BROTACIÓN, DESBORRE, Y LLORO DE LA VID
- Lloro de la Vid: (Fr. la vigne pleure, pleurs de la vigne): Se define cómo la exudación de líquido muy diluido, que se realiza por las heridas de poda. Se produce a final del invierno y tiene una duración de una semana aproximadamente e incluso a veces 3-4 semanas por circunstancias climáticas. Se trata de una respuesta a la entrada en actividad del sistema radicular por acción de la elevación de la temperatura en el suelo. La cantidad de líquido liberado por cepa podada puede alcanzar hasta 5 L, variando en función del patrón, edad de la cepa y velocidad de calentamiento del suelo. También son muy importantes las reservas hídricas del suelo, ya que en caso de ser estas escasas, el flujo disminuye.
El lloro es más rico en compuestos orgánicos (azúcares, ácidos), lo que prueba la movilización de reservas, y menos rico en minerales. Esta entrada en actividad produce: Un aumento de la respiración celular; La recuperación de la absorción de agua y elementos minerales; Una movilización de reservas. Los fenómenos osmóticos son los que reinician el ascenso del líquido, aumentando a continuación la presión radical. Al final, el lloro cesa por obturación de los poros de salida, debido a unas bacterias saprofitas que producen una sustancia viscosa que actúa como tapón. El lloro puede causar los siguientes inconvenientes: Puede humedecer las yemas cercanas al corte y hacerlas más sensibles a las heladas primaverales. Por ello se recomienda realizar un corte oblicuo opuesto a la yema; Puede dificultar la soldadura de tejidos en caso de injerto. Se aconseja descabezar el patrón varios días antes de realizar el injerto.
Flujo líquido en los cortes de poda de la vid, sobre todo de agua, y compuestos disueltos en ella, que es el primer signo visible del comienzo de un nuevo ciclo de crecimiento de la planta en primavera. La planta de la vid puede llorar durante unos 7- 10 días. Normalmente, cuando la tierra supera los 10 grados y esta subida de temperatura comienza a activar el sistema radicular de la planta debido a la activación de la respiración celular, una recuperación de la absorción de agua y de elementos minerales y también por la movilización de las reservas de la propia planta. La conducción de este lloro se realiza por el fenómeno osmótico provocando el movimiento ascendente de la savia, por presión radicular. Este es el comienzo del lloro, básicamente la vid despierta de su letargo invernal y lo hace renovándose por dentro, hasta que los cortes o mutilaciones de los sarmientos cicatrizan.
La cantidad de savia que llora una cepa depende de varios factores. Por un lado, del grosor de los cortes de la poda, que han seccionado los vasos conductores de la planta. Por otro lado, también depende del momento de la poda, cuanto más tarde se poda, más llora la planta. La abundancia o escasez del lloro también está condicionada por la humedad del terreno, tras inviernos secos, el lloro es escaso, y en casos extremos podría pasar inadvertido. Este lloro fluye por las heridas y los cortes de la poda y la cantidad derramada, que además tiene siempre un pequeño contenido de materia seca, que está entre 1 y 2 g/l, puede llegar hasta los cinco litros por cepa, pero siempre dependiendo de los anteriores condicionantes, y es más rico en compuestos orgánicos que en minerales, lo que prueba la movilización de las reservas de la planta. Los lloros cesan al recubrirse los cortes de la poda con unas sustancias gomosas producidas por unas bacterias que viven sobre el derrame y en las sales disueltas en el lloro cuando se evapora, obturando de este modo los vasos leñosos.
Se plantean muchas cuestiones de tipo técnico a la hora de retrasar el momento de la poda o de adelantarla, sobre todo en regiones donde las heladas tardías juegan un papel fundamental en la pérdida de producción. Adelantando la época de poda se puede adelantar la hora de brotación o desborre, pero como mucho en poco más de una semana o semana y media. Si la zona en la que está el viñedo tiene problemas con heladas tardías (las heladas de mayo son las que más daño hacen), se recomienda que se retrase la época de poda lo más posible, hacia principios de marzo. No se debe podar antes de la caída total de la hoja, pues esta sigue sintetizando azúcar, que sin uvas lo hace a favor de la planta formando madera en un proceso de lignificación. Esto se transforma en sustancias de reserva, que tomará la planta para el inicio del ciclo del año siguiente, ya que de estas reservas depende directamente para desborrar.
- Desborre o Brotación: (Fr. bourgeonnement de la vigne; Eng. vine budding). Describe el momento del año en el que las yemas se abren para dar lugar a los brotes de la temporada. Viene precedido por el lloro de los cortes realizados durante la poda y normalmente tiene lugar durante el comienzo de la primavera, aunque depende mucho de los cambios de temperatura. Debido a la fisiología natural de la vid como planta trepadora, el desborre es más acentuado en las yemas más alejadas del tronco, de ahí la importancia de la poda y cuando se realija (p. ej. podas tardías demoran el desborre). También hay que tener en cuenta que en igualdad de condiciones, no todas las variedades de vid brotan al mismo tiempo ni reaccionan igual a los cambios de temperatura.
Es la primera etapa primaveral del cilco vegetativo de la vid en la que los brotes nacientes se despojan de la capa lanosa (borra o plumón) que los protegía durante el invierno. Al llegar la primavera, las yemas comienzan a "llorar", dejando escapar una gota de savia. Es el anuncio del desborre. Si el tiempo es suave, las hojas se abren, si el frío es intenso, los brotes primarios no prosperarán y habrá que esperar a que se forme un brote secundario. En las zonas de clima frío, hay que utilizar muchos recursos para salvar los brotes. Si el tiempo es benigno, las hojas se abren. Si hiela, las yemas ennegrecen y se interrumpe el ciclo vegetativo. La viña no producirá frutos o formará otra yema. Pero las yemas secundarias son menos fructíferas que las que se abren primero.
Para evitar este accidente, el viticultor protege la viña optando por uno de los siguientes procedimientos. Una "poda invernal tardía", que retrase el desborre y evite los efectos de las heladas primaverales. La "colocación de estufas en la viña", en los momentos de mayor riesgo. El "removido del aire", por medio de hélices fijadas sobre pilares. El aire más frío está siempre cerca del suelo. La "aspersión", es decir, el riego de la viña. Así, el hielo que se forma alrededor de las yemas las protege de temperaturas inferiores a los 0ºC.
Se inicia aproximadamente con un crecimiento no visible de la yema cuando las temperaturas ambientales oscilan entre 4-5°C que al fin y al cabo es el comienzo de la actividad celular. El desborre comienza a verse cuando se alcanza una temperatura media de 8-10°C. El desborre es consecuencia del inicio del mecanismo de crecimiento que se produce por multiplicación celular y por crecimiento celular. Esta actividad celular comienza mucho antes del desborre y se acelera a finales de marzo o principios de abril, dando lugar al hinchamiento de la yema latente, la apertura y separación de las escamas y la aparición de la borra.
Causas que dan lugar a un desborre Inadecuado:
- Exceso de carga: Si a una cepa se le dejan más yemas para brotar de las que realmente puede mantener, no todas las yemas brotarán. Si esto ocurre será porque la poda se ha sido inadecuada, bien porque se han dejado demasiados pulgares o varas o bien por qué la poda ha sido demasiado larga.
- Heladas: La helada invernal puede llegar a disminuir el desborre de una cepa. La vid es muy resistente al frío Invernal, pero esto es más bien una característica que está condicionada por el cultivar, existiendo variedades como las de Siberia que aguantan hasta -40°C y otras, como las españolas, que no soportarían estas temperaturas.
- Excorlosis: Es una enfermedad debida al hongo Phomopsis vitícola Sacc, que da lugar a un desborre anormal en determinados cultivares.
- Aitica ampelophaga L.: Este insecto puede comerse parte de la yema, ocasionando por ello un desborre incompleto o deficiente.
Factores que condicionan el desborre:
- Climáticos: La temperatura es el principal factor climático que determina la fecha del inicio del desborre. Tiene un efecto indirecto como inductor de la circulación de las fitohormonas. La luminosidad no influye en el desborre, pues se ha comprobado que las cepas tapadas con plástico negro desborran exactamente igual. En general el desborre es más tardío en zonas más frías, pero también es más homogéneo. Las temperaturas frías, no un cambio brusco de temperatura, favorecen que el desborre sea más homogéneo.
- Bióticos: La posición de la yema en el sarmiento y en la cepa. El desborre empieza por la extremidad distal de los sarmientos podados. Después progresa hacia la base. A continuación ciertas yemas de la corona y de la madera vieja pueden desborrar. El vigor, las cepas vigorosas desborran más tarde que las cepas débiles. El cultivar, se observan diferencias varietales, pues sus exigencias térmicas para llevar a cabo el desborre son específicas y distintas.
- De cultivo: Una poda tardía retrasa el desborre, de manera que si hay una helada primaveral con este retraso puede evitarse. La poda debe empezarse a finales de diciembre y enero. No se debe podar precozmente porque las reservas no se han retirado totalmente del sarmiento que eliminamos, con lo cual se están quitando reservas para el año siguiente. La altura de la cruz, es decir, el porte y conformación de la cepa, influye en que el desborre se desarrolle antes o después, debido a la influencia del microclima, a las temperaturas y a la posible inversión térmica. El arqueado limita los efectos de la inhibición correlativa de las yemas. Es una posible solución para cambiar la brotación y evitar la dominancia apical en las cepas improductivas denominadas machencas, pero los resultados son escasos. No todas las yemas tienen desborre. En las podas muy largas, las yemas de la base del sarmiento o de la zona central suelen fallar. A este fenómeno se le llama formación de ventanas de vegetación en el sarmiento.
- Desbrotar: Normalmente se lleva a cabo semanas después del desborre. Consiste en eliminar los brotes herbáceos improductivos de la vid que surgen tanto en la madera vieja (tronco y brazos) como en los pulgares o varas. Tiene el objetivo de definir exactamente las yemas que se dejan en la poda de invierno, mantener el sistema de formación del viñedo, favorecer el correcto desarrollo de los racimos y calidad de las uvas. Se busca equilibrar la planta después de la poda de invierno, para estimular el crecimiento de los pámpanos que permanecen en la planta y evitar el envejecimiento prematuro de la cepa. Eliminamos los brotes de las zonas no deseables, con lo que mejora la aireación y la penetración de la luz, y se favorece un microclima del racimo más adecuado para una correcta maduración.
El desbrotado es la primera fase de la poda en verde. Hay que esperar hasta que los brotes tengan entre 15 y 20 centímetros, si los eliminamos antes de que alcancen este tamaño, son más vulnerables ante las heladas y bajadas de temperatura en primavera, y deberemos volver a revisar y eliminar los pámpanos que no habían brotado la primera vez. En cambio, si lo hacemos más tarde, habrá más competencia para la planta, el número de heridas será mayor y cicatrizará en peores condiciones. Se realizan durante el mes de Abril y Mayo, y al cual le siguen por este orden el resto las denominadas operaciones en verde del viñedo: el desnietado o el desniete, el despunte, el deshojado y el aclareo.
Espergurar es un riojanismo, una forma propia en La Rioja de llamar a esta labor de poda en verde del viñedo. La palabra proviene del latín ex, fuera de, y percurāre, podar, y cuenta con otros muchos nombres a lo largo de la geografía vitícola española como despampanar, escardar, esparrar, desforrecinar, esforijinar, esporgar, esforgar, esforguinar, espampanar y así hasta 25 sinónimos. En francés: ébourgeonnage o épamprage, en ingles: crown suckering o desuckering, y en alemán: ausbrechen o ausschneiden. Destacar que el viticultor riojano cuando habla de esta tarea utiliza casi siempre la forma verbal espergurar y a veces la nominal espergura y nunca espergurado o despampanado que son las formas que se recogen en los manuales de viticultura.
- Yemas de la Vid: Una yema es un embrión de pámpano, que en otoño toma el nombre de sarmiento. Una yema es un cono vegetativo terminado en un meristemo y rodeado de esbozos de hojas e inflorescencias. Existen distintos tipos de yemas:
- Yema terminal: Se encuentra al final del sarmiento. Asegura el crecimiento en longitud del pámpano. Como es una planta simpodial se secará con el tiempo. Se trata pues de una yema no permanente.
- Yemas axilares: Son dos tipos de yemas ubicadas colateralmente a nivel de cada nudo y en la axila de las hojas. Una se desarrolla rápidamente, poco después de su formación (yema pronta). Otra es la que va a dar lugar al desborre al año siguiente, se le denomina (yema axilar latente), aunque puede brotar después.
- Yemas ciegas: Ubicadas en la base del sarmiento (no fértiles). También se le llama (casquera). Son normalmente de dos en adelante, lo más frecuente es entre 2 y 6.
- Yemas latentes: Se encuentran debajo de la corteza vieja, de manera que si se rompe o daña la cepa pueden brotar. Tanto éstas como las ciegas son yemas axilares, que no se han desarrollado en su momento. A la yema terminal junto con las yemas axilares se les denomina yemas vistas.
Las yemas ubicadas en un eje de primer orden, están recubiertas por un profirió dentro del cual, a su vez, están ya formadas las yemas de los años siguientes. Del mismo modo un eje de segundo orden tiene yemas de tercer orden. Pero además cada yema de tercer orden tiene I preformadas las yemas de cuarto orden. Dentro de una yema principal nos encontramos 3 ejes completamente formados, en algún caso pueden ser dos debido a que no se desarrolle alguno de Los dos secundarios. Un eje central que va a ser la brotación del año después del desborre y otros que permanecen en esa forma de yema.
Disposición regular discontinua de las yemas y de los zarcillos: Es la que tiene la V. vinífera. Hay una hoja que no tiene zarcillo y las dos siguientes tienen zarcillo. Sí estas yemas son las más bajas del sarmiento se trata de zarcillos fértiles y por tanto darán lugar a dos racimos. En la vid es normal encontrar casi siempre con dos racimos seguidos. Al hablar de fertilidad se debe prever que el delantero de un pulgar en su momento va a tenor dos racimos, aunque puede suceder que el segundo racimo no exista y por tanto ser un zarcillo estéril.
- Crecimiento: el crecimiento de las yemas da lugar al pámpano que evolucionará a sarmiento. A continuación se produce el crecimiento de los rayuelos o de las yemas de rayuelos (yemas prontas), que son brotes anticipados. El crecimiento del rayuelo produce la inhibición de la brotación de la yema axilar latente, aunque a veces, raramente, puede crecer. Estos rayuelos se producen normalmente de medio sarmiento hacia abajo, o siempre debajo de los despuntes si se practica la técnica de poda en verde.
El crecimiento presenta una sucesión de períodos de diferente actividad:
- Período de aceleración lenta del crecimiento a lo largo del cual las variaciones diarias son todavía débiles.
- Período de crecimiento diario rápido con una parada momentánea en la floración.
- Período de crecimiento ralentizado que termina en la parada de crecimiento.
Si se coloca en abscisas la velocidad de crecimiento se observa, que en la segunda fase del crecimiento que se considera la más importante, hay una serie sucesiva de máximos. Esta velocidad es débil al principio del crecimiento (abril, mitad de mayo), fuerte a continuación y débil al final del crecimiento (mitad de julio). La duración de este período de crecimiento dura aproximadamente 120 días desde el desborre (abril) hasta la caída del simpodio (junio).
Las hojas al principio se comportan como sumideros, es decir, el brote actúa como parásito de las reservas del año anterior. De ahí el problema que se presenta cuando hay falta de reservas en la primera fase. A partir de aquí nos encontramos con dos tipos de hojas:
- Hojas importadoras: son las terminales, en las que su intensidad fotosintética es menor que el consumo real.
- Hojas exportadoras: en las que su tasa de fotosíntesis es mucho más alta que la de consumo.
Cuando el pámpano va avanzando en su crecimiento, toda la planta es exportadora. La hoja tiene un balance positivo de fotosíntesis, con lo cual, hay una clara inversión de la circulación de la acumulación de reservas. En un principio todas las reservas se dirigen hacia la punta (crecimiento rápido) y luego se reparten por dominancia secuencial del crecimiento de las yemas brotadas. Después, cuando comienza la cierna y la diferenciación floral de ese año para el año siguiente y el desarrollo de las flores preformadas el año anterior, empieza una acumulación de sustancias de reserva hacia la base del sarmiento. De acuerdo con esto, interesa realizar la poda en verde antes de la cierna. De no ser así no se consigue el efecto deseado con esta poda, ya que es en ese momento en el que debe realizarse la poda en verde, pues hay una clara competencia entre todas las partes de la planta; por tanto con esta poda se favorece el cuajado y el desarrollo limitado de la parte terminal del sarmiento. El despunte después de la floración es una práctica de cultivo sin ningún fundamento que no tiene el efecto buscado.
Factores climáticos que condicionan el crecimiento:
- Temperatura del aire: El desborre se produce cuando la temperatura ambiental es superior a los 10°C. Esto no se puede aplicar a todas las variedades ya que hay variedades alemanas en las que el desborre se produce a los 4,3°C. El desborre requiere una duración determinada que es función de la temperatura. Esta duración es de unos 50 días, que van desde que empieza a desborrar la primera yema hasta que desborra la última, con unas temperaturas medias entre 10 y 20°C. A partir de los 20°C comienza el óptimo de crecimiento del pámpano que se centra en una temperatura ambiental de 25°C. Por encima de 38°C el crecimiento del pámpano se paraliza completamente o por lo menos se ralentiza.
- Luminosidad. La intensidad lumínica condiciona el crecimiento más que el desborre. La vid es una planta de días largos. Existen algunos cultivares, como Cabernet Sauvignon, que funcionan bien en zonas de días cortos. Adaptar una variedad española al Norte de Alemania con días cortos sería un problema. Esto hace que algunas variedades no se puedan sacar de su zona de cultivo por esa inadaptación al fotoperiodo. El efecto de los días cortos es un efecto depresivo sobre la vegetación, es decir, una planta de días largos sometida a días cortos crece menos y además aumenta mucho en la fase terminal del desarrollo de la planta el contenido en ácido abscísico en las hojas. Por tanto, una planta de vid, teóricamente de días largos, en una zona de cultivo con días cortos, el agostamiento va a ser muy precoz. Esto tiene como efecto negativo la falta de reservas para el año siguiente. Así pues, en alguna zona con días muy cortos nos podemos encontrar con una vecería en la vid muy exagerada por falta de acumulación de reservas consecuencia de la caída precoz de las hojas.
- Pluviometría: Incide en las reservas del año siguiente, es decir, la pluviometría de invierno es la que más influye, facilitando el crecimiento, especialmente en secano.