PODA Y EL ENTORNO
La poda puede contribuir a atenuar sucesos climáticos adversos (como las heladas
primaverales, los excesos de temperatura y humedad de los racimos, etc.), si bien no es un factor decisivo en este sentido, puesto que la variedad, el sistema de conducción y otros aspectos del cultivo, juegan un papel más importante.
La poda puede retrasar la fecha de brotación, evitando heladas tardías en momentos
fenológicos críticos, tales como el cuaje, este efecto se puede conseguir mediante una poda muy temprana o tardía, justo antes de la brotación.
La poda puede tener influencia, junto con el sistema de conducción, en los niveles de
humedad, iluminación y aireación a nivel de canopia. Distribuyendo adecuadamente los elementos vegetativos en el espacio, según los sistemas de conducción, se evitan crear areas sombrías y aglomeraciones de hojas y de racimos, disminuyendo así los riesgos de determinadas enfermedades criptogámicas tales como Botrytis y Oídio.
PODA Y EL SISTEMA DE CONDUCCIÓN
Existe una relación muy estrecha entre ambos aspectos desde el inicio de la plantación. La poda de formación modela la planta hasta que ésta alcanza el estado adulto, decidiéndose mediante ésta la situación definitiva de tronco y brazos, y luego la posición anual de los elementos fructíferos en una fase más avanzada del cultivo.
Durante la etapa de plena producción la poda debe, por un lado, mantener la forma de la cepa dentro de los límites que se han dispuesto y por otro ralentizar el envejecimiento de la misma debido al alargamiento excesivo que disminuye el potencial vegetativo.
PODA Y EL VIGOR
El estado natural de la cepa es la no-poda, existiendo un equilibrio interno de la planta entre el crecimiento vegetativo y la fructificación. Sin embargo, en la viticultura comercial la poda ocasiona una alta disminución del número total de yemas, por lo que si aumentamos las yemas dejadas en carga los rendimientos también aumentan hasta un límite en el que ya no existe incremento debido a dichos efectos de compensación.
Dejar una carga demasiado pequeña implica una pérdida, puesto que los pámpanos serían
vigorosos aumentando el riesgo de corrimiento de la flor y se desarrollarían chupones poco fértiles e inflorescencias poco desarrolladas. Por el contrario, una carga demasiado alta origina muchos racimos por lo que la capacidad de producción de la planta puede no ser suficiente. Esto resulta en una mala maduración, un agostamiento insuficiente y un debilitamiento de la planta. La poda al ser
una operación drástica elimina gran cantidad de madera, con el consiguiente debilitamiento de la planta. Es aquí donde debemos recordar y aplicar los conceptos de “poda balanceada” y “capacidad de la planta”, para que de ésta manera ser capaces de realizar una poda adecuada y con criterio.
PODA Y LA COMPOSICIÓN DEL MOSTO
El objetivo principal en uvas para vinificar, desarrolladas en una viticultura de calidad, es obtener una materia prima de la cual se pueda extraer mosto y otras sustancias presentes en el hollejo, de la mayor calidad enológica posible.
Las cargas moderadas con un Índice de Ravaz del orden de 5 a 8 ocasionan una alta concentración de sólidos solubles(azúcares), alta acidez, bajo pH, una alta concentración de polifenoles y de aromas; mientras que índices mayores de 10, e incluso menores de 5 provocan los efectos contrarios. No habiendo diferencias significativas en la calidad del mosto entre poda larga y poda corta.