corazón de toda la Costa Brava, Palamos, guarda celosamente la Iglesia de Santa María, la cual es conocida para resistir a todos los ataques de los piratas bárbaros. La iglesia fue fundada en el año 1428 después de la separación de la parroquia de Santa Eugenia, sobre las ruinas de una capilla del año 1371, la fruta y el deseo intenso de los ciudadanos. El edificio es de estilo gótico el cual tiene un presbiterio, que es una nave con tres capillas a cada lado. Una capilla se añadió a cada lado, en el año 1521, y tiene además el coro y la torre del campanario que se construyó en el antiguo Torre del Consejo.
A pesar de su ubicación en el país, con algunas murallas, fosos y fortalezas, el edificio fue severamente dañado por el ataque llevado a cabo por coche y Dihn dijo Barbarroja, el pirata sarraceno en el años 1543, por los buques británicos en el año 1742 y la guerra civil española.