PLAZA DE CATALUÑA, LAS RAMBLAS, PALACIO GUELL, Y EL RAVAL (TURISMO BARCELONA)
Otro de los sitios que ver en Barcelona es La Rambla, el paseo que cruza desde la Plaza de Cataluña al puerto de la ciudad. Además de todo lo que puedes encontrar por allí, en ella se encuentra también el mercado de la Boqueria, el Teatro del Liceo (uno de los más importantes del mundo dentro del ámbito de la ópera), el Palacio Güel, y el bohemio barrio de el Raval.
- Plaza de Cataluña: Oficialmente y en catalán plaça de Catalunya, es una céntrica plaza de Barcelona, uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Tiene una superficie de 5 hectáreas. Constituye el punto de unión entre el núcleo viejo de la ciudad y el Ensanche.
De aquí parten importantes vías de la ciudad como la Rambla, el paseo de Gracia, la rambla de Cataluña o las rondas de la Universidad y de San Pedro, y la calle de Pelayo, así como la avenida de Portal del Ángel, la gran arteria comercial de la ciudad, y antigua puerta de las murallas.
Hasta que se derribaron las murallas, el espacio actualmente ocupado por la plaza era una explanada a las afueras de la ciudad situada justo enfrente de una de las puertas principales, desde donde salían caminos hacia las poblaciones de los alrededores. Esto convirtió el lugar en el emplazamiento ideal para situar mercados al aire libre, y lo convirtió en un punto importante de la vida de la ciudad.
La plaza también destaca por las numerosas esculturas de importantes artistas expuestas a lo largo de su perímetro, entre las cuales destacan la Diosa de Josep Clarà, Barcelona de Frederic Marès y el Pastor de Pablo Gargallo, además de obras de Josep Llimona, Enrique Casanovas, etc., o el monumento a Francesc Macià de Josep Maria Subirachs, obra mucho más reciente (1991).
Las obras del subsuelo, consideradas de gran valor urbanístico, comprendieron las galerías comerciales de la Avenida de la Luz ( ctualmente subterráneo del Triangle). Hasta la guerra civil de 1936-1939, sus cafés y restaurantes ( la Maison Dorée, el Colón, la Lluna, el Suís) fueron centro de muchas tertulias literarias y políticas ciudadanas. Fue también un centro de teatros, como el del Bon Retir (1876-1885), el Circ Eqüestre Alegria (1879-1895), Eldorado Concert (1887) o el Teatre Barcelona (1923).
- Las Ramblas: La Rambla, también llamada Las Ramblas2 (catalán Les Rambles), es un emblemático paseo de la ciudad de Barcelona que discurre entre la plaza de Cataluña (en catalán, plaça de Catalunya), centro neurálgico de la ciudad, y el puerto antiguo.
El paseo está lleno de gente de día y hasta altas horas de la noche. Está jalonado de kioscos de prensa, flores y otros por decidir que sustituyan a las antiguas paradas de pequeños animales (principalmente aves), actores callejeros, cafeterías, restaurantes y comercios. Cerca del puerto acostumbran a instalarse mercadillos, así como pintores y dibujantes.
Paseando por La Rambla pueden verse varios edificios de interés, como el Palacio de la Virreina, así como el mercado de La Boquería y el famoso teatro de El Liceo (en catalán, El Liceu), en el que se representan óperas y ballets. Una de las calles laterales, de pocos metros de longitud, conduce a la plaza Real (plaça Reial), una plaza con palmeras y edificios con soportales que acogen multitud de cervecerías y restaurantes, y en la que se reúnen los fines de semana los coleccionistas de sellos y de monedas.
El paseo de La Rambla desemboca en el puerto antiguo (plaza Portal de la Paz), donde se ubica la célebre estatua de Cristóbal Colón, y desde allí una amplia pasarela de paseo a la que se denomina Rambla de Mar lleva hasta el muelle de España, donde se ubica el centro comercial Maremagnum.
Por el extremo de montaña y desde la plaza de Cataluña, la trayectoria ascendente que sigue el paseo por el Ensanche hasta encontrarse con la avenida Diagonal recibe el nombre de rambla de Cataluña, considerada un paseo independiente del que transcurre por Ciutat Vella.
En las inmediaciones se encuentra el Museo Marítimo (Museu Maritim), dedicado especialmente a la historia naval en el Mediterráneo, y en el que se exhibe la reproducción a escala real de una antigua galera de combate.
El museo está ubicado en las Atarazanas Reales (en catalán, Drassanes), astilleros de la Edad Media donde se construían los barcos que conectaban los extensos dominios de la Corona de Aragón en el Mediterráneo. El puerto antiguo ofrece otros atractivos, como un centro de ocio y comercios, restaurantes, un cine IMAX, y el mayor acuario de fauna marina mediterránea.
En el centro histórico, muy cerca de La Rambla, también son interesantes la Catedral de Barcelona, la plaza de San Jaime que acoge los edificios de la Generalidad de Cataluña y del Ayuntamiento de Barcelona, y las estrechas callejuelas tanto del barrio Gótico como del Raval y del Born.
- Mercado de la Boqueria: Mercado de San José (en catalán Mercat de Sant Josep), popularmente conocido como La Boquería1 (en catalán La Boqueria), es un mercado municipal que se encuentra en la Rambla de Barcelona. Además de ser un lugar donde se puede comprar todo tipo de productos frescos, es también una atracción turística.
Tiene una superficie de 2583 m² con más 300 puestos ofreciendo una gran variedad de productos locales y exóticos, tanto a los compradores particulares como a los restauradores de la ciudad. Es el mercado más grande de Cataluña, el más variado en oferta alimentaria y también el más visitado por los turistas.
El mercado fue inaugurado en 1840, pero sus orígenes están al aire libre, ante las puertas de la antigua ciudad, en la explanada del Pla de la Boqueria, donde vendedores ambulantes y labradores de los pueblos y masías próximas se instalaban con el fin de vender sus productos, antes de que la ciudad se saliera de sus primeras murallas. Este mercado se hacía fuera de las murallas de la ciudad por ahorrar el impuesto de entrada de mercancías.
Antes del mercado, estuvo en el mismo lugar el convento de San José. En 1586 los carmelitas descalzos (denominados els josepets por ser los difusores, con Teresa de Jesús a la cabeza, del culto popular a la figura de San José) fundaron el convento en el lugar donde hoy está el mercado.
A medida que la Rambla fue tomando importancia como paseo urbano en el siglo XVIII, se consideró necesario sacar las carnicerías de su recorrido y fueron desplazadas, todavía muy cerca, hacia el interior, junto al huerto del convento de San José, que junto con otros conventos de la zona, fue asaltado e incendiado durante el motín anticlerical instigado y dirigido por algunos políticos liberales en Barcelona el día de San Jaime (25 de julio) de 1835.
Tras el incendio del convento, este se suprimió, se expropió a los carmelitas el edificio, se demolió y fue construida en su lugar una plaza con grandes columnas rodeada de porches, que sería la más grande de Barcelona. Se decidió trasladar el mercado de manera temporal en su interior, pero finalmente sería su emplazamiento definitivo. Las obras de techado se iniciaron el día de San José de 1840.
A principios del siglo XX, la Rambla tenía desde la calle del Carme hasta la de la Petxina toda la anchura que hoy en día tiene frente al Palacio de la Virreina. El mercado se situaba en el espacio entre las casas y los árboles, dividido en sectores bien diferenciados según el producto que se vendía.
Muchos vendedores obsequiaban una flor por la compra de algún producto de alimentación, y aquí encontramos el origen de un colectivo popular e inseparable del conjunto de este paseo: los actuales floristas de la Rambla. Más tarde también se añadió la venta de animales, sobre todo pájaros.
La cubierta metálica actual se inauguró en 1914. La última modificación arquitectónica del mercado fue en el año 2000, y actualmente se prepara otra que afectará sobre todo la plaza de la Gardunya.5 A lo largo de los años, se ha convertido en el mercado emblemático de todos los de Barcelona.
El colectivo de vendedores, la estructura y situación del mercado lo convierten en un lugar de visita obligada para compradores y turistas. Cada vez hay más establecimientos del mercado regentados por inmigrantes, en los que se encuentran especialidades de Japón, Italia, Grecia o los países árabes.
- Gran Teatro del Liceo: Conocido como "El Liceo" (El Liceu en catalán), es el teatro en activo más antiguo y prestigioso de Barcelona, especialmente como teatro de ópera, entre los que es considerado uno de los más importantes del mundo. Situado en La Rambla de Barcelona, ha sido escenario, desde 1847, de las más prestigiosas obras, interpretadas por los mejores cantantes del mundo.
Durante casi dos siglos, ha sido símbolo y lugar de encuentro del poder, la nobleza y burguesía catalanas, en los pisos inferiores, por un lado, mientas que los aficionados de las clases sociales menos adineradas compartían su pasión por la ópera en los pisos 4º y 5º, que hasta las últimas reformas tuvieron una entrada independiente por la calle de San Pablo.
Las entradas sin butaca, que existieron hasta la última reconstrucción del teatro, permitían disfrutar a los apasionados de la ópera por unos precios muy reducidos al alcance de muchos barceloneses. Hoy las butacas laterales, sin visibilidad pero con TV, del 4º y 5º piso son de precios también muy reducidos.
La obra más famosa del Círculo del Liceo es el conjunto mural, de doce óleos sobre tela, encargados a Ramón Casas e instalados en la famosa Rotonda del Círculo. Cada uno de los doce plafones, la obra más ambiciosa de Casas, según sus estudiosos, se inspiran en un tema musical.
El Círculo dispone de una biblioteca más que notable. En la mayoría de sus dependencias se puede disfrutar de decoración modernista. Hay cuatro ventanales en el vestíbulo inferior que son un testimonio directo de la fuerte influencia wagneriana en la cultura catalana de principios del siglo XX.
Pero además del mobiliario y del interiorismo, el Círculo es una muestra viva y espléndida de esculturas y del arte de la marquetería y dispone de una galería de esmaltes, grabados, aguafuertes y óleos de los mejores artistas catalanes de la época, como Alexandre de Riquer, Santiago Rusiñol, Modesto Urgell y Francesc Miralles, entre otros.
- Palau Güell: En catalán Palau Güell, es un edificio diseñado por Antoni Gaudí y encuadrado en la corriente del modernismo catalán. Está situado en la calle Nou de la Rambla de Barcelona, cerca del puerto y el paseo marítimo de la ciudad.
El palacio fue encargado a Gaudí por Eusebi Güell, quien sentía una gran admiración por el arquitecto y financió varias de sus más conocidas obras. Gaudí puso todo su empeño en esta obra, ya que era su primer encargo importante, y muestra de ello es que llegó a idear hasta veinticinco soluciones distintas para el diseño de la fachada. Para este proyecto contó con la colaboración de Francesc Berenguer, uno de sus más fieles ayudantes. La construcción se realizó entre los años 1886 y 1890.
Esta obra pertenece a la etapa orientalista de Gaudí (1883-1888), periodo en que el arquitecto realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.
El diseño general sigue las líneas de sus creaciones de aquella época, marcada por el estilo oriental aplicado al diseño de sus obras. En este palacio culmina una etapa de predominio de las formas de inspiración árabe, bizantina o mudéjar, con realizaciones como la Casa Vicens, los Pabellones Güell o El Capricho de Comillas.
Gaudí diseñó con esmero tanto el exterior como el interior del palacio, con una suntuosa decoración de estilo mudéjar, donde destacan los techos con artesonados de madera y hierro. Asimismo, Gaudí estudió con eficiencia todas las soluciones técnicas y estructurales del edificio, cuidando al máximo detalle aspectos como la iluminación, la ventilación o el aislamiento acústico del exterior.
El edificio está construido con piedra calcárea de Garraf, donde Güell tenía una finca, las Bodegas Güell. Siendo la calle tan poco ancha, resulta difícil observar la fachada en su totalidad, que sin embargo está diseñada con una gran monumentalidad.
Del conjunto de la fachada destacan las puertas de entrada, que en su parte superior presentan unas rejas caladas de hierro forjado, que representan dos serpientes que con sus colas forman las letras E y G (de Eusebi Güell), mientras que entre las puertas se sitúa otra celosía de hierro ornamentada con el escudo de Cataluña y un yelmo con un ave fénix, obra de Joan Oñós.
La entrada tiene unas dimensiones impresionantes, pensadas para que los visitantes pudiesen acceder a ella montados en sus caballos, o bien en sus carruajes. Para los caballos existían en el sótano establos, lo cual en aquella época era totalmente innovador. Se accedía a ellos a través de una ingeniosa rampa de forma helicoidal ideada por Gaudí.
El interior del edificio está concebido para armonizar de forma cómoda la vida pública y la privada, el área de la familia y la de servicios. Para ello, el vestíbulo de la planta baja conecta de forma óptima con las diversas partes del edificio: en el centro se encuentra la escalera principal, al fondo la cochera y el acceso al sótano, en el lado este la portería y en el oeste la escalera de servicio y el ascensor. Siguiendo la escalera principal se llega primero al entresuelo, donde a la derecha se hallaba el despacho del señor Güell, más la biblioteca y las estancias de administración y archivo, y a la izquierda un vestíbulo y una sala de descanso.
Hay que señalar que diversas piezas ornamentales fueron aprovechadas de una anterior vivienda de Güell, el palacio Fonollar, en la calle de Portaferrissa, del que había sido desahuciado por un conflicto con los anteriores inquilinos. La decoración de esta vivienda había sido diseñada por Camil Oliveras. Antes de irse Güell se llevó los muebles y todos los objetos que pudo transportar, como revestimientos de suelos y paredes, vidrieras, cerámica, chimeneas, lámparas y otros elementos decorativos, que fueron reinstalados en el palacio Güell. Al parecer incluso se aprovecharon las baldosas de los baños del palacio Fonollar para hacer el revestimiento de las chimeneas de la azotea del nuevo palacio.
Del conjunto del tejado destacan por un lado las chimeneas, a las que lejos de tratarlas como elementos molestos, Gaudí les dio carácter decorativo. Con ello inició una forma de diseñar las chimeneas que iría desarrollando en sus siguientes obras, hasta llegar a soluciones espectaculares como en la Casa Batlló y la Casa Milà. En total son 20 chimeneas, construidas en ladrillo y (excepto seis dejadas en obra vista) recubiertas de cerámica (del tipo trencadís, habitual en las obras de Gaudí), vidrio, mármol o porcelana, con variados diseños de vivos colores.
Por lo general tienen formas troncocónicas o troncopiramidales, aunque hay alguna de forma prismático-piramidal o cilíndrico-cónica, con capiteles de forma cónica o esférica, con rombos o triángulos, en espiral o en pirámide. La cerámica utilizada para las chimeneas era de la fábrica Pujol i Bausis de Esplugas de Llobregat, una de las más prestigiosas del momento y que tuvo estrechos contactos con la mayoría de arquitectos modernistas.
Destaca asimismo la alta aguja en forma de linterna que supone el remate exterior de la cúpula del salón central, hecha igualmente de cerámica y rematada con una veleta-pararrayos de hierro, que contiene la rosa de los vientos, un murciélago y una cruz griega. De forma cónica, tiene 16 metros de altura, y en su parte central presenta ocho ventanas que dan luz al interior del edificio, una de las cuales sirve como puerta y está conectada a la terraza por una pasarela. Un poco más arriba se encuentran doce oberturas de forma romboidal, que permiten la ventilación del interior, así como mantener el equilibrio térmico
- Eusebi Güell i Bacigalupi, conde de Güell (1846-1918): Fue uno de las más importantes industriales de la Cataluña de sus tiempos, así como político, científico y escritor. Era hijo de Joan Güell i Ferrer (1800-1872), un indiano que amasó una enorme fortuna en Cuba y fue promotor de diversas industrias a su vuelta a Barcelona, como la fábrica El Vapor Vell, que consiguió la exclusiva de la fabricación de panas en España.
Después de estudiar Derecho, Economía y Ciencias Aplicadas en Barcelona, Francia e Inglaterra, fue el fundador con Ferran Alsina de la Colonia Güell, una colonia obrera dedicada a la industria textil. Intervino en política y amplios sectores culturales: en 1875 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona, en 1878 diputado provincial, y también ejerció de senador del Reino. Fue, debido a su amor a la cultura catalana, presidente de los Jocs Florals (1900) y miembro de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge, así como presidente del Centre Català.
En 1878 conoció a Gaudí, tras quedar admirado con la vitrina para la Guantería Comella que el arquitecto exponía en la Exposición Universal de París. Desde entonces empezó una larga amistad y una fructífera relación profesional, ya que el industrial fue el principal mecenas del arquitecto. Gracias a ello su apellido es conocido internacionalmente, con obras como la Cripta de la Colonia Güell, las Bodegas Güell, los Pabellones Güell o el Parque Güell, además del palacio.
Güell tenía una casa en la Rambla de los Capuchinos, que había heredado de su padre. En la calle colindante, Conde del Asalto (actual Nou de la Rambla), compró dos casas con la intención de ampliar la de la Rambla: en 1883 el número 3 a Maria Toll i Serra, y en 1886 el número 5 a la familia Boada Mas, en total 408 m2. Estas casas albergaban entonces una vaquería y diecisiete domicilios arrendados, cuyas familias tuvieron que ser desalojadas.
En 1887 compró también el número 3 de la calle Lancaster, en el lado contrario a la Rambla, y en 1894 el número 9 de Nou de la Rambla (esquina Lancaster) y los números 5 y 7 de Lancaster, con lo que prácticamente tenía en propiedad toda la manzana (solo le quedó el 7 de Nou de la Rambla, que no pudo adquirir).
El proyecto de Güell era construir una nueva vivienda que conectase por medio de un patio interior con la de la Rambla. Gaudí diseñó el Palacio Güell siguiendo la tradición de las grandes casas señoriales catalanas, como las de la calle Montcada.
Eusebi Güell vivió en el palacio hasta 1906, en que se trasladó a la Casa Larrard, en el Parque Güell, donde vivió hasta su fallecimiento en 1918. El Palacio Güell pasó por herencia a la viuda de Güell, Isabel López Bru (hija del marqués de Comillas) y posteriormente a sus hijas Maria Lluïsa y Mercè Güell i López.
Durante la Guerra Civil sirvió como comisaría. En 1944 quiso comprarlo un millonario estadounidense, para llevarlo a su país piedra a piedra, pero finalmente lo adquirió en última instancia la Diputación de Barcelona, a cambio de una pensión vitalicia para Mercè Güell, que puso además como condición que el edificio no fuese nunca modificado y que fuese destinado a una finalidad cultural.
- El Raval: Es un barrio de Barcelona, ubicado en el distrito de Ciutat Vella, nacido de la ampliación de las murallas medievales de la ciudad, aunque es probable que existieran asentamientos anteriores. Se encuentra delimitado por el barrio del Pueblo Seco, a través de la avenida del Paralelo, con el barrio de Sant Antoni, a través de las rondas de Sant Pau y Sant Antoni, y con el Barrio Gótico, a través de la calle de Pelayo y La Rambla. Entre sus principales arterias destacan la calle del Carmen, la calle Nou de la Rambla y la rambla del Raval.
En el Raval conviven hoy en día lugareños y gente venida de múltiples países y culturas. En sus calles pueden verse comercios de todas las nacionalidades e incluso tiendas de moda y nuevas tendencias, sobre todo en la parte alta del barrio.
También es conocida la calle de la Cera, con una gran e histórica comunidad de etnia gitana. El nombre proviene de los ríos de cera formados por las numerosas velas colocadas ante la virgen de esa calle, para protegerse de la peste. De esta comunidad surgió la rumba catalana.
Durante muchos años fue popularmente conocido como el Barrio Chino de Barcelona, denominación acuñada por el periodista Paco Madrid, en un artículo publicado en el semanario El Escándalo.2 Los habitantes del barrio de esta época inspiraron a artistas como Pablo Picasso, durante el período de su obra denominado período azul.
En el Raval confluyen edificaciones históricas, tales como la iglesia románica de San Pablo del Campo, la iglesia de Sant Agustí o el mercado de La Boquería, junto con edificaciones modernas, destinadas a la cultura y el esparcimiento, como por ejemplo el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) o el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.
En los límites también se encuentra el Palacio Güell, encargado al arquitecto Antoni Gaudí por su mecenas Eusebi Güell, y en la rambla del Raval, El Gato del Raval, escultura de un gran gato, obra del artista Fernando Botero.
- Museo de Arte Contemporáneo: Oficialmente y en catalán Museu d'Art Contemporani de Barcelona, conocido también por sus siglas MACBA, está dedicado a la exposición de obras realizadas durante la segunda mitad del siglo XX. Se encuentra ubicado en el barrio de El Raval de la ciudad de Barcelona, muy cerca del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Está declarado museo de interés nacional por la Generalidad de Cataluña. Actualmente su director es Ferran Barenblit.
La idea de establecer un museo de estas características en Barcelona se debe al escritor y crítico de arte Alexandre Cirici-Pellicer quien en 1953 ideó, fundó y presidió la Associació d'Artistes Actuals (1956-1965), formada por artistas, críticos y aficionados al arte, que contribuyeron a la creación de una colección creada sobre la base de un proyecto a semejanza del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Realizaron diversas exposiciones itinerantes con obras de artistas de la época y certámenes anuales como el célebre Salón de mayo (1956-1969), en Barcelona. La muestra El arte y la paz, celebrada el 1963 y que tenía un claro contenido antifranquista, supuso el fin de la idea de Cirici. La colección hasta entonces recopilada se depositó en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Villanueva y Geltrú, donde se puede visitar actualmente.
La idea no fue recuperada hasta el 1985, cuando se creó un consorcio del que formaban parte el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalidad de Cataluña. Se decidió ubicar el nuevo museo en la antigua Casa de la Caridad. Un año después, el 1986, el entonces alcalde de Barcelona Pasqual Maragall, encargó la construcción de un nuevo edificio para que fuera la sede del futuro museo. La construcción de la que sería la sede del museo se encargó al arquitecto estadounidense Richard Meier.
El 1987 se constituyó la Fundación Museo de Arte Contemporáneo, de carácter privado, que se unió al consorcio formado por las dos administraciones públicas. El MACBA abrió sus puertas el 28 de noviembre de 1995. La Colección MACBA es el eje vertebrador del Museo permite investiga el recorrido de las líneas fundamentales de la creación artística contemporánea desde la segunda mitad del siglo XX. El fondo de la colección MACBA está formado por más de 5.000 obras, creadas desde finales de los años 50 hasta la actualidad.
La colección comienza con el abstracción matérica de los años cincuenta del siglo XX, incorporando obras del pop europeo y de las vanguardias de los años 60 y 70. También dispone de obras que testimonian el retorno de la figuración fotográfica y la escultura minimalista del 80 y acaba con las obras más actuales. Incorpora obra de artistas de todo el mundo, prestando especial atención a los artistas sudamericanos, del mundo árabe y los países del Este.