PLANTACIÓN DE VIÑAS EN ESPALDERA BODEGAS URBINA
A comienzos de la primavera, cuando el suelo comienza a calentarse, pero todavía está húmedo, se inserta la estaca en un hoyo o cajón que suele tener una profundidad de unos 40 cm. Luego se riega, se protege con tierra y se sujeta a un tutor. Si la plantación se hace demasiado pronto las raíces pueden pudrirse. También pueden conservarse al frío y plantarse a comienzos del verano.
Es una operación que se lleva a cabo en invierno o primavera y cuyo objetivo es que las plantas queden enterradas a una altura adecuada y que las raíces queden tapadas con tierra suelta y con suficiente humedad para que puedan nutrirse, sin huecos de aíre, para lo que se necesita acobijar (abrigar las cepas y plantones con montones de tierra apisonados para darles estabilidad y abrigar las raíces). En invierno las yemas o puntos de injerto suelen enterrarse para protegerlos de las heladas, lo contrario que en primavera.
La plantación de viña es la acción de colocar plantones, portainjertos, esquejes o varas (acodo) firmemente en el suelo con la intención de formar un viñedo y elaborar vino con sus uvas. La decisión de la plantación depende de variables naturales cómo el terreno y su composición, nutrientes y orientación, clima, topografía, etc. y condicionadas por la variedad seleccionada, laboreo, tipo de vino, elección de portainjerto y de sistemas de conducción, poda, etc.
FORMAS DE PLANTAR LA VID
Las modalidades de plantación pueden ser:
- A barra: agujero de dimensiones reducidas, que se hace manualmente con ayuda de una barra.
- A hoyo: agujero más amplio y profundo, con ayuda de un ahoyador de tractor.
- En vertedera: por apertura de zanjas con un arado.
- Con un subsolador: el método más moderno y económico en grandes extensiones de cultivo, con máquinas preparadas para la plantación y el acobijado, guiadas por láser.
La plantación del viñedo son el conjunto de procedimientos cuyo objetivo es plantar vides. La vid puede sembrarse, como hacían los antiguos colonos o como hacen los hibridadores para sus experimentos, pero normalmente se planta por medio de estaquillas y estacas. Estos sarmientos se cortan de una planta madre antes de introducirlos en el suelo. La multiplicación vegetativa es el sistema de reproducción que se utiliza para la propagación de las variedades. Los individuos obtenidos provienen exclusivamente de la multiplicación celular asexuada o mitosis, que, generalmente, conserva idéntica a sí misma la información genética de las células.
En los tiempos heroicos de la viña, antes de la filoxera, podía plantarse directamente un sarmiento por amugronado (acodo). Así fue cómo el hombre pudo multiplicar vegetativamente las plantas más interesantes, obteniendo una cepa idéntica al pie madre. Después de la filoxera hubo que habilitar otro sistema de plantación, basado en la necesidad del injerto. Los portainjertos de pie americano se cultivan en viveros apropiados para que produzcan buenas estacas para la plantación. Por otra parte, se seleccionan las variedades de Vitis vinifera que deben injertarse en el pie americano. Cuando llega el momento apropiado se procede a cortar una púa en la planta vinifera para injertarla en una incisión que se hace en la planta americana. Algunos viveros venden ya las estaquillas injertadas (injerto de mesa o de laboratorio).
Antes de hacer la plantación hay que conocer bien varios parámetros. El primero de ellos es analizar y preparar convenientemente los suelos, desinfectándolos y desfondándolos. Estas labores pueden ser muy importantes, obligando a construir terrazas, caminos y canales de drenaje, aportando tierras fértiles y las enmiendas y los abonos necesarios, eliminando hierbas parásitas, aireando el suelo, etc.
Se deberá valorar también la decisiva influencia del clima. La vid vinífera, que es ante todo una planta mediterránea, no se aclimata bien a los climas extremos. La temperatura ideal para la fotosíntesis y el crecimiento de la viña se sitúa entre 23 y 25 °C. La maduración de la uva también tiene sus exigencias y, en general, puede decirse que la temperatura ideal para la madurez de la uva tinta es de 21 °C y para la uva blanca de 19 °C. Las diferentes variedades y los portainjertos correspondientes pueden mostrar mejores o peores aptitudes para aclimatarse a zonas frías o cálidas, húmedas o secas.
Otra cuestión importante es la cuidadosa selección de las plantas, eligiendo las mejores, las más adaptadas al suelo y al clima, y las que están libres de virus, a menudo tratándolas por termoterapia en laboratorios especializados. También puede realizarse una selección clonal de las mejores plantas. Debido a que la cepa elegida determinará el carácter y estilo de los vinos, al plantar hay que tener en cuenta la riqueza de azúcar, que varía principalmente en función del tamaño de las hojas, la acidez y la relación entre los ácidos málico y tartárico, los componentes fenólicos y el índice de taninos de los hollejos, y los aromas varietales de la cepa, que desempeñan un papel esencial en la formación de la nariz del vino.
CONSIDERACIONES PREVIAS A LA PLANTACIÓN
Antes de colocar las cepas en el terreno, hay que tomar una serie de decisiones basadas en distintos estudios y observaciones, referidos principalmente al medio natural de la zona y a la normativa vigente. De esta forma, valorando los diferentes aspectos, podremos:
- Elegir el material vegetal que se plantará.
- Diseñar el viñedo.
- Decidir las labores de preparación del terreno, y secuenciarlas.
- Planificar la plantación.
- Analizar los cuidados posteriores necesarios.
- Plantar en una zona vitícola: La decisión de qué variedades colocar se puede tomar con una simple observación del entorno, investigando las variedades que se cultivan bien en climas similares al nuestro. Viñedo viejo en vaso, con los primeros brotes visibles. Está plantado en un terreno llano. El suelo tiene algunas hierbas.
- Plantar en una zona "no" vitícola: En esta ocasión hay que realizar un estudio completo del clima. Los aspectos que se examinan como condicionantes del cultivo son:
Temperaturas: Tenemos que analizar.
- Temperaturas mínimas en invierno: Si son extremas pueden limitar el cultivo de la vid.
- Temperatura media anual.
- Fecha de la primera y última helada: Lo ideal es que la variedad para poner tenga un ciclo vegetativo que se escape a las heladas, aunque normalmente resulta muy difícil.
- Frecuencia de heladas primaverales.
- Iluminación: Debe ser suficiente para asegurar una fotosíntesis que permita a la uva madurar sin problemas. Según el nivel de insolación de la cepa decidiremos la disposición de la plantación (orientación de filas y sistema de conducción).
- Pluviometría: La cepa necesita unas precipitaciones mínimas para mantener cierta producción. Este factor influye directamente en la densidad de plantación.
- Vientos fuertes: Condiciona la orientación y el sistema de conducción, ya mencionado en el punto de la iluminación.
- Índices climáticos: Se pueden calcular para orientarnos a la hora de elegir las variedades que poner. Sin embargo, hay que considerar las condiciones con las que se diseñaron estos índices y las diferencias con nuestra zona, comparando principalmente los rendimientos de cultivo.
- Factores geográficos: Entre estos factores encontramos la latitud, la altitud, la orientación del terreno, etc., que modificarán o determinarán los elementos meteorológicos ya comentados.
ESTUDIO DEL MEDIO. SUELO.
Estudio de condicionantes edafológicos: El estudio del suelo es necesario para elegir el portainjerto más adecuado a sus características y para decidir algunos trabajos preparatorios de la plantación como: roturación, desinfección, disposición de las líneas de cultivo, despedregado, drenaje, enmiendas, abonado de fondo y laboreo en profundidad. Además, influye en el diseño de la plantación, principalmente en la densidad.
- Realizar un estudio visual y calicatas: Con ellos determinamos posibles trabajos de desbroce, roturación del terreno, despedregado, drenaje, orientación de filas en función de la pendiente y laboreo en profundidad.
- Hacer un análisis físico y químico: Con los resultados obtenidos de los análisis de tierras, junto con el efecto producido en la variedad, elegiremos el portainjertos que plantar. También nos ayudará a decidir la densidad, las enmiendas y abonado de fondo, y las labores en profundidad.
- Analizar las características biológicas: Tiene especial importancia la presencia de hongos y nematodos en el suelo. Si se demuestra su existencia mediante los correspondientes análisis biológicos, dejaremos "descansar" el terreno, o los eliminaremos mediante una desinfección del suelo.
Otros aspectos que considerar: El terroir es el mayor condicionante en las decisiones por tomar en la plantación, aunque podemos encontrar otros.
- Accesibilidad a la parcela: Si es muy difícil llegar a ella y no podemos mejorar los accesos, puede que no sea conveniente plantar allí.
- Forma y tamaño de la finca: Determina el diseño de la plantación, incluida la orientación de las líneas de cepas.
- Posibilidad de riego: Reduce la limitación que supondría una zona excesivamente seca.
- Colocación de sistema antiheladas: Se "amplía" el periodo libre de heladas.
- Nivel de mecanización del cultivo: Condiciona el marco, el sistema de conducción elegido, los márgenes de la finca, etc.
El análisis del medio nos ayuda a:
- Observar posibles factores limitantes del cultivo del viñedo.
- Elegir el material vegetal que plantar.
- Decidir las labores previas a la plantación.
- Diseñar la plantación. Correcto
- Optar por el sistema de conducción más adecuado.
ELECCIÓN DEL MATERIAL VEGETAL
Uno de los puntos determinantes en la plantación es la elección del material vegetal, dada su permanencia durante toda la vida del viñedo y su influencia en la calidad de la uva obtenida.
Esta decisión viene condicionada por:
- La normativa: Ya hemos comentado anteriormente que el material vegetal que se va a poner viene limitado por normativa estatal, y si es el caso, por el Reglamento del C.R. al que se pertenezca. También hay que reseñar la prohibición de plantar pies-francos e híbridos productores directos, siendo obligatorio el uso de planta injertada en campo o injertada en vivero.
- La oferta del viverista: En ocasiones no es posible encontrar la combinación variedad-patrón deseada a un precio asumible, por lo que habrá que decidirse entre comprar dentro de la oferta existente, o plantar menos superficie con la combinación elegida. Incluso puede darse el caso de no existir en el mercado el injerto solicitado.
- Las exigencias de la bodega: En ocasiones, son las propias bodegas donde se va a entregar la uva, las que condicionan la variedad, o al menos, el tipo de uva: blanca o tinta.
- La moda: Las tendencias que se producen en el mundo del vino también influyen en la elección de la variedad.
- Los criterios técnicos: Difieren según estemos hablando de variedad o patrón. Te los indicaré en el siguiente apartado, aunque ya los has visto en la unidad 2 de este módulo.
- El precio: No es un criterio justificable, ya que buscando un menor precio de la planta podríamos cometer un error en su elección, algo que arrastraríamos durante toda la vida de la plantación.
Una vez elegida la variedad y el portainjerto que poner, hay dos posibilidades:
- Comprar la planta ya injertada en el taller del vivero y colocarla en el terreno.
- Comprar el patrón e hincarlo y, posteriormente, injertar la variedad en el campo.
VARIEDADES Y PATRONES
La variedad se adapta al clima de la zona, y el patrón al terreno:
En la Variedad y Clon:
- Adaptación al medio: Hay que conocer la fenología de las distintas variedades en la zona, puesto que las etapas clave del ciclo de la vid (desborre, floración y maduración) deben estar en consonancia con el clima y ajustarse al periodo vegetativo del lugar. Además, los agentes atmosféricos (temperatura, insolación, precipitación, etc.) tienen que ser adecuados para asegurar la producción y calidad deseada.
- Aptitudes culturales: Las técnicas de cultivo que se van a realizar a lo largo de la vida de la plantación están condicionadas por varios factores relacionados con la cepa (porte natural, vigor, fertilidad de las yemas, rendimiento, sensibilidad al corrimiento, sensibilidad a enfermedades y plagas, necesidades nutritivas, entrada en producción, etc.). Si estas labores van a estar limitadas, por la inexistencia de recursos, por el acceso o diseño del viñedo o por las decisiones tomadas, condicionarán la elección de la variedad.
- Aptitudes tecnológicas: Las características de los racimos y uvas (compacidad, tamaño y forma de las bayas, desprendimiento del raspón, espesor del hollejo, consistencia de la pulpa, número de pepitas, etc.) influyen en la vendimia y en las técnicas enológicas empleadas en bodega.
- Cualidades organolépticas: Cada variedad tiene una composición diferente, que da lugar a mostos más o menos azucarados, tánicos, aromáticos, cromáticos... Esto determina la calidad del vino que se va a obtener.
- Estado sanitario: Las plantas e injertos utilizados en la plantación deben estar libres de cualquier tipo de afección.
En el Portainjerto:
- Resistencia a la filoxera: Su tolerancia se estima según el índice de Ravaz. ¿Recuerdas?
- Afinidad con la variedad: Es precisa la compatibilidad entre patrón y variedad para que el desarrollo de la cepa sea el adecuado a lo largo de toda su vida.
- Adaptación al terreno: En este punto tenemos que recordar aquellos aspectos que influyen en el desarrollo de la planta como son: su adaptación al pH del suelo y su resistencia a la caliza activa, a la sequía, a la humedad, a la compacidad del terreno y a la salinidad.
- Resistencia a los nematodos: Su presencia es probable en suelos en los que ha habido antes viña, por lo que habrá que buscar un portainjertos que los tolere.
- Vigor del patrón y orientación de la producción: Los patrones provocan modificaciones en el comportamiento de las variedades. Aquellos que son vigorosos, normalmente aumentan la producción en perjuicio de la maduración de la uva, o provocan el corrimiento en variedades sensibles. Por el contrario, los que son más débiles suelen adelantarla, mejorando así la calidad de la cosecha, aunque suele llevar acarreado un envejecimiento prematuro de la planta.
- Duración del ciclo: El ciclo vegetativo de cada patrón es más o menos largo y se transmite a la variedad injertada. Aquellos de ciclo vegetativo corto, reducen el de la variedad y la maduración de la uva se adelanta. Los de ciclo largo, retrasan todos los periodos. A menudo existe cierta relación entre el vigor y la duración del ciclo vegetativo, aunque no siempre.
- Sanidad: Los patrones deben estar libres de virus y otras afecciones.
¿PLANTA-INJERTO O BARBADO?
Al igual que en cualquier frutal, la plantación de vid suele realizarse en invierno y a raíz desnuda. Es decir, con las raíces vistas, sin ningún sustrato que las rodee. Hay dos posibilidades a la hora de comprar la planta.
La plantación de vid se efectúa a raíz desnuda durante su periodo de reposo vegetativo, normalmente de marzo a mayo, pudiendo alargarse a junio si existe riego de apoyo. Se puede utilizar:
- Planta-injerto: Es la planta en la que la variedad ya ha sido injertada sobre el patrón.
- Barbado: Es el patrón; sobre él se efectuará un injerto en campo en la siguiente campaña.
- Planta-injerto: En este caso la variedad se vende injertada sobre el patrón. La unión del injerto ha soldado y cicatrizado. Posee una estructura radicular desarrollada, ya que tras el injerto ha permanecido creciendo durante unos meses en el vivero. La variedad se entrega con un brote de dos yemas.
Casi todos los viveros, al preparar la planta-injerto para comercializarla, parafinan la zona del injerto para evitar su deshidratación.
La planta se debe pedir al viverista con un año de antelación a la plantación, ya que su producción así lo requiere. Tras hacer el injerto con el material vegetal elegido y forzar su soldadura, se planta y cuida durante un periodo vegetativo. Al llegar el invierno, se arranca y acondiciona para la entrega al viticultor o viticultora.
- Barbado: El vivero vende el patrón con el sistema radicular desarrollado, que se colocará en el terreno definitivo. En la siguiente campaña, el viticultor o viticultora realizará un injerto en campo, en el que colocará la variedad deseada procedente de sarmientos que ha ido seleccionando durante la poda. Por esta razón, la entrada en producción de la planta, se retrasa un año. Este tipo de plantación se lleva a cabo cuando se quiere realizar la plantación con una vinífera concreta no comercializada.
Su precio es aproximadamente la mitad del de la planta-injerto; pero a esto hay que añadir el coste que supone efectuar el injerto al año siguiente.
- Planta en pot: Excepcionalmente, existen casos en que la plantación de las cepas se efectúa en pleno periodo vegetativo, en junio o julio. En estas ocasiones la planta a raíz desnuda se desecaría, por lo que se utiliza planta en pot; es decir, una planta injertada con cepellón, cuyas raíces y brotes están en pleno desarrollo. No es una plantación habitual, normalmente se recurre a ella para reponer alguna marra en la plantación, realizada ese mismo año durante el periodo de reposo vegetativo.
DISEÑO DEL VIÑEDO
El diseño de la plantación es otro punto clave en el viñedo, ya que las decisiones que tomemos determinarán la ubicación permanente de las cepas en la parcela. En el diseño de la plantación se decide cómo orientar las líneas de cultivo, qué espacio queda entre las plantas y cómo se colocan entre sí, se concretan los márgenes de la finca, los posibles caminos interiores y los accesos, se elige el sistema de conducción y se estudia la posibilidad de colocar riego.
Factores se tendrán en cuenta:
- El óptimo desarrollo de la planta en ese lugar: Se buscará la fotosíntesis máxima de forma que se produzca gran cantidad de elementos fotosintetizados que favorezcan el desarrollo de la cepa y la maduración de la cosecha. Hay que buscar un equilibrio entre la vegetación y la producción.
Para que la fotosíntesis sea elevada, habrá que favorecer, dentro de unos márgenes, la iluminación y temperatura de la vegetación y la disponibilidad de agua y nutrientes. Esto viene condicionado por la elección del sistema de conducción, la orientación de las líneas de cultivo y el posible riego.
- Las particularidades de la finca: tamaño, forma, pendiente... Son aspectos que nos marcan la orientación de las líneas de cultivo.
- Las labores de cultivo: Aquellos trabajos que se vayan a realizar habitualmente en el viñedo deben estar previstos a la hora de planificar la plantación, ya que en muchas ocasiones el tipo de labor y las dimensiones de la maquinaria utilizada, condicionan determinados puntos de su diseño como anchura de calles, accesos, sistema de conducción...
- La inversión: Determina sobre todo la posible elección de los sistemas de apoyo y del riego.
- Las condiciones limitantes del clima o del suelo:Éstas pueden dar lugar a viñedos muy peculiares como algunos de los cultivados en Canarias, en los que las cepas son plantadas en el fondo de grandes hoyos realizados en la superficie del terreno volcánico.
MARCO DE PLANTACIÓN
"Marco" es una palabra que utilizamos sobre todo cuando hablamos de pinturas, fotografías, litografías, etc. Pero en el caso de un viñedo. El marco de plantación es el espacio que puede llegar a ocupar cada cepa. Es decir, el área que puede "explotar", tanto a nivel aéreo como radicular, sin entrar en competencia con las plantas contiguas, y siempre que el crecimiento de todas ellas sea homogéneo.
La mayoría de las plantaciones se realizan en "terrenos llanos" o ligeramente ondulados, disponiendo las cepas de forma regular. En este caso, el marco de plantación se define por dos números, "a" y "b", que corresponden a la anchura de la calle y a la distancia que existe entre las cepas de la misma línea de cultivo, respectivamente.
En plantaciones regulares, se suele hablar de tres tipos diferentes:
- Marco a tresbolillo: Las plantas se disponen de manera que representan los vértices de triángulos equiláteros, de forma que la distancia entre una cepa y cualquiera de las de alrededor es la misma. Hoy en día no se utiliza, aunque tiene como ventajas una mejor explotación del suelo y reparto de la masa aérea, y la posibilidad de labrar en tres direcciones.
- Marco real: Las cepas se plantan formando cuadrados, donde a = b. De esta forma el desarrollo aéreo y radicular de la vid es uniforme en todas las direcciones. Se pueden cruzar las labores de cultivo.
- Marco rectangular: La anchura de la calle es considerablemente mayor a la distancia entre las plantas de una misma línea de cultivo, aunque a < 3b. De los tres, es el peor marco para la planta, ya que el desarrollo espacial de raíces y sarmientos es irregular, como puedes ver en el dibujo; aun así, es el más utilizado en la actualidad porque permite mecanizar las labores de cultivo sin reducir el número de plantas por hectárea.
El marco oscila entre:
- Anchura de calles: 2,60-3,00 m. Aunque puede ser de 1,30 m, en zonas con disponibilidad de agua y nutrientes, donde se utilizan tractores zancudos, y de 4 m, en terrenos muy pobres.
- Distancia entre cepas de la misma línea: 1,10-1,50 m.
- A favor de la pendiente.
- Según las curvas de nivel: Las líneas de cultivo no tienen porqué ser paralelas entre sí.
- En bancales o terrazas: El marco en este caso será similar al de zonas llanas.
En lugares de topografía no uniforme o en terrenos de características peculiares, como es el caso de determinados viñedos de Lanzarote, encontramos formas de plantación totalmente irregulares.
DENSIDAD
El marco de plantación y su densidad, son aspectos directamente relacionados. La densidad de plantación es el número de plantas colocadas en una hectárea de terreno. La densidad media en España es de aproximadamente 2.500 cepas/ha, aunque puede oscilar entre 800 y 5.000 pies/ha, siendo todavía más baja en parrales.
La densidad idónea está supeditada fundamentalmente por las condiciones edafo-climáticas de la zona, aunque también influye el vigor natural de la combinación patrón-variedad, las técnicas culturales que se empleen, incluido el abonado y el riego, la mecanización, el sistema de conducción, la producción deseada, etc.
Centrándonos en el principal condicionante: La densidad de plantación aumentará con la cantidad de recursos existentes en el medio, principalmente agua y minerales. Así, si la disponibilidad de agua y nutrientes es alta, la densidad será alta, puesto que hay suficientes "reservas" para alimentar a muchas plantas. Pero si es baja, la densidad será menor, ya que, de otra forma, la competencia entre las cepas sería excesiva y su crecimiento muy pobre. Sin embargo, se tenderá a la mayor densidad posibles.
En este caso existen dos razones patentes. Con bajas densidades, el desarrollo radicular de las cepas es potente, aunque no llega a explotar todo el espacio del que dispone, por lo que de alguna forma "se desaprovechan recursos". Además, el vigor de las vides es mayor que si aumentamos la densidad, lo que puede provocar corrimiento en variedades sensibles y peor calidad de la uva porque la planta seguirá creciendo tras el envero, en detrimento de su maduración. Estos dos aspectos aconsejan aumentar la densidad para optimizar la explotación del suelo y controlar el vigor de la planta. Por lo tanto, hay que buscar un equilibrio.
Lo ideal, pensando en la calidad de la uva, es poner la mayor densidad de plantación posible, siempre que la cepa tenga un vigor suficiente que asegure su correcto desarrollo y la completa maduración de la cosecha.
ORIENTACIÓN DE LAS LÍNEAS DE CULTIVO
Cuando el marco de plantación es rectangular, las cepas se disponen formando líneas de vegetación orientadas en una dirección. La orientación de las líneas de cultivo la decidiremos en función de:
Particularidades de la parcela:
- Forma: Las plantas se colocarán paralelas al eje longitudinal, para reducir los tiempos de trabajo.
- Pendiente: Las cepas se disponen según las curvas de nivel, o siguiendo las líneas de máxima pendiente.
- Vientos dominantes: Las líneas de cultivo seguirán la dirección de estos vientos. De otra forma pueden aumentar los daños ocasionados por las heladas invernales, y en viñedos en espaldera ubicados en suelos poco profundos, provocar derrumbes de paredes foliares enteras.
- Condiciones de iluminación y temperatura en la superficie expuesta del viñedo: Este debería ser el aspecto determinante en los viñedos en espaldera, ya que según sea la orientación de las paredes foliares formadas, influirá positiva o negativamente en la fotosíntesis y en la transpiración de la planta.
Según incidan los rayos solares sobre la superficie de las hojas, éstas trabajarán más o menos, y sufrirán mayor o menor transpiración. Como la superficie expuesta varía a lo largo del día en el caso de la vegetación dirigida, habrá momentos en el viñedo en los que estas funciones serán más acusadas que en otros. Sin embargo, en conducciones en vaso, la orientación de las líneas de cultivo no tiene mayor importancia ya que su forma semiesférica ofrece más o menos la misma superficie foliar expuesta en cualquier momento del día.
Una vez que sabemos cómo vamos a orientar las filas en el viñedo, habrá que considerar los márgenes y los caminos que se van a dejar en la parcela para que el paso y las maniobras de los vehículos sean lo más cómodos posible, sin perder mucha superficie. La anchura de éstos suele oscilar entre 4 y 6 m, dependiendo de la maquinaria que se utilice.
VOCABULARIO PLANTACIÓN DE VIÑA
- Acobijar, compactar, tacuñar: labor que consiste en proteger los plantones de la vid mediante la compactación del suelo a su alrededor. Se busca protegerlos de las variaciones de temperatura, a la par que evitar la formación de cámaras de aire que puedan afectar negativamente a las raíces.
- Acollar y Desacollar: amontonar tierra alrededor de un pie de viña. Esta operación se practica poco antes del invierno, mientras que la operación contraria, desacollar, tiene lugar en primavera.
- Acodo: técnica tradicional para la propagación asexual de vides que consiste en el enterramiento de parte de una vara de una planta madre cercana, de la cual se deja fuera la punta con dos yemas. Una vez que ha enraizado adecuadamente se la suele separar de la vara generadora. Una vara es el sarmiento de la vid que ha madurado y lignificado, cambiando de color del verde al marrón. Tras la caída de las hojas, el número y grosor de las varas son indicativos del vigor de la planta y determinan los sistemas de poda larga o corta, y de gestión de la copa, que a su vez marcan la selección y la cantidad de las yemas productivas.
Técnica de la reproducción de la vid que consiste en implantar un sarmiento de la planta madre, destetándolo y cortándolo cuando ha arraigado. Era el modo antiguo de renovar los viñedos, descrito por Catón y Columena (escritores agronómicos romanos). El viticultor marcaba las mejores cepas, atándoles un mimbre, para acodarlas antes de que se perdiesen. Los contratos de vendimiadores obligaban a acodar de veinte a treinta cepas cada año para que el viñedo se renovase y perpetuase. Este método ancestral sólo puede emplearse en países como Chile, que no padecen la amenaza de la filoxera y pueden plantar la viña sin injertar.
- Plantón: vid, esqueje, patrón o pie, portainjerto de más o menos un año de edad, que sirve para la propagación asexuada de la Vitis vinifera. Generalmente criado y adquirido en un vivero, es la forma más habitual utilizada para la plantación de un viñedo. Si el plantón es injertado, convirtiéndose en un portainjerto, éste se denomina de madera verde, cuando los tejidos están todavía verdes.
- Patrón o Pie: cepa o vid, generalmente no desarrollada, que ha formado raíces y sirve para la propagación asexuada de la planta (plantación). El patrón puede nacer polinización natural o artificial (en vivero) o, más frecuentemente, por selección colonal o masal como colon, cruce o híbrido, y unen formas de esqueje o plantón. Si proviene de una cepa injertada, y sobre él se injerta una variedad de Vitis vinifera que será la que fructificará, se denomina portainjerto (o por extensión, simplemente patrón o pie). Por el contrario, si no proviene de una cepa injertada y se planta sin injerto, se conoce como pie franco.
La gran mayoría de patrones pertenecen al primer grupo, sobre todo desde la llegada de la filoxera a Europa en siglo XIX. Tienen importantes propiedades (p.ej. resistencia a inclemencias del tiempo o enfermedades y plagas) que influyen de manera concluyente en el desarrollo de la planta, así como en la maduración y calidad del fruto.
- Portainjerto: es el patrón o pie que ha sido injertado para su plantación. Su utilización es con mucho la forma más importante de propagación (asexuada) de la vid, sobre todo desde que la filoxera asoló los viñedos europeos a finales del siglo XIX. La gran mayoría de los patrones utilizados para injertar son o bien especies de Vitis americanas por separado, o híbridos de éstas.
Poseen importantes características que influirán en el crecimiento de la vid, su rendimiento, la calidad del fruto y su adaptabilidad a factores climáticos, así como a su resistencia a enfermedades y plagas. La elección del portainjerto es a veces más relevante que la propia variedad, pues ésta puede estar limitada por la denominación de origen o la legislación vigente. Su adopción en un emplazamiento concreto está condicionada por el efecto sobre la casta injertada (vigor, retraso o adelanto de la madurez, propiedades organolépticas del vino, etc.), la composición y fertilidad del suelo (especialmente su contenido en hidróxido de calcio y drenaje), enfermedades y plagas (nematodos y filoxera) y las condiciones climáticas (sequía, heladas, etc.).
Aunque hay muchos, en España destacan 4IB Millardet (híbrido de la vinifera chasselas y la americana berlandieri) en climas secos y suelos alcalinos de la meseta central; el 140 Ruggeri, 110 Richter y 1103 Paulsen (híbridos de las americanas berlandieri y rupestris), productivos en climas secos y fríos de zonas montañosas o muy secos en el Mediterráneo español; o el S04 (de riparia y berlandieri) en climas húmedos y con suelos mal drenados. De todos los portainjertos recomendados en España (Real Decreto 1244 /2008, de 18 de julio), sólo dos han sido desenrollados en el país con ayuda del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaría): 13-5 EVE Jerez (descendencia directa de berlandieri resseguier), muy resistente a la sequía y apta para suelos ricos en caliza; y 5 A Martínez Zaporta (autofecundación de 41B).
- Injerto en campo: Formación de una planta mediante la unión de partes vegetativas de dos individuos distintos, realizada en el campo. En viticultura se dice de la colocación y atado de una púa de la variedad sobre el patrón, cuando éste lleva un año de desarrollo en el terreno definitivo.
- Injerto inglés: Variante del injerto de campo, realizado con una púa de la variedad, en el que se realiza un segundo corte en la cuña de la vinífera y en la hendidura del patrón. Así se incrementa la superficie de contacto entre ambas plantas, mejorando la soldadura en su punto de unión.
- Inyector de agua: Herramienta manual de plantación, consistente en una barra hueca por la que se inyecta agua a presión que al salir por un extremo va abriendo un hoyo en el suelo. Está conectado a una cuba arrastrada por un tractor, desde la que se bombea el agua. Se maneja verticalmente, moviéndola ligeramente hacia los lados.
- Máquina plantadora: Equipo arrastrado por un tractor y utilizado en la plantación de viñedos. Sus partes fundamentales son un rejón que abre el surco donde se dispondrán las cepas, y una cesta donde se transportan. También puede tener asientos para las personas que colocan las plantas, y un sistema de discos compactadores detrás de la reja. Las plantadoras semiautomáticas están equipadas con un dispositivo de plantación automático, en las que el operario u operaria se limita a colocar las plantas en unas pinzas que bajan y se abren en el punto exacto de plantación, dejando caer la cepa
- Ahoyador: Herramienta mecánica de plantación. Consiste en un eje vertical con una hélice en el extremo inferior. El eje, enganchado a la toma de fuerza del tractor, transmite un movimiento de giro a la hélice, que se va introduciendo en el terreno mientras extrae la tierra a la superficie.
- Arado de vertedera: Apero utilizado para labrar la tierra. Posee estructuras de corte horizontal y vertical del terreno y una lámina de acero, llamada vertedera, cuyo cometido es voltear la banda de tierra removida. Puede ser de varios tipos (arrastrado, suspendido, reversible, de varios cuerpos etc.). Su rendimiento depende del número de vertederas que lleve el apero y, por tanto, de la anchura de trabajo.
- Arranque diferido: Compromiso del viticultor o viticultora para arrancar el viñedo indicado en un plazo de 2 años. Durante este tiempo se recolectará normalmente, mientras la nueva plantación entra en producción. De esta forma se solapa la existencia de los viñedos, pero no sus producciones, manteniendo los ingresos económicos de la explotación. Su solicitud requiere un aval bancario por si llegado el momento del arranque éste no se produce.
- Parafinar: Aplicar una cera en la cabeza de la planta injertada en el vivero, para evitar la deshidratación de la zona del injerto.
- Protector: Estructura de plástico en forma de cilindro o prisma hueco, dentro de la cual se desarrolla la planta, protegida de los animales y el viento.
- Rafia: Fibra vegetal fuerte y flexible y utilizada para atar injertos.
- Rejón: Apero ligeramente modificado utilizado en la plantación. Consta de un brazo subsolador, al que se sueldan dos chapas metálicas divergentes en la parte posterior, de forma que al abrir el surco en el terreno, lo mantiene sin tierra hasta que pasan las hojas, dejando tiempo suficiente para colocar la planta. Posteriormente, al caer la tierra, se cierra la zanja.
- Subsolador: Apero de labranza formado por una o más púas metálicas, de gran robustez y un metro de altura, en cuyo extremo inferior, se coloca una reja de la misma anchura, ligeramente inclinada y que sobresale por delante. Las uñas se separan aproximadamente 1 m entre sí. Cuando las púas penetran en el terreno y el tractor avanza, éstas provocan un agrietamiento del terreno, más acusado cuanto más seco se encuentre.
- Replantación: Plantación realizada en el mismo terreno donde anteriormente se ha cultivado viña.
- Sustancia alelopática: Compuesto químico producido y exudado por las raíces de determinadas plantas que impide o entorpece de alguna forma el desarrollo del cultivo posterior.
- Tacuñar: Aplicar presión sobre la tierra removida, para compactarla.
- Tempero: Grado de humedad del suelo con el que se consigue una estructura glomerular del terreno. Al realizar las labores de cultivo la tierra llegue no debe adherirse a los aperos.